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Poesía

El regalo

'El viento de la medianoche esparce el polvo y la arena de mi habitación/ y lo arrastra afuera, hacia la calle./ Los poetas tuvieron la culpa./ Se acabaron las guerras porque nadie entendía.'

Nueva York

 

                                  De Nelson Rodríguez Leyva,
                                  fusilado en Cuba por intentar robarse un avión
                                  mientras mis padres me concebían
                                  en la pobre primavera de barrio de 1971.
 

Ediciones R, 1964.
[cuño] Biblioteca Nacional "José Martí", CANJE.
Diseño de Chago.
A Elena Parente.
Mi padre ha avisado que traía un juguete que hace tiempo le pedí.
Él no sabe por qué, pero no me he puesto contento.
Este ha sido un año normal.
[firmado] N. Popiev, año 2500.
A todos en el palacio había extrañado la singular orden del monarca.
Menores de dos años que residían en la ciudad y sus alrededores.
Hacía un frío terrible.
La tierra se convirtió en fuego y el agua se evaporó.
He perdido el avión que debió llevarme a la China.
Ni Hao.
De niño siempre le temí a la vejez.
He llegado a ser el ejemplar más visitado de este zoológico.
A mi amigo y a mí
siempre nos había llamado la atención la montaña de nuestro pueblo.
El tiempo nos olvidó al igual que nuestro pueblo.
Clara me estaba tejiendo un par de medias.
Otra vez solo.
Pero quizás un día me decida y entonces haga también los textos.
Hoy es domingo.
El próximo domingo no me enfermaré.
Todo empezó por una broma.
Y solo pude reír para siempre, inconteniblemente.
Según iba subiendo la escalera me notaba más pesado.
El viento de la medianoche esparce el polvo y la arena de mi habitación
y lo arrastra afuera, hacia la calle.
Los poetas tuvieron la culpa.
Se acabaron las guerras porque nadie entendía.
De camino a mi casa siempre tomo por el mismo sendero.
Me siento a salvo.
Aquí solo hay cemento y ladrillo.
Sobre los muslos el libro.
Y en un vano intento de acabar con todo,
se plasma en la palabra Fin.
Tengo que cerrar la llave de la bañadera.
Al fin lo tomo.
Mi cuerpo tiembla.
¿Es la farmacia?
No.
Perdone.
El escritor de novelas de misterio
encara una serie de problemas en su elaboración.
Es un poco difícil rehacer en la mente un momento cualquiera del pasado.
Era bueno, dirán.
Canelo clava sus espuelas en Pinto.
Abajo unos gallos humanos contemplan las graderías
donde se desarrolla la lucha entre unos hombres gallos.
Estoy delante del director.
Mientras huyo llegan hasta mí los gritos de la secretaria pidiendo un bozal.
La Tata se lo había dicho:
"Hoy llega tu hermano del frente".
La humanidad despertó angustiada.
Poseo un león que me tiene miedo.
Vivo en una casa grande, a la vez que extraña.
Sabemos que un día se nos acabará la comida y moriremos:
no obstante, el pueblo continúa fabricando.
11, el regalo.
15, anuario.
19, una orden extraña.
23, repetición.
33, almanaques.
37, la montaña.
41, la media.
45, la oficina.
49, día de domingo.
55, la broma.
59, pesadilla.
65, inconformidad.
69, la imagen.
73, no leer.
77, el teléfono.
81, lo que le sucedió al autor de libros de misterio.
85, recuerdos.
91, la pelea.
95, en la escuela.
99, el retorno.
103, guerra paleolítica.
107, siquis.
111, la casa.
La edición consta de 3.200 ejemplares.
Nelson Rodríguez nació el 19 de julio de 1943 en Las Villas.
Realizó sus estudios en los Maristas.
Maestro voluntario en la Sierra en 1960.
Trabaja en el aeropuerto José Martí.
Prepara un libro de poemas.
Todos los derechos reservados.

 
 

Orlando Luis Pardo Lazo nació en La Habana en 1971. Ha publicado Boring Home (Premio Franz Kafka, 2009) y editó la antología Cuba in Splinters: Eleven Stories from the New Cuba (OR Books, Nueva York, 2014).

Otros poemas suyos: Allí, donde, aquíEquinoccio de Reikjavík, Movimiento browniano y Letanía de Lawton.

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