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Sociedad

El Gobierno cubano extiende a madres estudiantes la posibilidad de acceder a círculos infantiles, ¿pero habrá plazas?

Una nueva resolución deroga la de 2017, que establecía como requisito para la solicitud de plaza en los círculos infantiles del Estado, que la madre fuera trabajadora.

La Habana
Un círculo infantil durante la pandemia de Covid-19 en Cuba.
Un círculo infantil durante la pandemia de Covid-19 en Cuba. Escambray

Con el objetivo de contribuir a incentivar la natalidad, uno de los grandes retos que afecta a la envejecida sociedad cubana, en la que mueren más personas de las que nacen y emigran los más jóvenes, el Ministerio de Educación de Cuba aprobó la Resolución 172/2021, según publica la agencia estatal ACN.

La nueva resolución deroga la Resolución No. 6 "Normas y Procedimientos para el Otorgamiento de Matrícula en Círculos Infantiles", del Ministro de Educación, de fecha 20 de enero de 2017, que establecía como requisito para la solicitud de plaza en los círculos infantiles del Estado, que la madre fuera trabajadora.

Ahora, el requisito para otorgar la matrícula y que el niño pueda permanecer en el círculo infantil es "que la madre sea estudiante o trabajadora, independientemente del sector de la economía donde labore y de su lugar de residencia; además pueden ser beneficiados los padres o tutores que cumplan igual condición, siempre que ejerzan la guarda y cuidado del menor", de acuerdo al segundo punto de la Resolución.

La norma también prevé otorgar matrículas "de forma excepcional, a los hijos de madres que no tienen vínculo laboral, en los círculos infantiles de zonas rurales, con capacidades que no se utilizan por falta de demanda y donde no existan solicitudes de madres trabajadoras, estableciendo como orden de prioridad las madres que van a tener su segundo hijo, las que cuidan adultos mayores o personas con discapacidad y las que presenten determinados problemas sociales".

El punto noveno establece que "las madres sordas con hijos oyentes, aunque no trabajen, tienen prioridad siempre que exista capacidad, teniendo en cuenta las posibilidades que brinda la institución para la comunicación y las solicitudes de matrícula son acreditadas por la Asociación Nacional de Sordos".

¿Pero implicará esta nueva resolución que más madres puedan acceder a los círculos infantiles en Cuba

El primer punto de la resolución rebaja las expectativas de las madres cubanas al resolver "aprobar las ‘Normas y Procedimientos para el Otorgamiento de Matrícula en Círculos Infantiles’ (…) de acuerdo con las capacidades existentes en los territorios".

El propio punto que da prioridad a madres sordas, aunque no trabajen, condiciona esta prioridad a que "exista capacidad".

El punto decimosexto también apunta en esa dirección y podría contener un matiz discriminatorio al plantear que "la Comisión de Otorgamiento Municipal determina los sectores que requieren ser priorizados en el otorgamiento, en correspondencia con las necesidades del desarrollo económico y social del municipio y previo análisis del total de solicitudes recibidas por sectores, año de vida, así como de las capacidades disponibles, el que se presenta al Consejo de la Administración Municipal para su conocimiento".

El acceso a las plazas en círculos infantiles no solo dependería de la cantidad de plazas disponibles, sino además de las necesidades del desarrollo económico y social del municipio. ¿Quién determina eso?

El principal problema que afecta a las madres cubanas que necesitan matricular a sus hijos en círculos infantiles es la falta de plazas en los mismos. No bastará con que las madres estudiantes y las madres de hijos con necesidades especiales, sean o no trabajadoras o estudiantes, puedan también solicitar matrículas, si no hay suficientes plazas.

La falta de plazas en los círculos estatales cubanos, cuyo precio de 40 pesos mensuales, se ha mantenido durante la Tarea Ordenamiento, y empuja a muchas madres trabajadoras a los círculos infantiles privados.

Pero el servicio —de mayor calidad— que ofrecen estos círculos, también llamados "cuidos" popularmente, resulta demasiado caro para los bolsillos de la mayor parte de las familias cubanas. 

En marzo, la campaña "Por las mujeres rurales cubanas", visibilizaba la falta de espacios para el cuidado de los hijos, que impedía a muchas mujeres incorporarse a labores remuneradas.

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