Back to top
Honduras

Honduras: los ciudadanos no creen en ninguna institución del Estado

'Siete de cada diez consultados cree que las instituciones públicas están controladas por los capos de la droga.'

Madrid
Juan Orlando Hernández Alvarado, presidente de Honduras.
Juan Orlando Hernández Alvarado, presidente de Honduras. El nuevo diario

Con el paso de los meses, el presidente Juan Orlando Hernández Alvarado sigue en la presidencia de Honduras, pero el país centroamericano está lejos de haber resuelto una crisis política de envergadura. Ni la presidencia, ni prácticamente ningún poder del Estado, gozan de confianza de la población.

Los niveles de desconfianza hacia el Congreso Nacional, los partidos políticos, la Corte Suprema de Justicia y el Gobierno de Hernández Alvarado, superan el 80% según una encuesta realizada por Radio Progreso y el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación de la Compañía de Jesús en ese país.

Los datos fueron presentados por el sacerdote Ismael Moreno, director de Radio Progreso, y el investigador Gustavo Cardoza, en una conferencia virtual con activistas de la región, organizada por la Conferencia de Provinciales de América Latina este 7 de julio, y en la cual un periodista de DIARIO DE CUBA tuvo acceso.

De acuerdo con el sondeo, los niveles de desconfianza suman 86,3% (Congreso), 84,7% (partidos), 82,2% (Corte Suprema) y 82,1% (Gobierno central). La desconfianza está alimentada con la idea, bastante extendida, de que el narcotráfico penetró al poder político en Honduras.

"Siete de cada diez consultados cree que las instituciones públicas están controladas por los capos de la droga", precisó Cardoza.

Al otro extremo, las dos instituciones que gozan de más de mayor confianza entre los hondureños son la Iglesia Evangélica (51,7%) y la Iglesia Católica (49,3%).

Como lo reseñó DIARIO DE CUBA en su momento, Honduras, con algo más de nueve millones de habitantes, tuvo presencia en la prensa internacional a fines de 2019, además del asesinato de periodistas, por las protestas de la sociedad civil en contra del Gobierno de Juan Orlando Hernández Alvarado y las imputaciones por narcotráfico en EEUU que involucraron al hermano del jefe de Estado.

La encuesta de los jesuitas fue aplicada como un balance del país a 11 años de que Manuel Zelaya, quien había sido electo con voto popular en 2006, el 28 de junio de 2009 resultara destituido y expulsado del país por las Fuerzas Armadas, luego de varios meses de una crisis política que enfrentó a los poderes del Estado.

Al comparar su situación actual con la que tenía en 2009, los ciudadanos consultados en el estudio de opinión pública ven una situación peor a la que vivían antes. Un 78,7% considera que ahora es más pobre que antes, un 88% opina que hoy los políticos son más corruptos que en el pasado y un 87,4% manifestó vivir con más miedo.

Ante una pregunta formulada por DIARIO DE CUBA, Cardoza se mostró pesimista sobre salidas a las crisis. La clase política no goza de credibilidad, especialmente entre los jóvenes, y la respuesta de estos ante la crisis es emigrar.

Un 58,2% de los consultados, de todas las edades, piensa en emigrar, mientras que 59,2% confirmó que algún miembro de su familia emigró en el último año.

Por su parte, el jesuita Ismael Moreno advirtió que este cuadro de descontento se ha agravado en las últimas semanas debido a la crisis del coronavirus, que ha acentuado los problemas sociales y sanitarios entre los más pobres.

Según Moreno, cree la exigencia ciudadana de que la crisis generada por la pandemia sea enfrentada por expertos sanitarios, mientras que se tiene la percepción de que los fondos especiales destinados al Covid-19 han sido usado de forma improvisada o han alimentado las redes de corrupción.

Más información

1 comentario

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.

Por eso los paises de america latina no pueden prosperar. No creen en el estado de derecho. Mucho tiempo viviendo bajo dictaduras o con grandes familias violando las leyes a su antojo. Todos estos paises son pasto fresco para que venga otra dictadura o se implante el comunismo.