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Sociedad

Las 'prioridades' del Gobierno desesperan a los damnificados del tornado en La Habana

'El peloteo de los funcionarios es constante. No hemos recibido materiales, solo colchones personales', se queja una cubana que perdió el techo de su vivienda.

La Habana

"Después de cuatro meses y muchos reclamos, no hemos recibido absolutamente nada del gobierno de Regla", expresa molesta Norma Díaz Valdés, residente en la barriada de Pedro Lantigua, cuya casa está calificada de "inhabitable" y en peligro de derrumbe.

Esta mujer pertenece a una familia de ocho personas, entre ellas dos niños pequeños, que perdieron el techo de su casa la fatídica noche del 27 de enero, cuando un tornado asoló la capital con una estela de ocho muertos, centenares de heridos y cientos de derrumbes parciales y totales en varios municipios.

Como la prioridad de los gobiernos municipales ha sido atender los derrumbes totales, la atención a los otros necesitados ha quedado relegada, opinaron varios de los afectados.

En Regla, aunque se notan algunas casas levantadas y otras a medio hacer, hay malestar en la población por la lenta respuesta del gobierno.

"A mí el gobierno de Regla me ha prometido casa en más de una ocasión pero nunca ha cumplido. No es solo mi familia, sino muchas otras que ya no creen en las promesas porque al final las casas que nos iban a dar nunca han aparecido", critica Norma Díaz.

"Para poder tener unas pocas colchonetas tuvimos que hacer tremendas colas en la sede del gobierno y, al final, para qué nos sirven si nuestras casas se mojan completamente cuando llueve", añade.

Otra situación considerada crítica por las mismas autoridades es la de Yudith Hernández Martínez, quien vive en una casa en pésimas condiciones constructivas y hacinada junto a seis personas más —entre ellas dos niños y un adolescente— en el barrio La Colonia.

"Estoy cansada de ir a reclamar atención por parte de las autoridades", expresa frustrada. "Perdí completamente mi techo y lo tuve que levantar con las maderas que encontré en la calle y con la ayuda de los vecinos".

"El peloteo de los funcionarios cuando me quejo es constante. No hemos recibido ninguna atención, ni materiales, solo colchones personales. Se están violando los derechos de mis nietos, que no reciben atención ni material ni emocional, pues su madre se encuentra en prisión", señala esta afectada.

Solo colchones es lo que ha conseguido también Juan Manuel Rodríguez Capaz, un anciano de 81 años, ciego y con una pierna amputada.

Su casa de madera se encuentra en muy mal estado, pero al no ser un derrumbe total —cuenta—, la respuesta de las autoridades es que debe "esperar" por los materiales. Entretanto, su vivienda se moja. "Ha sido más la ayuda de personas o de la Iglesia que de las autoridades", lamenta.

La lentitud es la principal queja de los afectados.

La casa de Sara Cuba "perdió dos paredes por el impacto de un tanque arrastrado por el viento", relata esta damnificada. "No vinieron hasta tres meses después a levantar la primera pared", comenta.

En la vivienda de esta señora viven, además de sus familiares, varios vecinos a los que el tornado les derrumbó completamente la casa.

"Aún falta por hacer casi todo de mi vivienda. A veces pasan los días y la brigada no viene. Yo vivo con mi mamá que tiene demencia senil y un niño de un año. Podemos decir que la ayuda del gobierno ha sido muy lenta e incompleta", expresa.

"Gracias a la Iglesia Católica fue que tuvimos algo de comida en los primeros días del tornado", añade.

Otra de las afectadas, que no quiso dar su nombre pero perdió su casa completamente, señala que fue a los dos meses que empezó la reparación de su vivienda. "Aún no han puesto el piso, solo han levantado las paredes y el techo. No existe un maestro de obra que guíe a estos constructores, uno nota que hay mucha improvisación y mal trabajo", se queja.

A solo un mes de haber pasado el tornado, el Gobierno informó que el 60% de los derrumbes parciales habían sido reparados y que la cifra de casas levantadas superaban el centenar, de 804 casas destruidas. Después de esa fecha, los reportes sobre los "avances" en los municipios afectados se han vuelto escasos.

Mientras, muchos reglanos intentan, de las más disímiles maneras, recuperarse del devastador fenómeno que cambió sus vidas para siempre.

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