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Poesía

La máscara hecha con excremento macerado

'El lagarto agónico, el hurón/ atravesado por el colmillo/ del pastor tan alemán/ como Nietzsche'

La Habana
Pastor alemán.
Pastor alemán. NFnatcane


así venimos
esquivando,
inmersos en rotaciones,
con giros de excavar,
emerger.
El cuerpo cae,
la palabra
es una horqueta leñosa
que no debe fallar,
calzo,
no debe fallar,
madera echa con sangre de reptil
y mujer;
el cuerpo se analiza
goza de los ecos
en su recorrido,
tiene varias alturas
desde donde deprenderse
para saber de sí.

Un cuerpo en el vacío
aprende
se erotiza
llama la atención,
no depende
de la calidad de la atmósfera
es una fusta
que golpeará
sobre la carne contundente.

En las diferencias de alturas
se crean mandalas
que rigen destinos,
hacen un festín
de la complejidad
para que la horqueta
se pueda lucir,
palabra estremeciendo
al cuerpo
e izándolo sobre
otros cuerpos.   

Dime, ¿cuantos tipos de seres vivos
has visto morir?

El lagarto agónico, el hurón
atravesado por el colmillo
del pastor tan alemán
como Nietzsche,
la salamandra
que el gato destroza en la terraza,
una multitud de cerdos
tras la puñalada,
gallinas y sus cuellos partidos.
la araña (peluda) que bajo
sombra de un pie
se apaga como el acordeón,
el conejo
tras un toletazo
en su cabeza,
la niña debajo
de la goma
de la guagua,
y otros,
muchos otros.

Tantas muertes
se llama experiencia,
una fibra
compuesta de aquella sustancia
indescifrable y peligrosa
que no te atreves
a tocar…
En eso de morir
todo es confuso
y a la vez muy claro,
entre el ojo
de un pargo
y la voluntad de levantar
su agalla
se define la cuestión;
solo los números
poseen la ventaja
y mientras su sexo
continúe ambiguo
esta se hace
más grande.

Todo lo demás
es cuestión de tiempo,
de ocasión
de ensamble,
de que la pelotica veloz
entre por el boquete o
choque contra
un tronco rugoso.

En cuanto a mí ya
he sido R muchas veces,
ese puesto en el abecedario
me golpea fuerte,
así he perdido mi rostro
a prueba del lenguaje,
lo han transformado
en una pasta
caliente y oscura,
pero me sirve igual
cuando cruzo la línea
e imagino
como será el después.

 


Ricardo Alberto Pérez nació en Arroyo Naranjo en 1963. Sus libros de poemas más recientes son ¿Para qué el cine? (Unión, La Habana, 2011) y Vengan a ver las palomas de Varsovia (Letras Cubanas, La Habana, 2013). Publicó una antología personal, Los tuberculosos y otros poemas (Torre de Letras, La Habana, 2008). Ha traducido a Paulo Leminski y otros poetas brasileños. Este poema pertenece a su libro en preparación Distintas maneras de esperar la muerte.

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