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Espionaje

El exdiplomático acusado de espiar para La Habana obtuvo derechos sobre propiedades confiscadas por el régimen

Víctor Manuel Rocha lideró una operación que buscaba promover inversiones en la Isla para debilitar el embargo.

Miami
El exdiplomático Víctor Manuel Rocha, acusado de espiar para La Habana.
El exdiplomático Víctor Manuel Rocha, acusado de espiar para La Habana. Listin Diario

El exdiplomático estadounidense Víctor Manuel Rocha, acusado de varios cargos relacionados con espionaje para La Habana durante cuatro décadas, lideraba una operación para adquirir derechos sobre propiedades estadounidenses confiscadas por el régimen y buscar posibles inversiones en la Isla que debilitaran el embargo comercial, según una investigación de El Nuevo Herald.

El medio dijo que alrededor de 2007, Rocha y su socio Timothy Ashby, abogado y exsubsecretario adjunto de Comercio para el Hemisferio Occidental, comenzaron a viajar por Estados Unidos intentando comprar algunos de los derechos de propiedad, que transfirieron a la empresa offshore Siboney LTD, registrada en la Isla de Man, con la idea de negociar posteriormente con el Gobierno cubano un acuerdo en forma de oportunidades de inversión o capital. 

Ashby aún trabaja como consultor asesorando a empresas sobre cómo establecer negocios en Cuba. Dijo que quedó "completamente conmocionado" después de enterarse de los cargos contra su exsocio.

Estados Unidos mantiene 5.913 reclamaciones certificadas contra el régimen de Cuba, con un valor estimado de 8,7 mil millones de dólares. Estas demandas sobre propiedades son un punto clave en la política del embargo y la resolución de estas es necesaria antes de que pueda ser levantado.

El reporte de El Nuevo Herald señaló que en 2007 Carolyn Chester, hija de un experiodista vinculado al derrocado dictador Fulgencio Batista, rechazó una oferta de Rocha y Ashby por considerarla desproporcionadamente baja, profundizando la desconfianza en las intenciones de la operación. Al respecto, Jason Poblete, experto en reclamaciones, consideró que La Habana podría haber buscado maneras alternativas de eliminar amenazas legales asociadas a las reclamaciones para atraer inversión extranjera.

Los esfuerzos de Rocha y Ashby se terminaron luego de que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) señalase que transferir reclamaciones certificadas necesitaría autorización, lo cual nunca obtuvieron a pesar de invertir en cabildeo. Ashby defendió que el plan cumplía estrictamente con las normas y que lo concebía como una oportunidad de negocios que podría haber propiciado un acuerdo con el Gobierno cubano.

Durante su paso por el Departamento de Comercio y su influencia en la Fundación Heritage, Ashby dijo que funcionarios cubanos se le acercaron con la intención de resolver las reclamaciones en el pasado. También el empresario colombiano Rodrigo Arboleda y el exembajador de Canadá en La Habana, Mark Entwistle, aparecen relacionados con las actividades empresariales que buscaban gestionar los derechos de propiedad en disputa.

La investigación reveló que Rocha, a quien se consideraba un individuo preocupado por el dinero y obsesionado con ascender a la aristocracia estadounidense, habría comenzado su relación con la inteligencia cubana durante una estancia en Chile en 1973.

Rocha nació en Colombia, pero se crio en Harlem, Nueva York, tras emigrar a Estados Unidos durante su niñez. Hizo una carrera diplomática con formación en Yale, Harvard y Georgetown, que lo llevó a ocupar cargos destacados en el Departamento de Estado de EEUU. Trabajó en distintas naciones latinoamericanas hasta su retiro como embajador en Bolivia en 2002.

Posteriormente, incursionó en el sector privado, desempeñándose en puestos remunerados en la gestión de fondos de inversión, asesoría jurídica y la administración de una mina de oro en la República Dominicana.

Rocha fue arrestado en la ciudad de Miami el 1 de diciembre después de que admitió sus actividades a un agente del FBI que se hizo pasar por otro espía cubano, según el Departamento de Justicia estadounidense.

El escrito de acusación detalló que en los años 2022 y 2023 ocurrieron tres reuniones entre Víctor Manuel Rocha y el agente del FBI, que fingió ser Miguel, un "representante" de la Dirección General de Inteligencia de Cuba.

En los encuentros, que fueron grabados de forma secreta, confesó que su mayor interés cuando trabajó en el Departamento de Estado estadounidense era "fortalecer la revolución" y con frecuencia se refirió a Estados Unidos como "el enemigo" y a Fidel Castro como "el comandante".

Entre 1981 y 2002 Rocha ocupó cargos en las embajadas de Estados Unidos en República Dominicana, Honduras, México y Argentina.

Rocha fue embajador de EEUU en Bolivia en 2002 y es recordado por haber pedido que no se votara por Evo Morales en los comicios de ese año.

El acusado tenía una audiencia este mes, pero quedó pospuesta para el próximo 12 de enero por una decisión de una corte en Miami. Se trata de la segunda vista en el proceso desde que lo arrestaron, pero el juez Edwin Torres cambió la fecha para dentro de un mes, tras aceptar una petición de su abogada, Jacqueline Arango.

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3 comentarios

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Y cuantos más retirados y activos miembros de congreso, funcionarios gubernamentales, “estrellas” de Hollywood, miembros de la prensa, profesores universitarios, políticos estatales y locales estarían tan comprometidos como este infiltrado?

Wonder how many more like him inside high position working for USA and the enemies, just wonder

Profile picture for user Ana J. Faya

El caso Rocha está como una piñata a la que ya le dieron con un palo, pero no todos los caramelos han caído. Esto que aquí se explica que les sirva de lección a los entusiastas en EEUU que quieren hacer inversiones con el régimen.