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Pobreza

El Gobierno admite el aumento de los deambulantes menores de 60 años, pero dice que no puede ayudarlos

La prensa oficial se entera de que los cubanos que mendigan o comen de la basura son muchos más que los que las autoridades clasifican como deambulantes.

La Habana
Una cubana en situación de indigencia.
Una cubana en situación de indigencia. Trabajadores

El número de cubanos que viven en la calle ha aumentado y, entre ellos, ha crecido el grupo de menores de 60 años. Sin embargo, el Gobierno no tiene soluciones para ellos, según informó el medio estatal Trabajadores.

"Tenemos que saber que existe una política desde el 2014 para el perfeccionamiento de la atención a las personas que deambulan. Ese acuerdo se está modificando en este momento a raíz de las deficiencias y la percepción que tenemos de que puede haber un incremento de ciudadanos que deambulan", explicó la directora de Prevención Social del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Belkis Delgado Cáceres.

"Hay que distinguir quiénes son estas personas de otras que pueden estar un tiempo en la calle con una conducta desajustada", añadió la funcionaria al mencionado medio estatal, que este domingo dedicó un extenso reportaje a mostrar, con fotos y descripciones de situaciones, uno de los peores efectos de la crisis económica que atraviesa Cuba: el aumento de las personas que viven en situación de indigencia.

La funcionaria explicó que los que deambulan "son quienes no poseen las condiciones para mantenerse en casa y están en la calle" y afirmó que hay un "porciento determinado" entre los deambulantes, que tiene "un trastorno psiquiátrico". No obstante, tuvo que reconocer el aumento de personas menores de 60 años en esa situación y que el Gobierno no las atiende.

"Generalmente hay un porciento determinado que tiene un trastorno psiquiátrico, mientras que otro porciento elevado son adultos mayores y aumentó el porciento de personas menores de 60 años para las que ya no tenemos alternativas que tuvimos en el 2014, que estábamos hablando de hogares de ancianos, de hospital psiquiátrico cuando la persona tenía un trastorno, de la devolución y la transformación en su familia para que vuelvan a su medio familiar, que es lo ideal y lo que hay que hacer", dijo Cáceres Delgado.

Según datos del MTSS citados por Trabajadores, en Cuba se han registrado 3.690 personas deambulantes entre 2014 y 2023. Para ellas, existen nueve Centros para la Atención a las personas con Conducta Deambulante en todo el país.

De acuerdo con el medio estatal, en esos centros las personas reciben cama, ropa, alimentación, atención por un equipo multidisciplinario y evaluación para el proceso de reinserción familiar. Sin embargo, dichas instituciones no son sitios para estadías largas, según el propio medio.

"Tienen las condiciones, el Gobierno se encarga de dar los insumos necesarios. La alimentación ahí se prioriza, en algunos casos supera a otros lugares. Están bien atendidos. Cuentan con asistencia médica y lo básico para permanecer allí", sostuvo Delgado Cáceres.

Teniendo en cuenta las frecuentes denuncias sobre la escasez y la mala calidad de la comida que reciben los enfermos cubanos en los hospitales, los deambulantes que ingresan en esos centros pueden considerarse afortunados.

Fermín Anzardo Ramírez, director del Centro Provincial de Protección Social, ubicado en el Cotorro, reconoció el aumento de la cantidad de deambulantes y aseguró que "a pesar de las dificultades económicas se mantiene la alimentación adecuada a los 350 pacientes, así como una buena atención médica y una farmacia abastecida".

Paradójicamente, cada vez son más los cubanos necesitados de medicamentos, incluso básicos, que deben recurrir a las redes sociales o al mercado informal, surtido por quienes importan medicinas del exterior.

Sin embargo, no todos los cubanos que andan errantes y hambrientos por las calles entran en la categoría de "deambulantes", que les daría acceso —al menos durante un tiempo— a una de las mencionadas nueve instituciones.

El propio autor del artículo, el periodista Daniel Martínez Rodríguez, tuvo que admitir que no todos los cubanos que se encuentran en la calle clasifican como deambulantes y cuestionó qué sucede con los buzos que se sumergen en los latones de basura, y con los abuelos, madres y borrachos que piden limosnas en las afueras de los negocios, las iglesias y los semáforos.

Este domingo, el mismo día que Trabajadores publicó su reportaje, DIARIO DE CUBA expuso la situación de Alexis Taylor Aguilera, quien vive entre los restos de un derrumbe en La Habana.

"Hoy comí algo que encontré en la basura", contó a esta redacción Taylor Aguilera, quien más tarde pensaba comerse unos panes viejos, que estaban tirados en el suelo.

Este hombre vivía en Holguín, pero su hermano vendió la casa. Él es albañil, pero, ante lo poco que paga el Estado, prefiere recoger latas de la basura y aplastarlas.

En enero, el medio independiente 14 y medio mostró en un reportaje la situación de un grupo de menores de edad que vagaba por Holguín en busca de sustento.

En el propio mes, la internauta Lisbet Betancourt La O denunció en el grupo de Facebook "Madres cubanas por un mundo mejor" que cuatro menores que deambulaban por una autopista de la capital y pedían dinero.

En la foto compartida por la usuaria se veía que uno de los menores estaba descalzo y sin camisa. El grupo estaba compuesto por tres niños y una niña.

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Otro eufemismo para edulcorar la ruina del país. Se trata de mendigos, pordioseros, vagabundos hambrientos.