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MEDIOAMBIENTE

Vertimientos residuales, deficiente manejo de desechos, causas de contaminación ambiental en la Isla

El CITMA achaca el problema a la tecnología obsoleta. Es la misma razón del metraje incorrecto y de la no inocuidad de alimentos, dice.

La Habana

El vertimiento de residuales y emisiones sin tratar o inadecuadamente abordadas hacia cuerpos de agua y la atmósfera, y el deficiente manejo de desechos peligrosos y productos químicos tóxicos, aparecen entre los principales factores que producen contaminación ambiental en la Isla, informó el jueves la ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Elba Rosa Pérez Montoya, en la Asamblea Nacional.

Según la titular, entre las causas de la situación figuran la obsolescencia tecnológica, la carencia de sistemas de tratamiento de emisiones y de capacidades de monitoreo, insuficiencias de alcantarillado, y también factores que califica de subjetivos como el desconocimiento de lo que establecen las regulaciones y normas técnicas, falta de responsabilidad y pocos mantenimientos de los sistemas, precisa el diario oficial Granma.

El vertimiento de residuales a los cuerpos de agua sin cumplir las normas provoca contaminación hídrica, lo que constituye vía fundamental de transmisión de enfermedades e induce al acceso de la población a fuentes contaminadas de este recurso.

Pérez Montoya admitió que la existencia de fosas mal diseñadas y construidas para residuales domésticos es causa principal de contaminación de aguas subterráneas y afectaciones a las personas cuando se desbordan.

Añadió que la situación anterior se agrava cuando se producen lluvias o penetraciones del mar y estas aguas contaminadas se mezclan con la de cisternas para el abasto.

Dijo que el desarrollo de la actividad porcina, a partir del convenio con particulares, es otro factor que incide en el estado del recurso hídrico, debido a que la mayoría de los convenios cuentan con sistemas de tratamientos rústicos e insuficientes, que cuando se microlocalizan inadecuadamente también afectan con vectores y malos olores a los vecinos.

Por otro lado, reconoció que presentan problemas con el manejo de los productos químicos y desechos peligrosos, como son algunos casos de contaminación por metales pesados en presas.

"El mal manejo de residuos sólidos urbanos, especialmente en las grandes ciudades, deviene otro problema que daña la sanidad del agua por el arrastre de las lluvias. Asimismo la carencia de rellenos sanitarios y la existencia en su lugar de vertederos a cielo abierto perjudica a la población, sobre todo cuando se producen incendios por cualquier naturaleza", dijo.

Respecto a la contaminación atmosférica, la ministra explicó que de conjunto con la sonora son las principales causas de quejas ambientales. En el primer caso son provocadas principalmente por violaciones en materia de ordenamiento territorial y la construcción de viviendas en el radio de protección sanitaria de las industrias, así como el desarrollo de actividades del trabajo por cuenta propia en lugares no adecuados, añadió.

En cuanto al segundo tipo de contaminación, aseveró que está relacionado y es resultado de la indisciplina social de la población en sus viviendas, autos, bicitaxis y la que ocurre por falta de exigencia de las administraciones y sus niveles superiores de dirección en algunas instalaciones recreativas.

Cambio climático

En la Isla el clima es hoy más cálido y extremo. Desde mediados del siglo pasado la temperatura promedio anual ha aumentado en 0.9 grados, se ha registrado el ascenso del nivel del mar y una variabilidad en la actividad ciclónica. El régimen de lluvias está cambiando. La frecuencia de extensión de las sequías se ha incrementado significativamente desde 1960 y se evidencia una reducción del potencial hídrico.

La ministra llamó la atención sobre las consecuencias de todas estas transformaciones en cuanto implican una disminución lenta de la superficie emergida del país y la salinización paulatina de los acuíferos subterráneos.

Advirtió además que la sobreelevación del nivel del mar, debido a los huracanes intensos y otros eventos meteorológicos, continuará representando el principal peligro del cambio climático para la Isla.

Según el informe presentado a los diputados, todos estos impactos implican una carga económica de grandes dimensiones para el Gobierno. Las pérdidas por huracanes desde 1998 al 2008 se cifraron en 20.564 millones de dólares, sin incluir las cuantiosas afectaciones generadas por la sequía.

Entre las acciones que pretenden contrarrestar el fenómeno referido, Pérez Montoya destacó que se avanza en la adopción de las nuevas Directivas para el Enfrentamiento al Cambio Climático (2016/2020) y su Plan de Acción, las cuales próximamente serán sometidas a la aprobación del Consejo de Ministros.

Inocuidad de los alimentos y metrología

El CITMA tiene también la función de coordinar, proponer, organizar y ejecutar la aplicación de la política estatal en materia de Normalización, Metrología y Calidad, a través de la Oficina Nacional de Normalización, adscrita al organismo.

En este sentido, la ministra refirió como principales dificultades el incumplimiento de los requisitos establecidos en las mediciones, el 70,9 % del cual se concentra en el comercio interior por problemas de pesas no aptas para el uso.

Hay una limitada y obsoleta infraestructura en equipamiento, patrones de los laboratorios de metrología, así como carencia de recursos humanos para el aseguramiento y control metrológico.

Destacó que la medición fundamental es el pesaje, con instrumentos que tienen más de 30 años de explotación, y que se emplea con frecuencia la distribución de líquidos y productos a granel y de unidades de medida que no se corresponden con el sistema internacional.

Según Pérez Montoya, en los últimos años el Servicio Nacional de Metrología inició un proceso inversionista para mejorar su infraestructura, lo que permitirá recuperar capacidades de verificación y supervisión al comercio y a la salud a partir del 2016. Actualmente se ejecuta una inversión de 300.000 CUC para pesas, cintas patrones, calibradores y materiales de referencia para la salud pública.

En otro orden de competencias de este ramo, la Oficina Nacional de Normalización coordina las actividades del Sistema Nacional de Control de los Alimentos en función de garantizar los requisitos de inocuidad y calidad de los productos de esta naturaleza.

Al respecto, la titular remarcó que falta enriquecer la infraestructura para atender el tema en los órganos rectores y el sistema empresarial, es insuficiente la planificación en el presupuesto para el mantenimiento de las instalaciones e inversiones hacia esta área, y se carece de una cultura popular en el tema de las normas y buenas prácticas durante el procesamiento, transporte, almacenamiento y consumo de los alimentos.

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