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Política

Asistencia médica como medio de coerción política: esto hacen cubanos obligados a servir a Maduro

'The New York Times' recoge duros testimonios de médicos de la Isla arrepentidos de haber trabajado en Venezuela.

Madrid

El régimen de Nicolás Maduro ha utilizado a los médicos cubanos enviados por La Habana a Venezuela para la manipulación política y la coerción electoral, incluso jugando con la salud de los enfermos, confirma el diario estadounidense The New York Times en un extenso reportaje en el que recoge testimonios de 16 profesionales de la Isla.

Uno de los médicos, Yansnier Arias, confesó que cuando Maduro buscaba la reelección, no todos los pacientes podían acceder a tratamiento. Relató que un hombre de 65 años con insuficiencia cardiaca llegó a la clínica en la que trabajaba y requería con urgencia oxígeno. Los tanques estaban listos en otra habitación, pero sus superiores cubanos y venezolanos le dijeron que el oxígeno iba a usarse solo cuando la elección estuviera más cerca, para chantajear a los pacientes.

"Sí había oxígeno, pero no me permitían usarlo", declaró Arias, quien abandonó la misión del año pasado y ahora vive en Chile. "Había que dejarlo para las elecciones".

La instrumentalización política de la asistencia médica se suma a la que han hecho Maduro y sus partidarios del colapso económico del país para mantenerse en el poder: han tentado a votantes hambrientos con comida, han prometido subsidios adicionales con la victoria de Maduro y han exigido acudir a las urnas con los carnets de identificación partidista para el reparto de raciones del Gobierno.

"Son cosas que no debimos haber hecho nunca"

En el caso de los médicos, las tácticas han incluido desde simples recordatorios para votar por el Gobierno hasta negar tratamiento a los simpatizantes de la oposición que tienen enfermedades mortales, aseguró el diario estadounidense refiriéndose a las declaraciones recogidas entre los profesionales cubanos.

Los profesionales de la Isla, aseguró la publicación, comentaron que se les ordenó ir puerta por puerta en barrios pobres para ofrecer medicinas y advertir a los residentes que se les cortaría el acceso a los servicios médicos si no votaban por Maduro o por sus candidatos.

Muchos dijeron que sus superiores les ordenaron hacer las mismas amenazas en consultas a puerta cerrada con pacientes que buscaban tratamiento para enfermedades crónicas.

Una exsupervisora cubana indicó que ella y otros trabajadores médicos extranjeros recibieron carnets de votación falsos para participar en una elección. Otra doctora dijo que les ordenaron dar instrucciones precisas sobre el voto a pacientes de edad avanzada cuyas enfermedades los hacían susceptibles a la manipulación.

"Son cosas que no debimos haber hecho nunca en la vida", dijo la exsupervisora, quien como otros entrevistados pidió mantener el anonimato por temor a represalias contra ella y sus familiares por parte de las autoridades cubanas o venezolanas.

El Gobierno cubano es acusado de mantener agentes de inteligencia en Venezuela para apuntalar el Gobierno de Maduro. También es conocido el uso de los profesionales de la salud y otros sectores enviados al país sudamericano para la propaganda política, pero utilizar la asistencia médica como medio de coerción política es un extremo.

La Habana suele presentar las misiones médicas como altruistas y éticas, aunque se queda con al menos el 70% de lo que pagan en salarios los países de destino. Según The New York Times, el Gobierno cubano rechazó que sus médicos en Venezuela hayan sido conminados a amenazar a los pacientes con fines políticos y reiteró su versión sobre la "tarea honorable" que cumplen.

Sin embargo, Carlos Ramírez, cirujano dentista, aseguró que cada fin de semana él y otros trabajadores recibían el encargo de repartir medicamentos y reclutar votantes para el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

"Llegabas con vitaminas, sobre todo, y algunas pastillas para la presión arterial", relató Ramírez, quien escapó a Ecuador después de seis años de trabajo. "Y ya que uno empezaba a congeniar, le preguntaba: '¿Sabe dónde está su colegio electoral? ¿Va a ir a votar?'".

Los 16 integrantes del personal médico que fueron entrevistados confirmaron las visitas casa a casa que mezclaban política y salud, indicó el diario estadounidense.

Ramírez dijo que tras el fallecimiento de Hugo Chávez en 2013, se les ordenó advertir a los pacientes que si Maduro perdía la elección, el siguiente Gobierno iba a romper su relación con La Habana y los venezolanos se quedarían sin cuidados médicos. "Esa es la forma de chantajearlos", señaló otro doctor.

Cuatro de los trabajadores de salud dijeron que el Gobierno estableció "centros de comando electoral" dentro o cerca de las clínicas y que los operativos del PSUV enviaban a los doctores a ejercer presión entre los residentes.

Una doctora afirmó que el día en que Maduro fue votado para su primer mandato, vio a los oficiales abrir urnas y manipular los votos, incluyendo la destrucción de boletas marcadas para la oposición. Otra dijo que le pidieron, junto con algunos más, votar con credenciales falsas.

Médicos falsos

Maduro "ganó" la elección presidencial de abril de 2013 con el 50,6 por ciento del voto, uno de los márgenes más apretados en años.

Para las siguientes citas electorales se ordenó igualmente a los médicos "salir a comprar votos", explicó Raúl Manuel, médico cubano que ahora está en Brasil.

Raúl Manuel dijo que lo enviaron al estado de Barinas, donde nació Chávez. La localidad había empezado a rechazar al PSUV y el resentimiento hacia los médicos cubanos iba en aumento por su cercanía al Gobierno chavista.

Cuando hizo sus visitas de casa en casa, algunos residentes le lanzaron a sus perros o llegaron a abrir la puerta armados. Lo mismo dijeron otros médicos.

En 2015, durante la elección parlamentaria que ganó la oposición, a Raúl Manuel lo enviaron a un bastión opositor y quedó atrapado en una calle sin salida mientras las balas volaban a su alrededor.

Llamó a su clínica para pedir ayuda, contó, pero "nos dijeron que no tenían autos para sacarnos de ahí".

Raúl Manuel dijo que más tarde supo que funcionarios de otros departamentos, incluyendo los ministerios de Deportes y de Cultura, se hacían pasar por doctores en las visitas casa a casa.

"Nosotros, que éramos los médicos, debíamos prestarles las batas extra a esas personas", relató. Agregó que los médicos falsos hasta repartieron medicamentos sin saber qué eran o cómo debían usarse.

"Estaban poniendo en riesgo la vida de muchas personas, se estaba poniendo en riesgo la vida de niños por una elección", lamentó Manuel.

Otro doctor cubano que estuvo en Barinas contó lo mismo: que los funcionarios del Gobierno, vestidos como médicos, fueron desplegados con medicinas para conseguir votos.

Cuando la implosión económica se acentuó, Yansier Arias fue enviado a La Vela del Coro, un pueblo pesquero donde la escasez de alimentos había llevado a médicos y enfermeras a robar medicinas para intercambiarlas.

"Lo vi con mis propios ojos", dijo al recordar cómo una enfermera cubana había intercambiado antibióticos por "un kilo de papas, un kilo de boniatos".

Los residentes de La Vela confirmaron que tanto los médicos cubanos como los venezolanos con frecuencia intercambiaban medicinas por alimentos en el mercado negro.

El régimen de Maduro creó entonces un polémico sistema de identificación llamado Carnet de la Patria, que usó para distribuir alimentos selectivamente, solo a sus partidarios.

El elección para la Asamblea Constituyente, destinada a desconocer al legislativo —controlado por la oposición— y a instalar un suprapoder en Venezuela, el oficialismo instaló kioscos fuera de los lugares de sufragio para revisar los carnets después de que los ciudadanos emitían su voto.

Arias dijo que en las visitas a domicilio los médicos empezaron a registrar a las personas para el carnet. Pero estas identificaciones aterrorizaban a los venezolanos, quienes temían que el Gobierno pudiera saber cómo habían votado y restringiera el acceso a los alimentos en represalia.

El médico recordó a una paciente epiléptica en el hospital que necesitaba tratamiento pero había rechazado el Carnet de la Patria.

"¡No quiero tener nada que ver con esta patria! ¡No quiero nada que ver con Maduro!", recuerda que gritaba. La dejaron ir sin darle medicamento, dijo, "porque era de la oposición".

En 2018 Maduro tuvo que volver a pasar por las urnas y el régimen tomó medidas para asegurar su victoria, como inhabilitar y encarcelar a sus rivales.

Maduro prometió subsidios considerables para aquellos que usaban el Carnet de la Patria. Dijo abiertamente: "La cosa es dando y dando", recordó The New York Times.

Arias dijo que los suministros médicos, siempre escasos en La Vela, desaparecieron pues se estaban guardando hasta la elección de mayo. Añadió que sus superiores querían inundar los hospitales con las provisiones justo antes de la votación para dar la impresión de que Maduro había solucionado el desabastecimiento.

"Cuando vinieron las elecciones apareció todo: medicina, gas, gasas para los vendajes, sueros para inyectar", dijo. Los vecinos de La Vela que habían ido a la clínica confirmaron que esta fue abastecida de súbito antes de la elección.

Pacientes consultados por el diario estadounidense confirmaron la presión de los médicos cubanos.

"Llegan a tu casa y te hacen esa serie de preguntas, tú te pones a pensar: 'si contesto que no, puede que me quiten el beneficio'", dijo una mujer que no quiso dar su nombre por temor a las represalias del Gobierno. "Te deja abrumado no poder dar tu opinión con libertad".

El 20 de mayo Maduro fue declarado vencedor y aseguró así un segundo periodo presidencial. Para Arias fue demasiado. Llegó hasta Chile, se refugió en una iglesia, solicitó asilo y se puso a limpiar pisos en un hospital porque no lograba emplearse como médico.

Como el resto de los profesionales cubanos de la salud que han abandonado las misiones, no puede volver a la Isla al menos en ocho años. Pero "si no puedo ser médico, por lo menos quiero ser persona", dijo.

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