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Medioambiente

El Gobierno confinará desechos peligrosos en la paralizada central nuclear de Juraguá

Expertos argumentan que la decisión obedece al 'alto grado de seguridad que una instalación de ese tipo ofrece' para el cometido.

La Habana

La que iba a ser la Central Electronuclear de Juraguá, en Cienfuegos, actualmente en fase de remodelación, se convertirá en el Confinatorio Nacional de Desechos Peligrosos, según informaron el viernes en La Habana autoridades a cargo del proyecto.

Antonio Casanova Guilarte, director del Centro de Inspección y Control Ambiental (CICA), dijo a la estatal ACN, que el Ministerio de Industrias ejecuta proyectos de varias corrientes de residuos peligrosos identificados, cuyo destino final será su aislamiento en las plantas cienfuegueras.

Casanova Guilarte señaló también que se prevé el montaje de tecnologías que permitan el tratamiento y aprovechamiento de los desperdicios, así como de "una capacidad analítica que sustente todo el manejo".

El funcionario indicó que el financiamiento de las obras corre por cuenta del Gobierno, pero no se descarta el apoyo de algunos proyectos internacionales.

En 2009, por iniciativa del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente sobre la gestión y el manejo de los desechos peligrosos en el país, se identificaron las corrientes de ese tipo más prioritarias por distintas causas.

Los desechos peligrosos en la Isla son mayormente productos químicos residuales de la industria farmacéutica, vencidos, y también los aceites usados, entre otros.

En la elección de la que sería la Central Electronuclear de Juraguá "se tuvo en cuenta lo difícil de crear condiciones de almacenamiento prolongado en varios lugares, por lo que se decidió explorar la posibilidad de concentrarlos en una única instalación", según refiere la ACN.

El despacho apunta "el alto grado de seguridad que una instalación de ese tipo ofrece, soportado por el rigor y profundidad de los estudios que antecedieron su construcción".

Según el medio oficial, "en un primer momento las acciones estuvieron dirigidas a evaluar sus edificaciones y a crear condiciones de seguridad imprescindibles, entre ellas, el alumbrado y el retiro de algunos obstáculos, unido al aprovechamiento, como materia prima, de un volumen importante de materiales".

El dos de septiembre de 1992, Fidel Castro anunció la paralización de la que el mismo Gobierno calificó como la mayor obra industrial que se acometería en Cuba durante el siglo XX, debido principalmente a la caída de la Unión Soviética, que participaba en el proyecto tanto de forma técnica como financiera.

En aquel entonces, las obras se encontraban a un 50% de su ejecución y se habían invertido unos 1.100 millones de dólares. Actualmente, la planta electronuclear de Juraguá alberga dos bloques energéticos que no se terminaron de construir.

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