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Música

El Evangelio en Cuba da un paso gigantesco hacia el futuro

El proyecto 'Uno', de la Iglesia 'El Buen Samaritano', de Miami, reúne a artistas y creyentes de varias nacionalidades en La Habana.

La Habana

Un concierto atípico llenó el Teatro Mella. Por primera vez en muchos años un espectáculo que contaba solo con el "boca a boca" como mecanismo de promoción, sin spot ni entrevistas en la televisión y sin que la prensa oficialista lo difundiera, repletó la sala, como muy pocos lo logran.

Un grupo de músicos procedentes de Estados Unidos, y recibidos en Cuba por el Consejo de Iglesias de Cuba (CIC), sorprendió a todos los asistentes, creyentes o no, en una iniciativa que sienta un nuevo precedente en la historia contemporánea de la Iglesia cubana y también en la forma en que esta es percibida por la población en general.

El proyecto "Uno", de la Iglesia "El Buen Samaritano", de Miami, reúne a artistas y creyentes de varias nacionalidades, que pusieron a un lado sus diferencias para mostrar en Cuba una nueva imagen de la Iglesia y el culto religioso.

El nombre de la iniciativa parte del verso Juan 17.21, que registra la última oración de Jesús y pide a los humanos ser "uno".

"Vinimos a hacer que el pueblo sea uno (…) Ese verso nos tocó tanto, pues somos músicos de distintas partes, que veníamos a una nación. El hecho de que pusiéramos a un lado creencias, mitos, preguntas, cuestionamientos, ideas, como hizo Jesús, permitió este concierto. Hubo momentos tan preciosos, donde la gente dijo 'wao, de verdad que hay algo especial, mayor a lo que uno ve'", explicó en entrevista exclusiva a DDC Benhur (Pastor Asociado).

"El objetivo es buscar la vía para enseñarle al pueblo que visitamos que la música cristiana no es aburrida. Por muchas generaciones hemos perdido la cultura que hay en la Iglesia, ya sea porque los músicos no estaban bien preparados o quienes dirigían la Iglesia no se abrían a ciertas cosas. Si Dios merece lo mejor, ¿por qué no dárselo en la Tierra? (…) Estamos muy agradecidos por la oportunidad de hacerlo en Cuba", añadió Benhur.

La banda, en su mayoría integrada por cubanoamericanos, incluye cantante, trombón, trompeta, saxofón, piano, percusión menor, batería, guitarra eléctrica y bajo. El proyecto "Uno", logró mostrar a través de la música una costumbre religiosa y forma de comunicar diferentes a la que en los últimos años ha imperado en la iglesia evangélica en Cuba. Durante el concierto merengue, bachata, timba, conga, y otros géneros fueron cómplices de la alabanza.

"Nos estábamos jugando algo, porque somos de las iglesias, y respetamos a los pastores y a los líderes, pero cuando tú eres transparente, o no tienes nada que esconder, la gente ve el corazón, si hay algo escondido la gente lo ve también (…) Nadie puede negar que disfrutó. Hoy quedó demostrado que se pueden utilizar nuestros ritmos para glorificar al Señor".

Benhur, como todo un maestro de ceremonia, condujo el momento musical con carisma y transparencia logrando que dos horas pasaran volando; con prédicas didácticas, joviales, algo refrescantes y nuevas para el culto evangélico cubano.

Sin embargo, algunos asistentes extrañaron más espontaneidad en la organización y concepción, a cargo el Consejo de Iglesias, que pudiera haber incluido una convocatoria a más músicos dentro de la Isla.

"Creo que eso hubiese sido bueno (…) Esta era la primera vez. Lo que hoy se mostró ya comenzó a generar algo bueno, quienes estuvieron quieren que se repita el próximo año. Vamos a esperar a ver qué va a pasar. Ya ellos saben cómo nos comportamos, qué hacemos y qué no (...) Hoy estaba con nosotros Zona Franca, dúo de la zona oriental, hubiésemos querido hacer un rap, o algo, pero teníamos que ser obedientes y a la vez sabios. Sí podemos hacer, todo va a llegar", opinó B.

El Concierto "Uno", que ya se ha realizado en países como México y República Dominicana, fue totalmente gratis. Los músicos y pastores pudieron llegar a la Isla gracias a las contribuciones de diversas iglesias y habitantes de Miami. El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos y la labor que realiza el Consejo de Iglesias de Cuba posibilitó el viaje y la presentación en la Isla.

"Definitivamente el cambio ha ayudado a que estas cosas pasen y otras más (...) Antes de las relaciones diplomáticas Cuba permitió hacer cosas, pero ahora se abre algo importante, y es que el Teatro Mella, reservado para cosas muy grandes, no se había abierto para cosas cristianas como hoy, no sé las razones, porque es la primera vez que vengo, pero lo de hoy es histórico, lo dice la gente, lo disfrutó la gente, y esto va a abrir algo maravilloso (…) Si el cristiano de adentro de Cuba sigue haciendo cosas así, yo sé que las autoridades lo van a apoyar, yo sé que van a abrir", aseguró B.

El concierto fue un éxito para los asistentes, los realizadores también quedaron satisfechos: "Se sintió la presencia de Dios. Al cerrarse el telón funcionarios, personas del Consejo, pastores de alta eminencia, se juntaron en la tarima a felicitarnos. El cristianismo y su música dejó un antes y un después. Los directivos del Mella, nos dijeron que desean repetir el año que viene. Es la mejor respuesta para nuestros oídos, volver a Cuba", concluyó.

La calidad de los arreglos musicales, el virtuosismo de los instrumentistas, la "bomba" como se dice en buen cubano, con la que se interpretaron estos temas, demostraron que la música está en todas partes, no importa si es yoruba, evangélica o islámica; en inglés, en español o en ruso. Es un lenguaje universal que nos une a todos.

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