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Sociedad

'Estamos sentados sobre un barril de pólvora'

Funcionarios cubanos reconocen su preocupación por el manejo de la situación creada por el tornado en La Habana.

La Habana

"El Gobierno no nos ayuda y tampoco quiere que nos ayuden", se quejó de Sonia, una vecina del municipio Boyeros, mientras reunía dos mochilas de aseo personal y alimentos para sus parientes residentes en Regla, uno de los cuatro territorios más afectados por el paso del tornado el pasado domingo 27 de enero.

Como muchos habaneros, critica los obstáculos de las autoridades a la ayuda directa entre cubanos y la intención de que todo pase por las vías e instituciones estatales.

"Esa gente —los damnificados— simplemente lo perdió todo en un par de horas. Los que quieren ayudar se han quitado lo que tienen para dárselo a otro más jodido, por eso abucheamos a Díaz-Canel", dijo Sonia, refiriéndose a los gritos de vecinos del municipio Regla contra una comitiva oficial que recorrió zonas afectadas la semana pasada.

Aunque reconocen la labor de los trabajadores que intentan aliviar los problemas de los barrios devastados, habaneros desesperados por los graves perjuicios que causó el tornado en San Miguel del Padrón, Regla, Guanabacoa y Diez de Octubre, creen que la acción de las autoridades entorpece "la llegada de donaciones de otros cubanos solidarios".

"Nos dicen que están evaluando las prioridades para que el reparto sea equitativo y donde más se necesite. Pero lo que están es burocratizando el proceso mientras muchos de nosotros seguimos aquí, prácticamente en la calle y sobreviviendo de la caridad pública", dijo Danilo Velázquez, vecino de Guanabacoa, sobre la explicación que los funcionarios del gobierno municipal ofrecen a los afectados.

Mientras, "no permiten que nos den donaciones directas", apuntó Tamara López, vecina de Regla, quien afirmó que los dispositivos policiales y los funcionarios del Partido Comunista se atribuyen la prerrogativa de decidir quiénes pueden ofrecer donativos y quiénes no.

"Este no es momento para detenerse en esas diferencias, aquí todos somos cubanos y duele ver cómo el Gobierno obstaculiza un gesto solidario", cuestionó López.

Miembros de la sociedad civil se han quejado de que no pueden entregar a los afectados lo que han logrado reunir.

Omara Ruiz Urquiola narró que el pasado miércoles una caravana de cinco automóviles que transportaba ayuda para el barrio La Colonia, en Regla, y después planeaba dirigirse a Luyanó, fue interceptada por un agente de tránsito que, tras comunicarse con sus superiores por radio, les informó que no podían pasar.

Decidieron continuar a pie, pero en la zona funcionarios del gobierno municipal de Regla también les impidieron llegar hasta los más necesitados.

"Es inhumano impedir que se realicen estos gestos solidarios. En Regla se ven colas inmensas para comprar las raciones de pollo, que no alcanzan para todos, así que ni siquiera el Gobierno está garantizando la distribución de alimentos. La situación en esos lugares es volátil y abundan los 'chivatos'", advirtió Ruiz Urquiola.

Por otra parte es difícil saber qué pasará con las donaciones que arriben a la Isla con destino a los damnificados del tornado, que hasta ahora se cobró la vida de seis personas.

Liborio Mendigutía, radicado en Hialeah, dijo haber recibido noticias de gente que sí ha conseguido entregar donaciones

"Algunos dicen que la Policía, a todo el que llevaba donaciones, incluso le indicaba por dónde era mejor acceder al lugar, sin embargo hay testimonios y vídeos que dicen lo contrario... ¿Qué está pasando?", prosiguió Mendigutía, quien envió ayuda a través de la agencia Cross Check Caribbean.

¿Cómo será el reparto de materiales?

En cuanto a la entrega de artículos a los damnificados por parte del Estado, una fuente del Consejo de la Administración Municipal de Centro Habana confirmó que tenían la indicación de transportar una cantidad indeterminada de colchones con destino a los cuatro municipios afectados, pero no pudo precisar a qué precios se venderán.

"Gratis no será. Tampoco hay capacidad para resoverle a todos los necesitados, así que impedir que lleguen las donaciones, tanto de adentro como fuera de Cuba, es una irresponsabilidad, y la gente en esos lugares está que arde", puntualizó la fuente.

Un trabajador de una tienda de materiales de construcción ubicada en el municipio Cerro, declaró que estos locales fueron cerrados para transportar los insumos hacia un almacén del Ministerio del Interior (MININT) en Boyeros.

"Dijeron que sería para la gente afectada, pero no fue así. Los camiones llegaron temprano el viernes pero los desviaron. Los dirigentes no se ponían de acuerdo sobre dónde habían que descargar los materiales. Los camiones se marcharon. Ví llorar a las personas", relató el trabajador, que se identificó como El Toki.

Según El Toki, después de dos horas se le informó a la población que la venta sería para el día siguiente. Finalmente, hubo que guardar todo de nuevo en el almacén del MININT.

"Llegó otra rastra con cemento y ahí se armó otro lío porque los responsables del almacén dijeron que no había espacio para guardar todos los materiales y que los camiones no podían dormir en el patio porque era mucha responsabilidad, y varios vecinos se brindaron para cuidar el local".

En San Miguel del Padrón, un funcionario del Partido Comunista que pidió mantenerse en el anonimato cuestionó la forma en que el Gobierno está afrontando una situación que podría desembocar en una revuelta social.

"La respuesta ha sido muy lenta y llena de reuniones donde nadie se pone de acuerdo en cómo se va a solucionar el problema en el menor tiempo posible", se quejó.

El abucheo a la comitiva oficial en Regla "es un medidor de que si la situación no se resuelve en las próximas semanas, tendríamos que enfrentar a un pueblo lleno de indignación y verdaderamente desamparado. Estamos sentados sobre un barril de pólvora", concluyó.

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