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Boxeo

Robeisy Ramírez, 'El Tren' cubano convertido en símbolo

En el cuadrilátero del Ariake Arena en la capital japonesa, Ramírez logró retener la corona de la Organización Mundial de Boxeo y pidió libertad para Cuba.

La Habana
Robeisy Ramírez, a la izquierda.
Robeisy Ramírez, a la izquierda. Robeisy Ramírez/Twitter

La Ciudad Nuclear, un fantasmagórico pueblo cruzando la bahía de Cienfuegos, tiene tantos o más títulos en Olimpiadas que 71 delegaciones con participación en lides bajo los cinco aros. El responsable no es otro que Robeisy "El Tren" Ramírez, un chico que a puro golpe subió dos veces a lo más alto del podio en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.

En su momento, Cuba lo aclamó como el octavo pugilista de la Isla con dos coronas estivales, un héroe en toda la regla.Tenía solo 22 años, pero Robeisy parecía destinado a emular el palmarés en Juegos Olímpicos de leyendas como Teófilo Stevenson o Félix Savón, hasta que en el 2018 tomó una decisión que cambió para siempre el curso de su carrera. En México, se separó del equipo nacional y apuntó rápidamente al profesionalismo, un terreno inexplorado y repleto de promesas para el talentoso cienfueguero. Aunque ha pasado el tiempo, esa "traición" no la perdonan en algunos círculos de poder en la Isla, desde donde le han prohibido a Ramírez cantar su himno y llevar su bandera en un escenario competitivo internacional.

Como si lo persiguieran a cualquier rincón del planeta con una orden de destierro, como si fueran matones intimidando a sus hijos supuestamente "descarriados", como si rescataran el absurdo y discriminatorio término de "excubano" utilizado por un periodista en la televisión nacional para referirse a un atleta emigrado, la Embajada Cubana en Japón solicitó a la promotora nipona Ohashi Promotions que no se utilizara el himno de Bayamo durante la presentación de Robeisy contra Satoshi Shimizu en un cartel organizado en Tokio. 

La cara del boxeador antillano cuando le informaron por primera vez sobre el asunto fue de incredulidad y de decepción, pero no había ni rastro de sorpresa, porque sabía perfectamente hasta dónde pueden llegar las malas intenciones del régimen cubano.

"Han exigido que yo no use la bandera de Cuba ni en mi ropa ni en ningún otro lugar (…) El himno, como la bandera, no le pertenecen a ellos. El himno y la bandera los llevo en mi corazón. Lo que no saben es que lejos de callarme lo que han logrado es motivarme a continuar logrando éxitos y alzar aún más mi voz en clamor por la libertad de la tierra que me vio nacer y que orgullosamente represento en todo lo que hago", escribió Robeisy en Facebook tras conocer la noticia.

Dicho y hecho. Solo unas horas después, el cienfueguero se subió al cuadrilátero del Ariake Arena en la capital japonesa, sacó a relucir toda esa energía nuclear que tiene de cuna y retuvo la corona de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). La pelea, pudiera decirse, fue un monólogo de "El Tren", quien tumbó a Shimizu en solo cinco asaltos por un nocao técnico inapelable.

Ganchos, uppercuts, rectos y velocidad endemoniada en los desplazamientos y las combinaciones fueron la clave para la victoria del cubano, quien explotó la corta distancia y no acusó la más mínima dificultad para afrontar la diferencia de estatura con el japonés. 

Shimizu, quien tuvo un tímido intento de reacción en el tercer round, se vio obligado a retroceder y quedó casi siempre a la defensiva ante la intensidad del cubano. La sentencia definitiva llegó en el quinto asalto, cuando una serie de uppercuts le movieron el piso al pugilista local y lo mandaron a la lona. El japonés, que sangraba por la nariz, superó el conteo de protección, pero enseguida Robeisy fue como una fiera a rematar a su presa y lo consiguió combinando golpes con sus dos manos, ante la cual el árbitro Ramón Peña detuvo el combate. 

¡De nuevo campeón! El dominio había sido abrumador, como lo reflejan también las estadísticas. Según las estadísticas de Compubox, Robeisy logró un 44,1% de efectividad con sus golpes (100 de 227) y fue todavía mejor (58%-86 de 146) en golpes de poder. La diferencia con Shimizu fue total, pues el japonés solo tuvo un 11,8% (22 de 187) de efectividad con sus golpes. Todo esto lo notó la afición local, que terminó aclamando y aplaudiendo a Ramírez cuando bajó del ring.

Esta fue la decimotercera victoria consecutiva (ocho por KO) de Robeisy como profesional, después de estrenarse con una derrota contra Adan González el 10 de agosto del 2019. Han pasado ya casi cuatro años desde aquel episodio que hizo dudar a muchos sobre la calidad del cienfueguero, quien luego ha demostrado su valía y su capacidad para crecer a pasos agigantados. Lo mejor es que el proceso, lejos de terminar, todavía está empezando. A "El Tren" le quedan muchas paradas y, por el ritmo que lleva, tal parece que avanza con energía atómica. 

Tras el triunfo, la celebración más efusiva de Robeisy no fue ante la grada ni ante las cámaras de las grandes televisoras. Ya en su camerino y acompañado por su gente de confianza, Robeisy cantó el himno cubano junto a su entrenador Ismael Salas.

"Ahora sí, que vengan a quitármelo aquí. Esto es pa' Cuba", dijo "El Tren" en un video difundido en redes sociales. Al final, las autoridades cubanas buscaron distorsionar un contexto deportivo y competitivo, buscaron ensombrecer la figura de Robeisy, pero solo lograron convertirlo en símbolo.  

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6 comentarios

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Hizo lo que tenia que hacer llevar la bandera y cantar el himno que eso nadie lo puede prohibir ni esas ratas ni los gobierno lacayos

Linda actuación de mi compatriotaaaaa. En hora buena muy bravooo. Muy bien que la hicistes.
Dios te vendiga hermano

Profile picture for user Ramon Santis

Felicidades! eres un doble campeon. Campeon en tu division y campeon en tu coraje de decir sin miedo ni embarajes cantinflescos contra la dictadura que oprime al pueblo cubano. Te deseo muchos exitos mas campeon!

----LA VERDAD SOBRE EL 26 DE JULIO-------El 26 de julio de 1953 los secuaces del HP en jefe asaltaron el hospital del Cuartel Moncada y acribillaron a balazos a los convalecientes que ahí guardaban cama. El HP en jefe y su joven medio hermano, el mariconcito Raúl Castro, claro, no se arriesgaron, como nunca lo hicieron, se pusieron a buen recaudo y con sendos anteojos, mirando y disfrutando desde llejos esa macabra masacre. ¡QUÉ VALENTÍA, QUÉ HEROICIDAD la de este par de cobardes. Ellos nunca tuvieron coj... para estar en un campo de batalla donde las balas adornaban el espacio. El HP en jefe y la Raúl, par de cobardes, siempre mandaban a otros a estar entre las balas mientras ellos quedaban ante el público como los valientes héroes.

Robeisy, te felicito. Algunos deportistas dicen que el deporte no hay que mezclarlo con la política. Falso, hoy en día la política interactúa con todas las actividades humanas: el arte, el deporte, la ciencia. la cultura, etc. Hay que aprovechar todas las oportunidades para lanzar la voz contra la peor y más inhumana dictadura que ha visto América. PATRIA Y VIDA.

Muy bien Robeisy!!! Felicidades y éxitos.