El régimen se niega a reconocer los errores de la Tarea Ordenamiento

El periódico oficialista Trabajadores, en su edición del lunes 22 de marzo, recoge las quejas de varios productores, en especial del sector agropecuario, acerca de cómo han aumentado sus costos de producción como resultado de la aplicación de la Tarea Ordenamiento. Y, con ello, el desabastecimiento.

Se menciona el incremento de la tarifa eléctrica, los gastos adicionales para la adquisición del combustible, así como los salarios acrecentados que deben pagar por la contratación de la fuerza de trabajo que requieren. Son costos de producción que, en general, no pueden recuperar en los precios debido a los topes de precios minoristas fijados por las autoridades.

Un cooperativista de Santiago de Cuba mostró preocupación por la producción porcina. Se refirió a la existencia de piensos vendidos en moneda libremente convertible (MLC). De adquirirse esos piensos sería una inversión de difícil amortización debido a la no existencia de mercados donde las cooperativas puedan comercializar en esa moneda.

Sumémosle a todo lo anterior el problema de los impagos a los productores, un asunto no resuelto a pesar de todas las promesas gubernamentales que apuntan a una próxima solución. Aquí sobresale el caso de una productora de leche, a la cual el Gobierno le pagó en febrero la leche de diciembre, pero la de enero aún está pendiente de pago.

Sería muy oportuna, en los casos en que la Tarea Ordenamiento —lo mismo en su diseño que en su aplicación— sea la responsable de la difícil situación por la que atraviesan muchos productores, una declaración gubernamental que reconociera el desliz cometido. Semejante actitud les aportaría cierta confianza a empresarios estatales, emprendedores privados y a los que trabajan la tierra. Oficiaría además como una prueba de que los gobernantes estarían trabajando seriamente en pos de resolver el entuerto.

Sin embargo, todo hace indicar que no es así. El propio artículo de Trabajadores contiene declaraciones del presidente de la Comisión Agroalimentaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en las que al referirse a la oferta de los productos del agro, afirma: "El desabastecimiento de los mercados no está relacionado con la Tarea Ordenamiento, es un fenómeno que se arrastra desde la crisis energética de mediados del 2019".  

Claro, un argumento en total sintonía con el discurso castrista que responsabiliza a las presiones externas, y no a las ineficiencias internas, por la crisis económica que afronta la Isla. No hay que olvidar que las autoridades cubanas identifican "la crisis energética de medidos del 2019" con algunas de las medidas de la Administración Trump para obstaculizar la compra de petróleo por el castrismo.

No obstante estar convencidos de la falacia del funcionario castrista, encaminamos nuestros pasos hacia el agromercado de 17 y B, en la barriada del Vedado, con el objetivo de conversar con algunos de los vendedores que allí trabajan, y comparar el estado actual de ese agromercado con la situación que exhibía antes de la Tarea Ordenamiento.

Los tarimeros confirmaron que en 2019 el establecimiento fungía como un mercado de oferta-demanda (precios libremente fijados), donde abundaban las viandas, las frutas, los vegetales y los productos cárnicos. Nunca disminuyó la oferta a lo largo de ese año. Era un mercado visitado por muchos extranjeros, entre los cuales figuraban funcionarios de la cercana embajada de China.

Ahora, la Tarea Ordenamiento y los precios topados han arruinado la imagen de ese mercado. Ni una vianda, ni una fruta y apenas algún que otro producto cárnico. Las tarimas repletas en las que antes no cabían los vendedores, hoy reflejan espacios vacíos que denotan el desabastecimiento.

A la postre, declaraciones como las de dicho funcionario no hacen otra cosa que deteriorar todavía más la escasa credibilidad del oficialismo cubano.