Después de más de 35 años de construida, la pequeña vivienda de la activista Bárbara Farrat se desploma y la familia se debate entre alimentarse o invertir en la reconstrucción.
Todas las provincias exhiben un retroceso en el programa de construcción de viviendas en el primer trimestre de 2024.
En Pinar del Río las lluvias, los vientos y un tornado dejan otro centenar de hogares afectados, de ellos 19 derrumbes totales.
Aunque aún no se han publicado los anteproyectos de las leyes futuras, no es demasiado pronto para hacerse preguntas sobre sus contenidos y los beneficios que deben traer a los cubanos.
'Ahora mismo, un saco de cemento cuesta 3.000 pesos que equivale a mi salario de un mes', dice una profesora que vive en una cuartería en peligro de derrumbe en La Habana.
De las acciones constructivas destinadas a las más de 60.000 cubanas con tres o más hijos, se culminaron 1.192.
La falta de insumos para edificar viviendas contrasta con los recursos empleados por el Gobierno cubano en la construcción de hoteles, pese a la baja ocupación.
'Mi casa estaba valorada en 40.000 dólares hace cinco años. Hoy tiene un valor de 20.000 dólares y aun así nadie la compra', lamenta una habanera.
Víctimas de un derrumbe parcial, sacaron sus pertenencias hasta ocupar la calle.
Historias como la de la familia Orama, en La Habana Vieja, abundan en la Cuba de hoy, donde las familias tienen que elegir entre comer o reparar sus casas.
Las penetraciones del mar continuaron afectando la capital cubana el martes y las autoridades hacen control de daños ante posibles derrumbes en Centro Habana y La Habana Vieja.
Las autoridades expulsan a familias que llevaban viviendo años de forma ilegal en el inmueble declarado inhabitable.
'Esta estrategia de alejar a Miguel Díaz-Canel de los fracasos que enfrenta el país nos lleva a recordar la aureola de invencibilidad que se tejía en torno a la figura de Fidel Castro.'
Una familia con tres niños protestó en La Habana para denunciar que llevan tres años reclamando que les autoricen legalizar y reparar su vivienda.
Un vistazo en lo que queda de estas casas en Santiago de Cuba.
El filántropo ofrece comida, ropa y calzado a la familia, pero no puede solucionar su problema de vivienda: 'así no, caballero, esto no puede pasar'.
En municipios como Baracoa y Maisí apenas se edificaron el 35 y 36% de las casas planificadas, respectivamente.
Un solo municipio de la provincia oriental cubana cumple el plan… con casas de madera.
En la casa de este guantanamero cae más agua dentro que fuera.
La de Carlos, Daimara y sus hijos es una de las cada vez más comunes historias que se pueden encontrar entre las ruinas de La Habana, y en las que la miseria es una amenaza para la vida.
