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El Salvador

Bukele apuesta por refundar al Estado salvadoreño con la mira puesta en las elecciones de 2024

Las nuevas medidas van a generar un clima de conflictividad donde el presidente de El Salvador se siente a sus anchas.

Caracas
El presidente salvadoreño Nayib Bukele anunciando las nuevas medidas.
El presidente salvadoreño Nayib Bukele anunciando las nuevas medidas. Twitter/ Nayib Bukele

El presidente Nayib Bukele, quien ya tiene un evidente control sobre los otros poderes públicos de El Salvador, ha lanzado una nueva cruzada. El mandatario promueve la reducción de 84 a 60 el número de diputados del Congreso unicameral y de 262 a 44 los alcaldes y municipios, en la reforma del Estado más profunda desde que se estableció la democracia en 1982.

El anuncio de Bukele, hecho el 1 de junio en medio de un discurso justamente ante la Asamblea Legislativa con mensajes de que habrá sanciones para los corruptos, fue seguido este 6 de junio de una decisión casi unánime en el Congreso, controlado ampliamente por sus partidarios, para darle carácter de urgencia a esta reforma institucional sin precedentes.

La diputada oficialista Elisa Rosales, quien fue empleada de la alcaldía de San Salvador cuando Bukele fue alcalde, aseveró que la propuesta busca establecer una normalización, ya que "el número actual de diputados (84) carece de justificaciones técnicas". Las alcaldías se reducirían esgrimiendo razones presupuestarias, para ahorrarle dinero al Estado salvadoreño que se destinarían a obras esenciales para la ciudadanía.

Bukele, quien cumplió cuatro años en el poder este 1 de junio, anunció además que impulsará reformas legales para reducir el Estado y para combatir la corrupción, en un discurso ante el Congreso en medio de seguidores que coreaban "Reelección, reelección".

De acuerdo con el portal de noticias El Faro, cuya redacción debió exiliarse en Costa Rica tras amenazas en su contra, el anuncio del presidente Bukele ha sido una suerte de terremoto político. El mandatario les solicitó a los diputados, en una cámara donde su partido tiene poder de decisión total, que antes de las elecciones de 2024 eliminen un tercio de los escaños de la Asamblea y también el 80% de las alcaldías del país, lo que trastoca por completo el mapa electoral.

Este 6 de junio, cuando los diputados del bukelismo cambiaron la agenda legislativa, quedó en evidencia la nueva correlación, que se estableció con las elecciones parlamentarias de 2022, y que le da amplio poder a Bukele. 64 diputados asistieron a plenaria, ya que los opositores decidieron ausentarse para manifestar su rechazo, y 63 aprobaron darle prioridad a esta amplia y a la vez sorpresiva reforma planteada por el presidente del país centroamericano.

Para el presidente, quien ha dicho que buscará la reelección en 2024 aunque esto no está permitido por la Constitución, El Salvador tiene "problemas de origen" en la conformación del Estado-Nación.

En ese mismo mensaje se elogió la lucha llevada adelante por su Gobierno en contra de la inseguridad, un flagelo que a su juicio ya había sido erradicado con "la guerra contra las pandillas". Y, luego dijo que era momento de una nueva batalla: la nueva "guerra" de Bukele será contra la corrupción.

Analistas estiman que el cambio radical en el número de alcaldías, el reordenamiento territorial que eso implica y la reducción del número de diputados, va a generar un clima de conflictividad donde Bukele se siente a sus anchas y, según expertos en comunicación política, reforzará su narrativa de la refundación de El Salvador.

En septiembre de 2021, dos días después de que la Asamblea Legislativa, dominada por adláteres de Bukele, decidió despedir de un plumazo a un tercio de todos los jueces del país, así como a decenas de fiscales, la Sala de lo Constitucional que impusieron los propios diputados del bukelismo, dictó una sentencia reñida con la Constitución vigente, que abrió la puerta a la relección del mandatario de 41 años.

Pese al rechazo abierto de las principales organizaciones internacionales de derechos humanos, por los excesos de su combate a las pandillas y la extensión por más de un año de un estado de excepción, dentro de El Salvador Bukele goza de amplia popularidad y no tiene contrapesos políticos en el seno de la oposición política.

"El Gobierno y el presidente tienen todo servido para la reelección, no solo por el respaldo popular, sino que tiene el control de la mayoría de la institucionalidad", señaló el vicerrector de la Universidad Centroamericana (UCA), el jesuita Omar Serrano, a medios de prensa en San Salvador.

Por su parte, otro jesuita, el docente de la UCA Rodolfo Cardenal afirmó que con la presidencia de Bukele el país centroamericano "vive la negación del derecho constitucional y los derechos humanos".

Para Cardenal, estos cuatro años de un Gobierno que trasgrede las normas pero que tiene alta popularidad deja en evidencia que la sociedad salvadoreña "tiene una mentalidad dictatorial y autoritaria" y, si bien en el corto plazo hay efectismo en las medidas, en el largo plazo no será sostenible.

Estas críticas y otras de defensores de derechos humanos son descalificadas por Bukele y sus seguidores en las redes sociales, particularmente en Twitter. Bukele tiene 5,2 millones de seguidores en dicha red social, una cifra exorbitante dado que El Salvador tiene apenas 6,3 millones de habitantes.

Según estudios realizados por especialistas de la UCA, los mensajes de Bukele encuentran gran acogida entre los 2,5 millones de salvadoreños que residen en EEUU.

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1 comentario

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Digan lo que quieran pero las medidas de este hombre trabajan, si en otros países del área la aplicarán, no habría tanta emigración y corruptos como ahora.