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Justicia

La versión de Eduardo

En un documento judicial presentado por su abogado defensor, Eduardo Pérez de Morales relata cómo una oferta de su hermano acabó arruinándole la vida.

Miami

Recientemente este diario publicó una entrevista con Jorge Emilio Pérez de Morales Santé, en la que habló de su hermano menor, Eduardo Pérez de Morales. Este, después de declararse culpable por haber conspirado para lavar dinero proveniente del fraude al Medicare, fue sentenciado a tres años y medio de cárcel y a otros dos de libertad vigilada.

Pérez de Morales sirvió de correo entre su hermano, Jorge Emilio, dueño de la compañía de remesas Caribbean Transfers, y unos defraudadores de ese seguro de salud. Se calcula que solo Eduardo logró lavar entre un millón y 2.5 millones de dólares de dinero estafado al Medicare.

Según la Fiscalía del Distrito Sur de la Florida, el esquema de esta conspiración incluyó cuatro pasos:

  1. Defraudadores del Medicare enviaban facturas fraudulentas a ese seguro de salud.
  2. Luego de recibir millones de dólares en concepto de rembolso por el Medicare, los defraudadores escribían cheques o hacían transferencias a cuentas bancarias en Canadá, México y otros lugares.
  3. El dinero era enviado a Cuba.
  4. Después de que el dinero llegaba a Cuba, los involucrados —incluido Eduardo Pérez de Morales— desembolsaban efectivo a los cerebros del fraude al seguro de salud.

Caribbean Transfers está en el ojo del huracán desde septiembre de 2012, cuando se presentaron cargos criminales contra su directivo Jorge Emilio Pérez de Morales Santé por conspiración para lavar dinero estafado al Medicare. Jorge Emilio, empresario cubano que vivía en República Dominicana, está considerado un fugitivo de la justicia de EEUU y su nombre está circulado por Interpol.

En la entrevista publicada en este diario, él intenta esquivar estas circunstancias al afirmar que no puede ser considerado fugitivo de EEUU por no haber residido allí. Cuando, en verdad, es fugitivo, no por huir de un lugar sino de la acción de la justicia.

De acuerdo a la Fiscalía, a través de su compañía de remesas Jorge Emilio Pérez de Morales Santé habría lavado 238 millones de dólares estafados al seguro de salud estadounidense.

El pasado febrero, el abogado defensor de Eduardo Pérez de Morales presentó un documento ante las autoridades judiciales en el que relata cómo su cliente se involucró en esta operación de lavado de dinero gracias a una oferta de su hermano mayor. 

En ese escrito, del que a continuación se reproducen algunos fragmentos, Eduardo Pérez de Morales es identificado como el Sr. Pérez. (El documento puede leerse íntegramente aquí.)

La versión de Eduardo, según su abogado defensor

El 14 de octubre de 2005, el Sr. Pérez, un muchacho de 18 años, llegó con su madre a EEUU desde Cuba.  Se matriculó y estudió en la secundaria de Coral Gables y recibió su diploma de la U.S. International Academy.  Mientras estudiaba, comenzó a trabajar como lavaplatos para ayudar a su madre a llegar a fin de mes.  A menudo, este trabajo lo mantenía ocupado hasta la una de la madrugada en días entre semana.  El Sr. Pérez tenía que levantarse a las 6:00 am para asistir a clases a las 8:00 am.  Este era el esfuerzo de alguien que intentaba ir a la escuela a tiempo completo y que intentaba asimilar una nueva cultura, un nuevo idioma y nuevas formas de hacer las cosas.  El hermano del Sr. Pérez y su figura paterna mientras creció en Cuba, Jorge Pérez de Morales Santé, intervino y le ofreció al hermano pequeño una solución conveniente. 

(El padre del Sr. Pérez emigró a EEUU muchos años antes por lo que el Sr. Pérez fue criado por su madre y por su medio hermano Jorge Pérez de Morales Santé.  El padre del Sr. Pérez falleció en enero de 2007, poco tiempo después de que el Sr. Pérez llegara a EEUU.)

Empleando su rol como figura paterna, Jorge Pérez de Morales Santé sugirió que el Sr. Pérez podría trabajar para un amigo suyo en EEUU, con el cual hacía negocios (...).  Este trabajo lo haría después de la escuela y por él recibiría algunos cientos de dólares cada semana.

Esta oferta del hermano mayor arruinó la vida del Sr. Pérez.  El hermano del Sr. Pérez ha estado haciendo negocios en EEUU por algún tiempo, adonde libremente entraba y salía con frecuencia.  No había nada en la oferta inicial ni en los negocios de Jorge Pérez de Morales Santé que hubieran llevado al Sr. Pérez a conocer que él se iba a embarcar en actividades criminales.  Esto es especialmente cierto dada la edad del Sr. Pérez y la confianza tácita en su hermano mayor.

Eventualmente, su hermano y sus cómplices comenzaron a darle la tarea al Sr. Pérez de hacer entregas de dinero.  Fue entonces cuando, con el paso del tiempo, el Sr. Pérez llegó a apreciar algo raro en los negocios que su hermano y sus socios hacían.   El Sr. Pérez reconoce que de esa manera supo que él se había involucrado en un esquema de lavado de dinero, pero que para entonces él estaba metido de lleno y que no se salió de la conspiración como debió haber hecho.  El Sr. Pérez admite su culpa por esa responsabilidad y cree que él debe ser castigado acorde a la misma.

El Sr. Pérez ha cumplido con su obligación bajo U.S.S.G, 3E1.1(b) en lo que respecta a la aceptación de la responsabilidad y proveyó un resumen detallado de su rol en esta conspiración.  El Sr. Pérez está también apto para cooperar con las autoridades sosteniendo entrevistas con el Gobierno.

(…)

El Sr. Pérez nació en La Habana, Cuba, el 3 de septiembre de 1987 y es el único hijo de Dulce María Pérez y Osvaldo Pérez de Morales.  El Sr. Pérez tiene tres hermanos mayores por la rama paterna:  Osvaldo Pérez de Morales Santé (de 53 años), Jorge Pérez de Morales Santé (de 50 años) y Ana Lourdes Pérez de Morales (de 48 años).  Su padre murió en enero de 2007 y su madre está enferma.  Como resultado del arresto del Sr. Pérez, su madre necesitó una semana de hospitalización y ahora está bajo el cuidado de un médico y tomando medicamentos.  El mayor de los hermanos, Osvaldo, está muy enfermo y recibe tratamiento por metástasis de un cáncer de pulmón. Existe una posibilidad muy real de que Osvaldo no viva lo suficiente para ver a su hermano fuera de la cárcel.

El Sr. Pérez es ciudadano estadounidense (…)  Aunque estaba comprometido a casarse cuando fue detenido, sigue soltero y no tiene hijos.

Los problemas familiares, financieros y legales representan una carga para él.

El Sr. Pérez no tiene un historial criminal previo.

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