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Derechos humanos

La carta de los tres sacerdotes cubanos fue obra de más personas, explica uno de los firmantes

'Otros sacerdotes y laicos también dieron ideas y ayudaron en la redacción', señala José Conrado.

Miami

La carta de los tres sacerdotes cubanos al general Raúl Castro que fue dada a conocer la semana pasada fue obra de más personas, explicó a Diario Las Américas el padre José Conrado Rodríguez, uno de los firmantes.

"Otros sacerdotes y laicos también dieron ideas y ayudaron en la redacción", dijo Conrado Rodríguez.

La misiva reclama a Raúl Castro libertades religiosa y de expresión, alternativas educacionales e independencia de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial ante la "ausencia de un Estado de derecho" en la Isla.

Los párrocos también criticaron el "desamparo económico en que vive el pueblo cubano" y demandaron "elecciones libres".

En la entrevista con Diario Las Américas, Conrado Rodríguez contó que a pesar de que él y los otros dos firmantes, Castor José Álvarez y Roque Nelvis Morales, viven lejos en la Isla lograron coordinarse.

"Hace poco más de un mes uno de los firmantes vino a verme; conversamos sobre la situación del país y ahí surgió la idea de la carta y los temas que podríamos abordar. Luego la fuimos elaborando entre los tres", explicó.

"Era importante que la carta no fuera obra de una sola persona. De hecho, la idea de la carta no es mía", agregó sin revelar quién fue la persona que tuvo esta idea.

Sobre el hecho de que la jerarquía eclesiástica eludió hacer comentarios sobre esta misiva y dijo que solo se pronunciarían en materia doctrinal, señaló: "(No siento) nada de frustración (por eso). Decir que la Iglesia solo interviene cuando hay asuntos doctrinales significa que la carta no contiene errores desde el punto de vista de la Doctrina Social de la Iglesia".

"Destacar —prosiguió— que son opiniones personales es una forma de expresar que cada cual tiene su responsabilidad y la asume. Tampoco es una condena, porque, efectivamente, el contenido de la carta no es impugnable".

Interrogado sobre el motivo de la carta, el sacerdote sostuvo: "Uno tiene que hablar y decir las cosas. La parte que le toca a uno es decir la verdad; el otro puede aceptarla o no. Uno quisiera que escuchara, porque nos parece razonable lo que decimos. Lo hemos hecho con las mejores intenciones, pero lo consideramos una obligación de conciencia".

"Cabe la posibilidad de que las autoridades se disgusten, y eso supone cierto riesgo, pero cuando uno actúa en obediencia a su propia conciencia, a lo que siente que Dios le pide, hay que hacerlo", agregó.

Acerca de la reacción de las autoridades abundó: "No sé si escucharán, pero el deseo es que los ilumine, que los ayude. Ahora bien, es una carta abierta y, aunque va dirigida a Raúl Castro, también habla para los demás, los cubanos de aquí y de allá. La carta quiere hacer pensar y recordar que existe una situación, muy compleja, que afecta a muchos cubanos y que urge buscarle solución".

"La carta ha despertado adhesión y apoyo; supongo que entre algunas personas provoque lo contrario. Hasta ahora lo que he notado es mucha gente interesada en conversar sobre los temas que tratamos", concluyó el cura.

Conrado Rodríguez se encuentra de visita en Miami y la próxima semana regresará a Cuba, a su parroquia de San Francisco de Paula, en Trinidad.

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