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Arquitectura

El neoárabe de La Habana exótica

'De los diferentes estilos historicistas que enriquecieron el vocabulario ecléctico de la Cuba republicana, fue habitual el de inspiración árabe, islámica, mudéjar o morisca.'

Madrid
Palacio de las Ursulinas, La Habana Vieja.
Palacio de las Ursulinas, La Habana Vieja. CubaConecta

Viendo las imágenes del reciente derrumbe en Centro Habana, salta a la vista el estado de otras edificaciones vecinas, en particular el antiguo Hotel Jerezano, situado en la esquina de Prado y Virtudes. Desde hace más de una década son notables las afectaciones de sus balcones, actualmente desplomados en la sección de esquina.

Inaugurado en 1911, este singular edificio de tres plantas se distinguió por su vistosa fachada de motivos islámicos. Fue una de las tantas construcciones que a inicios del siglo XX sustituyeron antiguos inmuebles coloniales incorporando aires de modernidad a La Habana cosmopolita. Había comenzado en 1897 como café, en un antiguo edificio neoclásico de dos plantas. Fue famoso por su cocina de platos tradicionales españoles y poco a poco incorporó la renta de habitaciones. Como hotel y restaurante funcionó hasta 1931, cuando la planta baja se transformó en tienda de souvenires —cuyo nombre, Splendid Store, aún reza en el pavimento de terrazo—, y las otras dos plantas en casas de huéspedes que luego derivaron en viviendas particulares.

De los diferentes estilos historicistas que enriquecieron el vocabulario ecléctico de la Cuba republicana, fue habitual que el de inspiración árabe, islámica, mudéjar o morisca como también suele llamársele, se empleara en edificios turísticos y recreativos. Esto les daba cierto carácter hedonista asentado en la mirada exótica que desde Europa se tenía sobre otras culturas como la musulmana. En sentido general, los edificios historicistas presentan estructuras muy originales, así como motivos decorativos que, aunque a veces parecen seguir con fidelidad su referente universal, son testigos de la libertad expresiva alcanzada en la reinterpretación de tradiciones, tipologías y obras, adaptadas a una nueva realidad, uso e ideología.

Algunos autores marcan tres vías de influencia e irradiación del neoárabe en el Caribe: vía Inglaterra-EEUU-Caribe, gracias a las exposiciones universales y las revistas ilustradas, y directamente desde España donde se encontraba muy enraizado. Particularmente, en Cuba este neoestilo es de procedencia española, ya sea por las obras arquitectónicas tomadas como modelo, como por ser españoles o haberse formado en la Península los arquitectos y maestros de obras que las realizaron. Tal es el caso de autor del Hotel Jerezano.

En varios países de América, incluida Cuba, el principal referente estilístico fue el complejo palaciego de La Alhambra de Granada (1230-1492). De él se extrajeron detalles completos recreados en yeso, madera o mosaico para vestir las fachadas e interiores de varios edificios neoárabes. Incluso en Camagüey existe una vivienda cuyo patio tiene su propia versión de la conocida Fuente de los Leones del palacio granadino.  Ejemplos esenciales de este estilo son el Hotel Sevilla (1908), la remodelación del Hotel Jerezano y el Palacio de las Ursulinas (1913), del arquitecto cubano formado en España José Toraya Sicre; y el castillo-sala de juegos de los Jardines de La Tropical (1911), obra de los catalanes Ramón Magriñá y Jaime Cruanyas.

En las obras de José Toraya resulta importante comprobar que, aunque priman los elementos decorativos del neoárabe, o del neonazarí para ser más específicos, se asumen por su fuerza expresiva y riqueza ornamental, ambientando estructuras en las que se mezclan con otros elementos más cercanos a la arquitectura cubana preexistente, dígase decimonónica.  De ahí el uso de columnas clásicas, ventanas francesas, lucetas de colores y techos planos con cornisa y pretil.  Del mismo modo, siguiendo las ordenanzas de construcción, se ajustan al lote respetando la medianería, la altura y puntales de sus vecinos y el empleo de soportales. Lo mismo sucede con otros ejemplos neoárabes emplazados en importantes vías de la ciudad como la Calzada del Cerro.

De esta forma, la vestidura neoárabe viene a ser precisamente eso, un elemento superficial que se ajusta al edificio de manera atractiva y armoniosa, integrándose con sutileza en algunos patios interiores, llamados sevillanos, como fue el caso de los construidos en los hoteles Sevilla, Inglaterra, Packard, Bristol, Isla de Cuba, Gran América, Gran Hotel y Perla de Cuba, entre otros. Estos espacios realzados en su decoración por un zócalo de azulejos, fuentes y macetas, también conquistaron no pocas viviendas cubanas, y edificios de regia distinción neoclásica como el propio Capitolio Nacional.

Al entender la influencia árabe como parte del legado español, sus elementos decorativos se integraron a la arquitectura neocolonial perviviendo en las ciudades cubanas hasta la década de 1940. En cada caso, los elementos moriscos tuvieron mayor o menor representación en dependencia del interés decorativo del arquitecto o del propietario. En la casa de Rosalía Abreu (hoy Quinta de los Monos), por ejemplo, llegó a conjugar estancias neoárabes (billar), con mobiliario del siglo XVIII y jardines clásicos diseñados por Forestier.  Un espectacular ejemplo fuera de La Habana, es el tan citado Palacio de Valle (1913-1917) de la ciudad de Cienfuegos, que con privilegio del neoárabe, asumió además elementos medievales, renacentistas y hasta barrocos.  

Si uno se fija en el edificio de Prado y Virtudes, verá que la fantasía árabe solo cubre la fachada principal de Prado. La lateral, que es más extensa, es mucho más sencilla y se resume en marcar el despiezo de un falso sillar. Una economía de recursos muy habitual que puede verse, independientemente del estilo, en la mayoría de los edificios de esta época. Bien maquillada la cara, el resto del cuerpo queda un tanto desnudo. Hoy el agudo deterioro nos deja ver hasta los huesos.

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4 comentarios

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Profile picture for user Ana J. Faya

Estas crónicas de Yaneli Leal son más que bienvenidas. En Cuba se está perdiendo todo. Junto a la arquitectura y otras cosas, se pierde también el capital humano en las masivas emigraciones, tan necesario para una reconstrucción del país.

Profile picture for user errefejota

Enhorabuena por el artículo, muy ilustrativo sobre algo a punto de desaparecer, desgraciadamente.
Recuerdo cuando estuve hace años en Cienfuegos y me encontré con el Palacio del Valle y su arquitectura morisca. No me lo esperaba. Y más, me sorprendió siendo de Granada y conociendo La Alhambra desde pequeño.

Profile picture for user Nico

" Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora / campos de soledad, mustio collado, / fueron un tiempo Itálica famosa".

Felicitaciones a Yaneli Leal por sus bien documentadas y amenas crónicas sobre la arquitectura cubana. Dos detalles para evitar confusiones. El prefijo "neo" significa "nuevo". Nuevo, no debe tomarse en el sentido de reminiscencia, alusión, mezcla, recreación... Y "exótica" no tiene carácter peyorativo. Significa "extraño". Tan exótica resulta París para un cubano, que Trinidad para un francés...