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Colombia

Petro apuesta por la Iglesia Católica para acelerar el proceso de diálogo con la guerrilla

Aunque estudiosos de los procesos de paz en Colombia no son particularmente optimistas sobre el diálogo y eventual acuerdo con el ELN, Petro insiste en un mensaje optimista.

Brasilia
Gustavo Petro y el papa Francisco, en su encuentro en el Vaticano.
Gustavo Petro y el papa Francisco, en su encuentro en el Vaticano. Prensa Santa Sede

Después de año y medio en el poder, y sin poder exhibir resultados palpables de lo que prometió sería "la paz total", el presidente colombiano Gustavo Petro se ha jugado una carta audaz al proponer que el proceso de diálogo con la insurgencia de inspiración castrista del Ejército de Liberación Nacional (ELN) se traslade a Roma, con la anuencia del Vaticano.

Petro estuvo de visita en Roma este viernes 19 de enero y tras sostener una reunión privada con el papa Francisco, dijo que su intención es que el proceso de diálogo con el ELN, que ha tenido encuentros en Cuba, México y Venezuela, se efectúe ahora en el Vaticano. Como suele comportarse en estos casos, la máxima jerarquía de la Iglesia Católica no brindó ninguna información o comentario.

El hecho de que el anuncio de Petro se haya producido después de reunirse con Francisco, y que dicha reunión se haya realizado en español y sin traductores, es un indicador de que el presidente colombiano tiene la venia del Vaticano.

Hace un mes, en Ciudad de México, las delegaciones del ELN y del Gobierno izquierdista de Petro anunciaron que habían pactado "la suspensión de las retenciones con fines económicos", un eufemismo para los secuestros y extorsiones que ha seguido practicando la insurgencia que, de su fundación como guerrilla de inspiración castrista, ha terminado por ser parte estructural del tráfico de drogas y de otras actividades ilícitas en Colombia, como lo ha señalado el proyecto investigativo Insight Crime.

Junto a este tema de los secuestros, cuya discusión se vio empañada por el secuestro del padre del futbolista Luis Díaz, un hecho que conmovió a la sociedad colombiana en octubre pasado, las partes también acordaron, aunque en medio de explicaciones encontradas, un alto al fuego en agosto último, y en junio de 2023 habían pactado la participación de la sociedad civil en el proceso.

Sin embargo, el ELN ha sido el grupo insurgente más negado a negociar con los gobiernos colombianos, cuando estos eran de corte conservador, y dada su transformación en una entidad criminal, surgen muchas interrogantes sobre una feliz culminación en el proceso.

Todo esto atenta contra las expectativas de Petro, un exguerrillero que justamente gracias a un proceso de paz se insertó en la vida política democrática de Colombia, quien había prometido una rápida y total resolución de la violencia, que en su origen tuvo una clara bandera política tanto en el ELN como en las FARC.

Precisamente al iniciarse este 2024, el papa Francisco pidió en una misa pública por "la liberación sin condiciones de todas las personas secuestradas" en Colombia. Esto después del acuerdo entre el ELN y el Gobierno en diciembre, y en lo que se entendió una respuesta a los insurgentes que habían condicionado el cese de los secuestros a la obtención de recursos económicos.

"Es posible que hagamos una ronda acá en el Vaticano, ya se hablará con el ELN, que podamos construir un paso todavía mucho más profundo en la dejación de la violencia. A mí me interesaría mucho que la siguiente, o la que pueda establecerse con el ELN, se pueda desarrollar aquí por muchas razones que tienen que ver con la historia del mismo ELN", dijo Petro desde Roma.

La guerrilla del ELN nació en 1964, inspirada en la revolución cubana. Desde su creación, en el grupo rebelde han tenido gran importancia sacerdotes católicos como el cura Camilo Torres y el párroco Manuel Pérez Martínez, máximo líder de esa organización hasta su muerte en 1998.

Petro además destacó que la Iglesia Católica "ha sido un gran apoyo en Colombia a todos los procesos de paz y lo es en este momento en relación con el proceso de paz con el ELN y con el EMC", los grupos remanentes de la FARC que se negaron a seguir con el acuerdo de paz firmado en La Habana en 2016 por la comandancia de ese grupo y el entonces presidente Juan Manuel Santos.

Durante el Gobierno de Iván Duque (2018-2022) las conversaciones de paz con el ELN se rompieron tras un atentado de la guerrilla a la Escuela de Cadetes de Policía General Santander de Bogotá que dejó 22 muertos. Petro ha sostenido un discurso más crítico hacia sus adversarios políticos que hacia el propio ELN y facciones de la FARC, para explicar las razones por las cuales en Colombia aún no se extingue del todo la violencia de origen política, ligada a las otrora guerrillas.

Durante el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018) se pactó una agenda de negociación con el ELN, que se divulgó en Caracas, en marzo de 2016. Sin embargo, estuvieron rodeadas de un rifirrafe que las llevó a un punto muerto, pese a que ocurrió una fase pública de reuniones en Quito, Ecuador a inicios de 2017.

Aunque estudiosos de los procesos de paz en Colombia no son particularmente optimistas sobre el diálogo y eventual acuerdo con el ELN, el presidente Petro insiste en transmitir un mensaje más bien optimista que no parece tan aterrizado en lo efectivamente alcanzado.

"En mayo de 2025 cesa definitivamente la guerra de décadas entre ELN y el Estado", ha pronosticado Petro, quien fue parte de la guerrilla del M19, y luego de un proceso de paz hizo una variada carrera política (concejal, alcalde, senador) como figura de izquierda.

Una muestra de lo poco avanzado al respecto es que los temas más álgidos en una agenda de seis puntos, como son víctimas del conflicto armado y cese del conflicto armado, no han sido aún abordados, al menos en lo que se ha informado públicamente de este proceso.

En paralelo, el ELN ha fortalecido su poder de fuego, cuenta en la actualidad con unos 2.350 combatientes y presencia en regiones como los departamentos de Norte de Santander y Arauca, fronterizos con Venezuela, en el nororiente de Colombia, así como en Nariño y Chocó, en el occidente, cerca de la franja del Pacífico. En los últimos años se ha fortalecido militarmente, se ha expandido y esto se ha logrado, según han documentado entidades como Human Rights Watch, gracias a la complicidad del régimen de Nicolás Maduro.

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4 comentarios

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Quien mejor que el Papa comunista que santificó al cagandante, maestro de las guerrillas terroristas, para santificar a su alumno.

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Vergüenza de papa. Amigo de comunistas y narcos.

El representante de satan recibiendo a el narco petro orgullo paisa con tantas vidas destruidas se dan las manos aquí está el ejemplo Dios los cria y el diablo los une.

Solo ya la desbordante muestra de simpatía del papa izquierdoso Francisco al saludar a un criminal guerrillero terrorista y comunista ahora presidente de Colombia, es una VERGUENZA para el Vaticano