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Relaciones Cuba-EEUU

Académicos explican qué oyeron los diplomáticos atacados en La Habana

Tres estudiosos analizan la grabación difundida en octubre pasado con lo que parecían sonidos de grillos.

Washington

Tres investigadores de la Universidad de Michigan en EEUU y de la Zhejiang en China publicaron este 1 de marzo un estudio en el que explican qué escucharon los diplomáticos estadounidenses en La Habana víctimas de ataques desde 2016, según recoge la revista especializada IEEE Spectrum.

Chen Yan, Kevin Fu y Wenyuan Xu señalan en su texto académico que "una causa probable de lo sucedido en Cuba podría ser que dos señales ultrasónicas que se interfirieron entre sí, crearan un efecto audible de lado".

De acuerdo con estos tres académicos, el sonido que escucharon las víctimas y que la agencia AP difundió en una grabación responde a una interferencia inalámbrica, y no a un arma sónica.

Ondulaciones inusuales en la visualización espectral del audio de la AP llevaron a la antedicha conclusión.

Los especialistas señalaron que la distorsión por intermodulación sería el origen de lo oído por los diplomáticos, es decir, un tipo de sonido que se produce cuando dos señales con diferentes frecuencias se combinan para producir señales sintéticas.

Sensores de las habitaciones, un interruptor o un transmisor ultrasónico podrían haber confluido y ser los causantes del sonido que se escucha en la grabación de la AP, según Fu.

"Cada dispositivo podría haber sido colocado allí por un sujeto diferente, completamente inconsciente del otro. Por supuesto, no sabemos con seguridad que esta fue la causa. Pero esa posibilidad parece mucho más probable que un arma sónica", apostilló Kevin Fu.

"Sabemos —prosiguió— que las señales audibles pueden causar dolor, pero no observamos en este estudio los efectos fisiológicos más allá de eso".

Fadel Adib, profesor de tecnología inalámbrica para sensores y comunicaciones del Instituto Técnico de Massachusetts (MIT) dijo a IEEE Spectrum que este estudio difundido el pasado 1 de marzo es "una mirada creativa en lo que podría haber sucedido".

Adib no participó en la investigación pero examinó sus resultados y sostuvo que las señales inalámbricas pueden interactuar entre ellas "y si eso sucede, se escuchan señales que no se espera escuchar".

"Teniendo en cuenta todas las explicaciones posibles, esta parece la más plausible técnicamente", concluyó.

La grabación del sonido de los ataques difundida por la AP en octubre pasado suena como un estruendoso coro de grillos, pero no precisamente. Quizás como un silbido sumamente agudo.

El sonido parecía manifestarse en vibraciones de diferente duración (siete segundos, 12 segundos, dos segundos) y con silencios de entre uno y 13 segundos, antes de que el sonido abruptamente comenzara otra vez.

Durante meses, Washington calificó esos ataques de "sónicos", pero en una audiencia en el Senado el pasado 9 de enero el Departamento de Estado admitió por primera vez que no tenía certeza de que se tratara de agresiones acústicas.

Sobre los llamados "ataques acústicos", poco se sabe hasta ahora: los sitios donde tuvieron lugar (las viviendas del personal diplomático, los hoteles Nacional y Capri), un número de afectados (24 funcionarios estadounidenses, 19 turistas de EEUU y alrededor de una decena de canadienses), presuntas afectaciones médicas como pérdida de la audición, así como la descripción de lo que oyeron los afectados: un ruido "alto y ensordecedor, similar al zumbido creado por los insectos o a un metal arañando el suelo.

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