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Fotografía

'Quijote y Molino', la imagen de Ahmel Echevarría que ilustra a la Nación en su batalla

'Es difícil concebir una imagen más actual de enemigo de una nación escuálida que la Torre K, y la proximidad del Quijote no pudo ser mejor aprovechada' por el fotógrafo.

La Habana
Detalle de 'Quijote y Molino'.
Detalle de 'Quijote y Molino'.

Un rasgo de la brillantez es su capacidad de operar de manera novedosa con elementos cotidianos. Encontrar soluciones a necesidades inveteradas o definir sentimientos mal expresados con recursos a la vista de todos. En la película soviética Stalker, de Andrei Tarkovski, un científico alejado de la naturaleza enciende un ventilador con papelillos enredados y hace notar al protagonista que el resultado es un sonido semejante al de las hojas de los árboles movidas por el viento. Inmediatamente después añade: "Sencillo, como todo lo genial". 

Quizás quepa a la fotografía, entre las artes, la mayor habilidad para resaltar lo extraordinario de lo cotidiano. El cine necesita la narración, y la pintura o la escultura le deben mucho al creador. En la fotografía la narración es menos imperiosa y el genio del artista menos visible. Los que escriben de ella aseguran que todo el arte del siglo XX es su deudor, y yo estoy de acuerdo: desde Edward Hopper hasta Dios y el diablo en la tierra del sol.

Sobre estos aspectos me hace pensar la fotografía "Quijote y Molino", del escritor Ahmel Echevarría. El Quijote no es otro que la formidable escultura de Sergio Martínez Sopeña del parque de J y 23, en la céntrica esquina habanera. El molino lo representa la Torre K, el edificio más alto de Cuba, que se levanta a pocos metros y acogerá un hotel de sorprendentes proporciones y considerable lujo. 

"Quijote y Molino" se inspira en el conocido episodio de la carga que Don Quijote de la Mancha emprende contra unos molinos de viento a los que se figura peligrosos gigantes. El episodio ilustra los empeños sobrehumanos por realizar la justicia sin reparar en la magnitud del oponente. 

A través del encuadre Ahmel Echevarría le retira al Quijote su base, y omite el parque en que se encuentra la escultura que lleva demasiadas décadas fluctuando entre venduta y baño público. Retirado de su entorno de "negoceo" y pestilencias, El Quijote luce soberbio, digno de la figura literaria que ha sabido ganarse el respeto de la posteridad como una suerte de Cristo sin milagros. 

El futuro hotel, rebautizado popularmente Torre López-Calleja por el apellido del mandamás del conjunto de empresas militares que concibieron su realización a finales de la segunda década de este siglo, no detuvo su crecimiento siquiera en los días del Covid-19, cuando se escatimaba el dinero para comprar antibióticos, pero no los cementos para su engorde. Es la iniciativa cimera de un frenesí de construcción de hoteles de lujo emprendida por los militares castristas, que ha transformado más de un horizonte en los últimos cinco años a la par que se "miserabiliza" al conjunto de los cubanos y cubanas, relegados a mercenarios, exiliados y buscadores de basura.

No alcanzó Luis Alberto Rodríguez López-Calleja a ver terminada la Torre K. Murió en julio de 2022, todo un detalle del destino que no asimiló sin más que la azitromicina y el oxígeno necesario para salvar vidas fueran metamorfoseados en interiores despampanantes para turistas inconscientes. 

Es difícil concebir una imagen más actual de enemigo de una nación escuálida que la Torre K, y la proximidad del Quijote no pudo ser mejor aprovechada por Ahmel Echevarría para la composición de su imagen. Entre el héroe cervantino y el gigante López-Calleja se extiende el follaje de varios árboles que difumina el caballo y resalta al Quijote, a la vez que revela de la Torre apenas algunos detalles y distinguen su aspecto siniestro y taimado. Todo eso con un cielo gris que presagia la embestida final, el golpe por el que guerrero y gigante dirimirán su último lance, alegoría exacta de nuestra condición presente como Nación. 

Si hay que hacer un resumen de las imágenes cubanas de 2023, no podrían faltar la de Alina Bárbara con su papel en blanco, un niño nacido sobre un colchón en su casa porque nunca llegó la ambulancia, una mujer asesinada en el año en que el castrismo no pudo esconder más el horror que se acumula tras su silencio. No podrían faltar las imágenes de Luis Barrios Díaz, ni la de cualquiera de las Damas de Blanco, como Jacqueline Heredia, que este año fue llevada a prisión junto a su esposo dejando huérfanos de hecho a su hija y a su hijo. Tampoco podría faltar "Quijote y Molino", la imagen que las contiene a todas y que resume la condición de una nación que no muere sin dar batalla. 

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1 comentario

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Todavia no han terminado la torre esa? hace 2 años iba por la mitad, aqui donde vivo en 2 años hacen un barrio entero.