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Finanzas

Mercado negro, dinero efectivo y libertad en Cuba

Quienes desean una Cuba libre deben abrazar y sostener el mercado negro, tanto como quienes desean un país sometido le temen y tratan de destruirlo con la eliminación de aquello que lo hace posible: el dinero en efectivo.

La Habana
Cola en una oficina del Banco Metropolitano, en La Habana.
Cola en una oficina del Banco Metropolitano, en La Habana. Diario de Cuba

Algo funciona terriblemente mal en un país donde el mercado negro de la leche en polvo es infinitamente superior al de la cocaína, o cuando el mercado negro de los antibióticos y los sueros citostáticos está más extendido que el de las armas de fuego.

Todo mercado negro es, primariamente, una reacción política, pues no es la escasez sino las barreras que al comercio ponen las autoridades lo que fomenta los intercambios ilegales, por ello, este tipo de comercio subterráneo está más extendido no donde hay menos oferta, sino donde hay más prohibiciones.

Como resistencia subversiva a la élite que monopoliza el Estado, el mercado negro es siempre reprimido bajo pretextos de salud pública, seguridad colectiva, control fiscal y demás ocurrencias, todo lo cual llega al paroxismo cuando, como en Cuba, el control del individuo es imprescindible para el sostenimiento de la casta política.

Así, el sistema castrista intenta impedir al máximo la autonomía individual y las covalencias horizontales entre ciudadanos, imponiendo relaciones verticales entre el pueblo y un Gobierno que se apropió de recursos y poderes para convertirse en imprescindible para la subsistencia de las personas.

Bajo este esquema totalitario, el mercado negro es especialmente amenazante para el poder y, probablemente, el último reducto de libertad, pues mediante él no solo se intercambian mercancías, permitiendo actividades que el Gobierno prohíbe, sino que se comunica información y ejemplos de desarrollo personal —de cubanos despectivamente llamados bisneros o negociantes—, independientes de un poder que se autoimpone como indispensable para la estabilidad social.

Por eso, quienes desean una Cuba libre deben abrazar y sostener su mercado negro, tanto como quienes desean una Cuba sometida le temen y tratan de destruirlo mediante la eliminación de la tecnología que lo hace posible: el dinero en efectivo.

La propiedad menos señalada del dinero en efectivo, por su poca relevancia económica, es el anonimato que, sin embargo, es una característica políticamente trascendental, tanto así que el futuro de la libertad en Cuba depende de que esta tecnología no sea sustituida por medios de pago rastreables a partir de los cuales puedan conocerse y controlarse discrecionalmente las actividades individuales.

Desde que hace dos años se intensificaran los esfuerzos del castrismo por eliminar el dinero en efectivo bancarizando el comercio, hemos alertado de la amenaza que se cierne sobre Cuba, pues la bancarización cerraría el círculo totalitario, dándole al Gobierno una capacidad de control tal que sería un jaque mate a la sociedad civil y a cualquier posibilidad de contestación y protesta. Los individuos quedarían absolutamente a merced del Estado, que monitorearía fácilmente sus acciones, desplazamientos, interacciones, gastos, y no solo por motivos fiscales, sino principalmente por motivaciones políticas.

Por suerte, el agotamiento de las reservas materiales de Cuba —infraestructura, divisas, mano de obra— frenó el avance de este totalitarismo 3.0, pero, es un tema que el castrismo no pierde de vista, y aunque despacio, sigue avanzando y dedicándole recursos, entre otras cosas, porque es quizás el único punto donde confluyen un aumento del control social con un aumento de la eficiencia económica.

Recientemente, el viceministro de Comunicaciones, Ernesto Rodríguez, declaró que la lentitud no es por carencia de recursos, sino "un tema cultural más que tecnológico", y por lo tanto, "se debe fortalecer el trabajo a nivel territorial en cuanto a la exigencia de que el pago electrónico esté presente en cada entidad, en cada negocio donde se preste un servicio".

"Debemos lograr que todos los establecimientos comerciales del país —ya sean estatales o privados— tengan habilitado el pago electrónico", dijo Rodríguez. Traducido, esto significa que, aunque la gente esté renuente a la bancarización, la van a obligar.

Pero afortunadamente, si en algo es consistente el castrismo, aparte de en priorizar su poder por encima del bienestar del pueblo, es en su infinita capacidad para el fracaso; así, aunque ya hoy existen dispositivos de comercio electrónico en el 64% de las bodegas, en el 90% de las tiendas de Cimex y en el 36% de las Tiendas Caribe, solo se ha realizado por esa vía el 1,1% del total de pagos, según Inalvis Smith, viceministra de Comercio Interior.

No obstante ese espectacular fracaso en la implementación del comercio electrónico, el Gobierno ahora está apoyado por los rusos, para quienes sería ideal bancarizar a Cuba por las mismas razones que eso sería ideal para el castrismo. No en balde la nota de prensa de Sputnik que levantó el telón sobre el acercamiento entre ambas dictaduras destacó que Boris Titov, el mafioso delegado por Putin para la recolonización de Cuba, enfatizó que "el papel de los bancos en el sistema descrito es muy importante, son ellos quienes crean la plataforma en la que se basa" y, además, "los participantes en la discusión enfatizaron que, en el marco del concepto, las criptomonedas —medios de cambio anónimos— en Cuba no deben circular".

¿Habrá suficiente inversión rusa para financiar la tecnología necesaria para minimizar el uso del dinero en efectivo en Cuba? ¿Será mayor el interés combinado de ambas dictaduras que parecen estar aliándose para desplumar aún más al pueblo cubano y a su emigración, que la tendencia del castrismo al fracaso? Los problemas internos de Rusia ponen en cuestión su capacidad para esta aventura caribeña, pero el poder central de Moscú no es el único poder económico en Rusia.

Lo que está claro es que reducir y eliminar las transacciones en efectivo es objetivo de alta prioridad para el castrismo que, cansado de esperar que se llegue ahí por evolución, ha decidido imponerlo por la fuerza de su ley, lo que es atemorizante porque, aunque la libertad tiene a su favor el historial de fracasos del régimen cubano, lamentablemente tiene en su contra la poca atención que los medios le prestan a las consecuencias de la bancarización sobre la política en Cuba. Ojalá eso cambie pronto.

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3 comentarios

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Profile picture for user Pedro Benitez

Parece que el miedo que siente la junta militar está relacionado con una élite de cubanos con solvencia e intereses políticos mixtos. (El tirano pierde reflejos por la edad, y se aferra como puede).

Profile picture for user Pedro Benitez

El sistema genera suficiente corrupción para crear una simbiosis entre el Estado, y el tráfico de materias primas e influencias. Mandar a los universitarios a custodiar gasolineras funcionó por un tiempo breve. La simbiosis entre el mercado informal y el sistema de gobierno, está fuera de equilibrio, y esta vez con carácter definitorio.

Profile picture for user EL BOBO DE LA YUCA

"Algo funciona terriblemente mal en un país donde el mercado negro de la leche en polvo es infinitamente superior al de la cocaína o cuando el mercado negro de los antibióticos y los sueros citostáticos está más extendido que el de las armas de fuego." !Oh, frasecita peligrosa! Claro que se entiende lo que Rafaela quiere decir, pero..., me pregunto: ?qué es preferible?