Back to top
Artes plásticas

Las matrices del grabado salen del closet

'Tiempo de matrices', en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, expone la obra de 49 artistas.

La Habana
'Colagrafía', de Belkis Ayón.
'Colagrafía', de Belkis Ayón. DDC

El Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam abre una vez más sus puertas al grabado. Tiempo de matrices es el título de la exhibición colectiva que agrupa los trabajos de 49 artistas y que hasta mediados de noviembre exhibirá la institución. Su gestor, el experimentado crítico y curador Nelson Herrera Ysla, manifiesta en un fragmento del texto de la muestra:

"Liberado el grabado de antiguas normas y códigos estrictos cuando de soportes se trataba, en pleno siglo XX, parece haber llegado el tiempo de exaltar la matriz original y rescatarla del olvido hasta elevarla a un primerísimo primer plano. Su rol de instrumento imprescindible para obtener una magnífica copia impresa, elogiada luego por el empeño y el distinguido oficio del artista entrenado en manejar gubias, ácidos, aguas tratadas, esponjas, lápices, aglutinadores, la matriz despertó la curiosidad de ese mismo creador para fijarse en la calidad expresiva de tal soporte ignorado o subestimado, oculto la mayor parte de las veces entre montones de herramientas y materiales, enfrentando polvos y el implacable paso de los días, los años. Las matrices comenzaron a salir del closet, de los rincones y las gavetas de tantos talleres y casas. Comenzaron a ser observadas con otros ojos. De actriz de reparto pasó a ser protagónica".

Aunque la muestra abarca todas las salas disponibles en los dos pisos del Lam, no ha sido organizada por orden temático. Claramente se aprecian dos líneas bien definidas. En la primera, ubicada en el primer piso, se agrupan los trabajos de creadores apegado a técnicas y métodos más tradicionales de la estampa.

La pequeña habitación exhibe las matrices xilográficas y las piedras utilizadas en las litografías, sobre las cuales han trabajado artistas como Manuel Mendive, Roberto Matta (único participante extranjero), Carmelo González, Roberto Fabelo, Umberto Peña y Alfredo Sosabravo, entre otros.

En la segunda línea, desplegada en la planta superior, se ubica el grueso de trabajos de Tiempo de matrices, y en ellos se explora la contemporaneidad. Creadores como Belkis Ayón, Hanoi Pérez Cordero, Abel Barroso, Norberto Marrero, Jeannette Brossard, Eduardo Roca (Choco), Ángel Ramírez, Desbel Álvarez, Tamara Campos, Alejandro Saínz o Julio César Peña Peralta, entre otros, no solo han trabajado sus matrices con distinción, sino que también han sido concientes de la utilización de las mismas como obras de artes independientes al uso, como soporte básico para la impresión y edición de grabados.

De los artistas antes mencionados, cabe destacar la belleza inherente en las matrices de la desaparecida Belkis Ayón, quien sin duda alguna ubicó el grabado cubano en las mejores plazas del mundo. Sus Colagrafías en blanco y negro, siguen siendo un referente de la gráfica de nuestra Isla.

Destacan asimismo las del inquieto Abel Barroso y su robot elaborado con matrices xilográficas, utilizado por el artista en alguno de sus performances.

Hanoi Pérez Cordero, en cambio, presenta sus pescados momificados, siendo a su vez, el único artista en la muestra que exhibe matrices y comparte con los espectadores las impresión sobre papel de sus Gyotaku, así como sus ya conocidos gofrados (presionar la matriz sin entintar sobre el papel).

Es de apreciar además el imponente edificio de Desbel Álvarez, realizado a partir de la técnica del collage, con madera, cartón y metal.

Por su parte, Jeannette Brossard, inunda de color sus matrices xilográficas e introduce elementos instalativos que insuflan a sus piezas un sello distintivo y colorista.

A nuestro juicio, la idea rectora de la muestra supera su puesta en escena, por carecer de la visión de otras aristas o la inclusión de las nuevas tecnologías aplicadas al grabado y la producción de matrices. No obstante, la exhibición debe tenerse en cuenta, por llenar un vacío que los artistas cubanos, desde hace más de tres décadas, reclaman. Creemos que ello se debe a determinados convencionalismos latentes aún a la ahora de concebir y promover estos trabajos. En sus palabras, el propio Herrera Ysla plantea las siguientes interrogantes:

"¿Cómo calificar esta modalidad de las artes visuales si no es pintura, escultura, dibujo, y quizás todo a la vez? ¿Relieve alto, bajo? ¿O es acaso algo incompleto, inacabado? ¿Obra en proceso, en construcción?"

Quizás simplemente sobren los calificativos. En los procesos creativos, por regla general, los artistas no suelen tenerlos en cuenta. Simplemente toman lo que necesitan, sin pensar en fronteras, para forjar a voluntad sus obras. En Cuba sobra el talento. Las etiquetas, las gavetas y los closets son construidos por el mercado, no por los creadores.

Más información

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.