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Gastronomía

Comida para vegetarianos en el país que añora la carne

Un local de alimentación vegana intenta abrirse camino en la capital.

La Habana

En un país obsesionado con la carne después de tantos años de racionamiento y prohibiciones, Línea Saludable, un establecimiento de comida vegana, parece un negocio arriesgado. Sin embargo, según la argentina Carla Valenzuela y la cubana Idoris Martínez, sus fundadoras, está logrando abrirse camino entre turistas y nacionales con su propuesta de alimentación alternativa.

Valenzuela, terapeuta en medicina tradicional y oriental, es la promotora de esta línea de comida. En asociación con Martínez, decidió abrir el pequeño local en la calle 17, entre G y F, en el Vedado.

Como otros vegetarianos que viven en Cuba o visitan la Isla, Valenzuela tenía muchas dificultades para encontrar dónde comer pues, a pesar de la diversidad de restaurantes y cafeterías, las ofertas de la llamada vegan food eran y siguen siendo casi inexistentes.

"Empecé a compartir mis conocimientos y mi estilo de alimentación con las personas que me rodeaban", explica.

"Ahora mismo apostamos por un lugar donde la gente pueda adquirir cosas que no se consiguen fácilmente. Apostamos por la alimentación saludable", afirma.

Abierta hace unos siete meses, la cafetería Línea Saludable se ha hecho popular entre los vegetarianos cubanos y, poco a poco, ha logrado que otras personas se acerquen.

"Al principio, mal. Poco a poco se han animado; por curiosidad vienen cada vez más personas. Lo que me interesa es el público cubano, pero llegan muchos extranjeros que necesitan un espacio donde encontrar la comida a la que sí están acostumbrados", aclara Valenzuela.

Alice, trabaja en la embajada de Estados Unidos en La Habana y se ha hecho clienta frecuente del lugar.

"Es una buena opción, además de ser el tipo de comida que me gusta. Tienes la posibilidad de hacer encargos y entrega a domicilio. Y si lo que quieres es un snak, también, porque es comida rápida", asevera.

Liliana visita el lugar por primera vez. "Vine porque mi novio trabaja aquí y de verdad que nada me llamó la atención. ¿Hamburguesas de lentejas? No me parece", dice.

Para Andy, otro de los clientes, "hay que estar abierto a nuevas cosas".

"Cuando vine por primera vez no tenía idea de cómo sabría todo esto, pero quería comer mejor y, la verdad, me ha gustado mucho", agrega.

Leche de calabaza, alpiste o girasol, hamburguesas vegetales, quesos veganos, panes y pizzas integrales son algunas de las ofertas, todas elaboradas en el local.

"Si tú quieres comerte una pizza de diez pesos cubanos, no vienes aquí; pero si estás dispuesto a alimentarte y aprendes el valor de nutrirse, a esas personas le parece baratísimo. Aunque este no ha sido el típico negocio para ganar dinero, lo hago para compartir un estilo de alimentación", afirma Valenzuela.

Como otros dueños de negocios en Cuba, Valenzuela se las ingenia para mantener la oferta a pesar de la inestabilidad del mercado y las dificultades para conseguir materia prima.

"Hay que estar en adaptación constante. La receta que hacía siempre igual la he probado con otros ingredientes y así he encontrado nuevos sabores", asegura.

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