Llega a Cuba más trigo con el que el Gobierno promete salir de la crisis del pan

A cuentagotas y con todo el foco de la propaganda oficial, siguen arribando buques con harina de trigo con la que el Gobierno cubano ha prometido salir de la crisis del pan y estabilizar su producción y entrega dentro de la canasta racionada, mientras desde EEUU activistas procastristas han anunciado el envío de otras 800 toneladas.

En el puerto de La Habana comenzó el fin de semana una operación de descarga de harina de trigo para apoyar las entregas de la canasta familiar normada, informó en su cuenta en la red social X el ministro de la Industria Alimentaria, Alberto López Díaz.

Dijo que, igualmente, "se mantienen las operaciones del proceso de molinado" de trigo en la estatal Unidad Empresarial de Base Cereales de Cienfuegos.

Según el ministro, en las próximas horas arribará una embarcación con más de 20.000 toneladas de trigo que permitirán poner en funcionamiento los molinos de La Habana y Santiago de Cuba.

Recientemente, en el nuevo espacio de propaganda de Miguel Díaz-Canel Desde la Presidencia, la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, dijo que "en los próximos días habrá una notable mejoría" en el abastecimiento de pan. Díaz Velázquez anunció "la llegada y pago de flete" de dos buques con harina de trigo y el "próximo arribo de tres barcos con trigo", con lo que se revitalizaría la producción en los molinos nacionales, recogió el portal Cubadebate.

"El compromiso que hizo el presidente Díaz-Canel está garantizado", escribió el titular del MINAL en su mensaje en X.

Desde Estados Unidos, el activista procastrista Manolo de los Santos, director ejecutivo de The People´s Forum, con sede en New York, dijo al diario oficial a Granma que varias organizaciones se han comprometido a movilizarse para hacer llegar próximamente más de 800 toneladas de harina de trigo a Cuba.

La campaña se presenta como un "desafío a los gobernantes" de EEUU, a quienes el régimen y sus simpatizantes acusan de recrudecer el embargo con "sanciones cada vez más despiadadas".

Con la justificación del embargo, La Habana admitió desde hace meses una situación crítica con disponibilidad de harina de trigo para asumir la producción del pan racionado.

Para estirar la poca harina disponible, las autoridades de la industria alimentaria aprobaron la adición de otras materias primas al producto. Con el apego del régimen por los eufemismos, estas mezclas han sido denominadas "extensores". La calabaza y la yuca son los "extensores" más habituales con el resultado de panes duros, ácidos, de pésima de pésima calidad.

Sin embargo, estos experimentos no han sido suficientes y en varias provincias las autoridades tomaron medidas para restringir la entrega de pan y ofrecerlo solo a segmentos mínimos de la población, como en Pinar del Río, Guantánamo y más recientemente en Villa Clara.

El caos de la producción en Santiago de Cuba ha llevado a muchos cubanos a aglomerarse en las MIPYMES, únicas panaderías que están ofertando con regularidad, pero que tampoco cubren la demanda. En esos establecimientos un pan pequeño (para una persona) cuesta entre 25 y 30 pesos.

"El pan era la base para sobrevivir a la hambruna de todo el mundo, niños y adultos", dijo Lucía, ama de casa del distrito santiaguero José Martí a DIARIO DE CUBA. "Hace cinco días que no nos llega el pan. Esta escasez de harina nadie se la esperaba. El retraso de los mandados, la carne y las viandas caras, todo eso se sobrellevaba porque podíamos comer un pedazo de pan con cualquier cosa, o solo. Ahora sí estamos en hambruna. El Gobierno nos está matando de hambre. Además de leche, debería pedir (a la ONU) harina, azúcar y arroz".