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Sociedad

El Ministerio de Justicia habría prohibido las actividades oficiales de la Gran Logia Masónica de Cuba

El expulsado líder Manuel Urquía asegura que fue contactado por la oficina gubernamental que controla a las asociaciones permitidas en Cuba.

La Habana
Mario Alberto Urquía Carreño (segundo de derecha a izquierda).
Mario Alberto Urquía Carreño (segundo de derecha a izquierda). Pomplio Portuondo/Facebook

El Ministerio de Justicia (MINJUS) habría prohibido a la Gran Logia de Cuba realizar actividades oficiales e incluso operaciones bancarias, informó en un comunicado el expulsado Mario Alberto Urquía Carreño, ex Gran Maestro la entidad masónica.

En el texto, divulgado en Facebook por el perfil Pompilio Portuondo, que con frecuencia publica información sobre la masonería cubana, Urquía Carreño asegura que fue convocado por la Oficina de Asociaciones del MINJUS el 4 de abril.

En dicha reunión, dice Urquía Carreño, recibió un documento oficial dirigido a su persona "en calidad de Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba", pese que la Alta Cámara concretó su expulsión el 24 de marzo.

Según el documento que recibió el ex Gran Maestro, la oficina que controla a las asociaciones permitidas en Cuba tenía conocimiento de esa sesión, pero había recibido "el acta correspondiente", por lo que "no está validada por el MINJUS".

"El objetivo de la misiva a mi persona es para comunicar que, por la ausencia de la documentación requerida y la revisión de los documentos solicitados, a nuestra Gran Logia se le prohíbe realizar actividades oficiales, ni se expedirán certificaciones ni operar cuentas bancarias hasta el esclarecimiento de lo acaecido", explicó Urquía Carreño.

"De esta forma y para evitar más incumplimientos con lo establecido, se comunica a las oficinas de la Gran Secretaría y Gran Tesorería no recibir documentación alguna por estar suspendida nuestra Gran Logia de Cuba", añadió.

El ex Gran Maestro también informó por medio del comunicado al resto de las logias del país que pueden continuar realizando sus trabajos "con toda normalidad".

Cinco días antes de la fecha en que, según Urquía Carreño, lo convocó el MINJUS, un grupo de masones lo había denunciado por presunta apropiación indebida de 2.360 dólares.

A mediados de enero, masones de la Gran Logia de Cuba solicitaron la renuncia inmediata de Urquía Carreño, a raíz del robo de 19.000 dólares, que estaban resguardados en el Gran Templo y debían destinarse al Asilo Nacional Masónico Llansó.

La suma fue sustraída de la oficina del entonces líder de los masones cubanos, ubicada en el piso número 11 de la sede de la institución masónica en La Habana.

El comunicado difundido entonces y suscrito por 18 miembros de la Gran Logia explicaba que, con los detalles de la sustracción del dinero, a principios de año se había suscitado "una delicada situación con el alimento en el Asilo Masónico" y, "dada la gravedad de las circunstancias", el Soberano Gran Comendador y presidente del Patronato, José Ramón Viñas Alonso, se comunicó con el Gran Maestro para informarle que recogería 1.000 dólares para el abastecimiento urgente de la despensa del asilo. Según la misma información difundida por el Patronato del asilo, el robo se había producido el viernes 5 de enero.

Urquía Carreño pidió al Patronato ocultar lo sucedido y un tiempo para reponer el dinero, pero estos exigieron dar parte a las autoridades. El Gran Maestro realizó finalmente la denuncia en la estación de la Policía de Zanja, en Centro Habana.

Quienes pidieron la renuncia de Urquía Carreño afirmaron entonces que no tenían elementos para señalar la participación del Gran Maestro en ningún delito, pero añadieron que era "imposible mirar hacia otro lado cuando vemos con alarma el hecho de que demoró cuatro días la comunicación del hecho delictivo, el cual únicamente se supo porque por casualidad le pidieron parte del dinero".

En febrero, la Corte Suprema de Justicia Masónica de Cuba separó de la masonería por siete años a Viñas Alonso, quien había denunciado el robo.

En esa acción, varios masones vieron una represalia de Urquía Carreño, ya que el presidente de la Corte Suprema, Ernesto Valdés García, es un empleado de su MIPYME Edifica S.U.R.L, dedicada a la construcción.

Así lo contó el escritor diente Ángel Santiesteban, masón de grado 33, al medio independiente 14 y medio.

Según Santiesteban, el propio Gran Maestro le había dicho que su empresa había sido objeto de tres inspecciones "casi forenses", por su rigor.

"Quizás de ahí salió algo", especuló Santiesteban, aludiendo a la posibilidad de que la Seguridad del Estado hubiera exigido luego a Urquía Carreño un precio por dejar en paz a su empresa.

Viña Alonso había publicado en 2021 una carta pública dirigida a Miguel Díaz-Canel, en la que masones criticaron con dureza la represión de las protestas que habían estallado el 11 de julio en Cuba, y recordaron al gobernante la dictadura de Gerardo Machado.

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3 comentarios

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Buenas noches si en vez de difamar y echar por tierra la imagen de una tan noble institución, se dieran a la tarea de investigar un poquito más y no seguir rumores, tal vez fueran un poco más creíbles. Lo único que están haciendo es desacreditar la figura del Muy Respetable Gran Maestro y de paso desprestigiar una gran institución. Con echos que ni conocen a profundidad, solo por lo que malintencionadamente algunos han publicado. Toda historia tiene dos partes y una es la verdad. Tienen que ver lo que se publica porque hay que tener pruebas feacientes para desprestigiar el nombre de una persona y más si eso conlleva otras cosas consigo. Sin más fraternales saludos

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el agente Urquía Carreño

MIPYME de construcción, de masones hum....creo que ya toco fondo la hermandad en Cuba.