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Política

Washington defiende su decisión de limitar el envío de remesas a Cuba

Evalúa eliminar algunas de las 12 categorías que permiten viajes de estadounidenses.

Washington

El Gobierno de Estados Unidos explicó este jueves su decisión de limitar a 1.000 dólares cada tres meses la cantidad de dinero que una persona puede enviar a Cuba como remesa, lo que previsiblemente afectará a las familias y a los emprendedores.

Preguntada al respecto, la "número dos" del Departamento de Estado para Latinoamérica, Carrie Filipetti, aseguró que se fijó el tope de 1.000 dólares porque se consideró que esa cifra "era suficiente" para permitir que los cubanos tuvieran "lo que necesitaban" sin que "involuntariamente" eso permitiera "al régimen cubano apropiarse de esos recursos", informa EFE.

"Cuando pensamos en la restricción de remesas, era importante para nosotros no prohibir las remesas porque muchos cubanos están obligados a vivir de un reducido salario gubernamental, no tienen suficiente para sobrevivir, así que queremos asegurarnos de que no impedimos eso", subrayó.

La diplomática defendió que, al proclamar las nuevas medidas, se tomó en cuenta "el efecto en los cubanos comunes y corrientes" y precisó que el objetivo del Gobierno de Donald Trump es "asegurar un respeto a los derechos humanos" en Cuba y una "rápida transición hacia la democracia".

Las nuevas medidas podrían tener un gran impacto en los trabajadores por cuenta propia ("cuentapropistas"), muchos de los cuales han levantado sus negocios con ayuda de sus allegados en el extranjero.

Filipetti confirmó también que el Gobierno de EEUU evalúa acabar con algunas de las 12 categorías que permiten a los estadounidenses viajar a Cuba, lo que podría afectar a las aerolíneas y cruceros que aceleraron su actividad tras el deshielo iniciado en 2014 por la Administración de Barack Obama.

Actualmente se está reconsiderando si debe autorizarse cualquier viaje que no sea por motivos familiares, porque quiere evitarse que el dinero de los viajeros "vaya a parar a las manos del régimen cubano", explicó la funcionaria.

"Estamos ahora iniciando una investigación para determinar hasta qué punto algunas categorías de esos viajes permitidos están sirviendo para enviar dinero a elementos dentro del régimen", manifestó Filipetti, que no concretó cuándo se decidirá qué categorías permanecen y cuáles se eliminan.

Sin embargo, fuentes del Departamento del Tesoro dijeron a EFE que la decisión se tomará "en los próximos meses".

Los estadounidenses tienen prohibido hacer turismo en Cuba, pero pueden viajar si cumplen con algunas de las 12 categorías existentes: visitas gubernamentales, actividades de medios de comunicación o centros de investigación, proyectos educativos, religiosos y médicos, entre otros.

El acercamiento a La Habana impulsado en 2014 por el entonces presidente, Barack Obama, flexibilizó ese tipo de excepciones.

En concreto, Obama permitió que los estadounidenses se "auto certificaran" sin muchas explicaciones como participantes en una de las 12 categorías permitidas, lo que ha facilitado el negocio a las aerolíneas y cruceros que comenzaron a hacer trayectos comerciales a la Isla.

En un discurso este miércoles en Miami, el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, dijo que ese tipo de visitas son un "turismo con velo" y, por eso, anunció restricciones para los viajes que no sean por motivos familiares.

El endurecimiento de la política hacia La Habana anunciado el miércoles por la Administración de Donald Trump incluye también abrir la posibilidad de demandas en tribunales estadounidenses por bienes expropiados tras la Revolución.

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