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Salud

El mercado negro de medicamentos, triunfador de la crisis sanitaria en Cuba

Antibióticos a entre 600 y 1.500 pesos, el blíster de vitamina B a 450, el de sulfaprin a 400, la penicilina benzatínica a 1.000 pesos el bulbo…

La Habana
Una farmacia destruida en La Habana.
Una farmacia destruida en La Habana. Diario de Cuba

La escasez de medicamentos en las farmacias estatales cubanas ha llevado a que las personas compren medicinas de todo tipo en plataformas como Revolico, grupos de WhatsApp y Telegram, que se han convertido en las principales opciones para muchos, aunque en esos sitios el precio de los fármacos fácilmente se multiplica por diez.

Lili, una madre cubana de 37 años que vive en el municipio habanero Marianao, dice que cada vez que su hijo de cuatro años se enferma se ve "obligada a recurrir a Revolico para comprar medicamentos, desde los que ayudan a bajar la fiebre hasta los antibióticos necesarios para tratar los frecuentes problemas respiratorios".

Para medicar a su hijo, esta madre debe pagar los antibióticos a entre 600 y 1.500 pesos cubanos. Lo más preocupante para Lili es que no tiene otras opciones para obtener las medicinas y se pregunta cómo es posible que las farmacias estatales estén completamente desabastecidas mientras personas particulares tienen en sus hogares una amplia gama de medicamentos para vender.

Un reportero de DIARIO DE CUBA visitó una de estas tiendas de medicinas "privadas", ubicada en el municipio Playa. Preguntó por vitaminas del complejo B, penicilina benzatínica y sulfaprim. Para su sorpresa, el dueño tenía de todo, aunque los precios eran extremadamente altos. El blíster de vitamina B costaba 450 pesos y el de sulfaprin, 400. La penicilina benzatínica se vendía a 1.000 pesos el bulbo. El vendedor explicó que todos los productos eran de alta calidad y que no vendía medicamentos cubanos, todo era importado.

Estela, de 85 años, residente del municipio Cerro, relató que su esposo Cristóbal, un año mayor que ella, sufrió una neumonía muy fuerte y necesitó ser internado en el Hospital Docente Clínico Quirúrgico 10 de Octubre, popularmente conocido como La Dependiente. Sin embargo, al llegar a la sala que le correspondía, el doctor que los recibió le dijo a Estela que no tenían el tratamiento de Rocefin que necesitaba su esposo.

"Nos dijeron que debíamos conseguirlo fuera y ellos se lo administrarían. Así que mi familia se movilizó y lo compró carísimo en el mercado negro. Mi esposo necesitó seis dosis de Rocefin, cada una a un precio de 1.000 pesos cubanos. Luego de hacer el tratamiento completo logró recuperarse", relata Estela. Sin embargo, se pregunta qué habría pasado si no hubiesen sido capaces de conseguir el fármaco. Los médicos no se hacen responsables, ya que no tienen las medicinas necesarias para tratar a los pacientes.

Oneida, también de la tercera edad, reside en el municipio Plaza de la Revolución. "Tengo un hijo de 36 años que padece esquizofrenia hace mucho tiempo, y necesita tomar olanzapina diariamente. En la farmacia siempre está en falta, y solo gracias a la ayuda de amigos puedo mantener a mi hijo medicado para evitar que se vuelva agresivo", comenta.

Recientemente, unos amigos la ayudaron y pagaron 60 dólares por dos cajas de olanzapina que encontró en Revolico. Esa cantidad representa solo dos meses de tratamiento, lo que genera a Oneida gran nerviosismo y miedo de no poder mantener el tratamiento de su hijo.

Eduardo Martínez Díaz, presidente del grupo empresarial estatal BioCubaFarma, que produce medicamentos, equipos y servicios de la salud, aseguró al medio estatal Cubadebate que gracias a los ingresos obtenidos en 2023 se podrá mejorar el abastecimiento de algunas medicinas

Martínez reconoció que el déficit de medicamentos en Cuba es un problema muy complejo, ante lo cual "estamos enfrascados en buscar alternativas que conduzcan a mejorar la disponibilidad de medicamentos en los próximos años, en incrementar los niveles de exportaciones y de ingresos al país; así como en fomentar nuevos productos dentro de la cartera comercial como parte de nuestros proyectos de investigación y desarrollo", dijo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define que la salud se entiende como un estado de completo bienestar físico, mental y social. A partir de esta definición ofrecida por la OMS en 1946, estar sano supone más que la mera ausencia de enfermedades o discapacidades. La salud se concibe, en definitiva, como un estado que permita a las personas llevar una vida individual, social y económicamente productiva.

Pero en Cuba, la falta de medicamentos puede tener consecuencias letales, por eso crece el mercado negro, situación que plantea interrogantes sobre el papel y la responsabilidad del Estado en la garantía del acceso a los tratamientos para la población. Entretanto, contra todas las evidencias, el Gobierno sigue presentando el servicio de salud pública como gratuito y como uno de los "logros" de la Revolución, a la par que publicita a Cuba como una "potencia médica".

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