¿Por qué La Habana no condena enérgicamente la acusación de EEUU contra el exespía Víctor Rocha?

A casi una semana de que las agencias de noticias reportaran la detención del exdiplomático de alto nivel de EEUU, Víctor Manuel Rocha, a quien un gran jurado acusó el miércoles por 15 delitos criminales, entre ellos espiar para el régimen de Cuba, La Habana hace mutis por el foro ante el escándalo generado por la noticia.

DIARIO DE CUBA hizo una revisión de los principales perfiles en las redes sociales de los funcionarios del régimen cubano que, en teoría, podrían reaccionar a la grave denuncia del FBI y el Departamento de Justicia contra el presunto agente encubierto al servicio de un Gobierno extranjero.

Miguel Díaz-Canel y el canciller Bruno Rodríguez han estado imbuidos la pasada semana en su viaje a Catar e Irán; el Día de la Medicina Latinoamericana, y la declaración del bolero como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, como para dedicar un tuit siquiera a un tema que hace más espinoso el deseado acercamiento con la Administración de Joe Biden.

Tampoco la Cancillería o los funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores que normalmente reaccionan a esta clase de asuntos se han dado por aludidos: el viceministro Carlos Fernández de Cossío; la subdirectora para EEUU, Johana Tablada; la embajadora cubana en Washington, Lianys Torres Rivera... Muchos de ellos parecen demasiado preocupados por la situación en la Franja de Gaza ante el avance de la ofensiva israelí para comentar el caso de Rocha.

Fuera del círculo de las relaciones exteriores, el Ministerio del Interior (MININT) y el Ministerio de las Fuerzas Armadas (MINFAR) no se dan por enterados. Y los cinco espías cubanos excarcelados por Barack Obama, casi todos con cargos oficiales y muy activos en redes, dedican sus tuits a cuestiones ajenas a un individuo al que quizás alguno de ellos conoció durante sus años de infiltración en EEUU.

Lo curioso ante este silencio general, tan típico de La Habana cuando queda en evidencia, es que horas antes de que se hiciera público el arresto de Rocha, casi todos los antes mencionados se rasgaban las vestiduras por la inclusión por un año más del régimen cubano en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo de EEUU.

La declaración del MINREX del pasado 2 de diciembre rechazó "en los términos más enérgicos la referencia calumniosa contra Cuba por parte del Departamento de Estado de los Estados Unidos", como calificó a ese informe.

"Las autoridades gubernamentales estadounidenses, en especial sus agencias vinculadas con la aplicación y el cumplimiento de la ley, cuentan con información más que suficiente para constatar el firme y limpio compromiso de Cuba en el enfrentamiento a ese flagelo", dice la declaración.

Muy indignado también se mostró Díaz-Canel, quien ese mismo día comentó en su perfil en la red social X: "Lo hicieron de nuevo. Insultantes las mentiras sobre Cuba que repite el recién publicado Informe sobre Terrorismo del Departamento de Estado de Estados Unidos. Sus autores mienten y lo saben. Es otro pretexto para mantener el bloqueo genocida".

Lo anterior recuerda el caso de la exespía del régimen cubano Ana Belén Montes, de quien no se hizo referencia oficial en Cuba hasta enero de 2023, cuando fue liberada en EEUU tras recibir una sentencia de 25 años de cárcel por espiar para La Habana.

Mientras la exfuncionaria de inteligencia de origen puertorriqueño se declaraba culpable en 2002 de confabularse con agentes de inteligencia cubanos para cometer espionaje, el régimen hacía campaña a favor de sus cinco espías, detenidos y enjuiciados como parte de la investigación en la que Montes fue descubierta.

Más de 20 años después, no obstante, los mismos medios oficiales que mantuvieran un hermetismo total sobre este caso alabaron su trabajo como espía, mientras que la oficialista Federación de Mujeres Cubanas (FMC) la calificó como "una mujer inquebrantable" por "su enorme valor, dignidad, altruismo y honor".

Según los oficiales de inteligencia de EEUU, Montes fue considerada responsable de la muerte de un boina verde estadounidense en El Salvador y dio pistas al régimen de Cuba sobre la reacción de Washington al derribo de una avioneta de Hermanos del Rescate, un tema en el cual Víctor Rocha también podría tener implicaciones.

De acuerdo con el Departamento de Estado de EEUU, Rocha "apoyó en forma secreta a la República de Cuba y su misión clandestina de reunir inteligencia contra Estados Unidos actuando como agente encubierto de la Dirección General de Inteligencia de Cuba".

"La acusación criminal afirma que, por más de 40 años, Rocha actuó como un agente encubierto del Gobierno cubano", dijo el secretario de Justicia de EEUU, Merrick Garland.

Rocha enfrenta 15 cargos, entre ellos el de actuar como agente ilegal de un Gobierno extranjero, y otros —sumados el martes 5 de diciembre en la acusación formal— por fraude electrónico y declaraciones falsas a los investigadores.

Los fiscales alegan que el exdiplomático estadounidense de 73 años actuó como "agente encubierto de los servicios de inteligencia de Cuba" durante décadas.