Back to top
Crítica

Ni un sí ni un no, sino todo lo contrario

Enrique del Risco adelanta en un libro su plataforma para hacerse del poder en Cuba en 2018 y hasta la eternidad. Socialismo del siglo XXII, lo llama. Y también Proyecto Trespatines.

Miami Beach

Había jurado no presentar jamás a un político. Prometí, con lágrimas en los ojos que nunca hablaría de uno de ellos en favor ni en contra, sino todo lo contrario. Pero era muy feo hacerle un feo al primer cubano que enarbola como programa de gobierno el Proyecto Trespatines, el más preclaro, el más lúcido, el más realista y divertido de todos los cubanos.

Me estoy refiriendo a José Candelario Trespatines, un hombre que conserva su completa vigencia. Un cubano que bien pudiera ser el único  ejemplar del hombre nuevo, con su visión abierta, jocosa y contradictoria de la vida que sirve de apoyo a otro cubano visionario y enloquecido que aspira a ser presidente de Cuba en algún momento entre el 2018 y la eternidad.

Ese otro cubano lúdico y lucido al que aludo, que como todo cubano que se respete, vive en West New York, New Jersey o Miami, está hoy entre nosotros y responde, cuando le da la gana y lo oye, al cubanísimo nombre de Enrisco.

Enrisco toma su nombre y su esencia, y reúne en este libro todos los Enriscos múltiples que conforman su osadía y su valía como candidato único a la presidencia de Cuba en el cercano año del 2018. Encontraran en este libro-plataforma, sobre todo, su constante preocupación respecto a lo que tiene que hacer el Comandante, y, sobre todo, qué hacer con el Comandante.

En esta compilación demuestra, de ñapa, que es un cubano nato, un cubano reyoyo y natural, que opina de casi cualquier cosa sin habérsele preguntado.

Creo que tener alguna vez en nuestra triste isla, después del paso de tanto general y tanto doctor a un hombre desprovisto de títulos, imbecilidad y charreteras, sería un logro inconmensurable.

Que por fin nos dirija con sano desparpajo alguien con sentido del humor, será un profundo alivio, después de tanto pesao jorobando nuestros destinos.

Enrisco es un ser ácido, vitriólico, recio, pero a la vez un amigo fiel, un jodedor reflexivo, y un hombre discreto, capaz de no revelar durante muchísimos años que la causa verdadera de la muerte del General Arnaldo Ochoa fue una anemia aguda, como consta en el certificado de defunción que él tuvo entre sus manos cuando fuera historiador de la Necrópolis de Colón, que Dios tenga en su santa gloria a ver si la repara alguna vez.

Aspirar a presidente de una isla como Cuba, que ha sido colonia y república, y que ha tenido, incluso, gobiernos dentro y fuera simultáneamente, y que ha sabido ser colonia sin quererlo, y república también sin quererlo, es tarea de titanes. Y qué digo de titanes, de Tintanes y mucho más de Cantinflas. Sobre todo yendo a contracorriente de aquellas sabias y cada vez más preclaras palabras de Francisco de Arango y Parreño en su Discurso sobre la Agricultura.

Lo digo con conocimiento de causa. Durante el tiempo que viví en el país que pretende gobernar mi amigo Enrisco, comprobé que:

a. cualquiera lo gobierna

b. es prácticamente ingobernable

c. no vale la pena hacerlo.

Marque con una cruz la opción deseada.

A través de esos años, en los que siempre me acompañó la agradable sensación de estar en el sitio incorrecto en el momento equivocado, tuve constantemente estados anímicos diversos: euforia, tristeza, alegría inexplicable, entusiasmo revolucionario, desesperación, serenidad frente al enemigo, júbilo y muchos deseos de convertir el revés en victoria. Con todo eso, así mezclado, sin orden ni concierto, cualquier siquiatra de tercera, recomendaría una larga temporada de internamiento. Todavía, en ocasiones, sobre todo en las noches de luna llena, siento que soy un hueso duro de roer.

Blandir el Proyecto Trespatines como plataforma política, no es solamente un suicidio, ni una feroz automutilación. Va más allá. ¿A dónde? Nadie sabe. Pero es también un acto valiente declarar que luchará con todas nuestras fuerzas hasta dejarnos exhaustos, cosa que es buena, y es también una de las virtudes que el cubano actual ha alcanzado gracias a los esfuerzos de la revolución: no tiene que esforzarse para nada.

A su vez, Enrisco centra sus esfuerzos mayores en luchar contra el Imperialismo, una de las empresas más lucrativas, atractivas y confusas de los últimos cien años, y promete solemnemente no dejar que el papel sanitario caiga en manos de cualquiera, así como apoyar, sostener y respetar instituciones culturales ya folclóricas como son la chivatería y las colas.

No habla, en esa idea grandiosa que él llama socialismo del siglo XXII, de elecciones generales, ni de cambio. Mucho menos aparece en parte alguna de su plataforma casi insular la idea de alimentar nada ni a nadie, porque alimentar es un verbo que pudiera abrirle el apetito a más de uno, y en muchos sentidos.

En fin, el candidato manifiesta su sana intención de descojonarnos totalmente, sin exigirnos a cambio la alegría hipócrita del apoyo o las concentraciones populares. Es probable que durante su gestión presidencial la familia de Descemer Bueno pueda por fin conseguir algún que otro jugo de frutas.

Sé que lo logrará. O al menos, quedará sobre nuestras conciencias que lo logre o no. Solo digo que para mí, solamente un hijo de la revolución, desencantado con la revolución, puede hacer la revolución. O no… Porque hemos logrado la libertad de hacer lo que nos venga en gana y la posibilidad de no hacerlo.

Si Enrisco lograra colarse en la presidencia de nuestra isla, espero que recuerde el apoyo que hoy le doy, y me toque con algún consulado, cancillería o embajada bien lejos de La Habana, que es como mejor se disfrutan las dictaduras.

No digo más. De algunos hombres que tienen en la frente la marca indeleble de su destino no se puede decir más sin caer en la vulgaridad de la ofensa.

Aquí está nuestro candidato lleno de futuro y pastelitos de guayaba. Aquí están sus ideas, tan grandes que son casi ideotas.

Lean, valoren, y después decidan. Lean y bótenlo, así con be de burro.

 


 

Palabras en la presentación del libro, Miami, 11 de septiembre de 2014.

Enrique del Risco, Enrisco para presidente (Sudaquia, Nueva York, 2014)

 

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.