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Venezuela

La 'puesta en escena' de Maduro lo delata

Las apuestas comunicacionales del 'poder' en situaciones que buscan quebrantarlo son determinantes para restablecer 'el orden'.

Caracas

"Venezolanas, venezolanos: Me dirijo a mis compatriotas en uno de los momentos más críticos de la historia de mi país y de los más difíciles en mi carrera de hombre público". Así iniciaba su discurso al país el ya fallecido expresidente Carlos Andrés Pérez, ante el primer intento de golpe liderado por el aquel entonces teniente coronel Hugo Chávez Frías, el 4 de febrero de 1992.

"Debo confesar que, pese a toda mi experiencia y al conocimiento de la dramática historia política de Venezuela, jamás pensé que las pasiones personales o políticas pudieran desbordase de manera semejante y que Venezuela podía mirar hacia atrás sin el temor a los incesantes desvaríos de la violencia, tan comunes en nuestro proceso histórico. No ha cambiado mucho nuestra idiosincrasia; nuestra manera cruel de combatir sin cuartel ha revivido con fuerza indudable un espíritu inquisitorial y destructor que no conoce límites a la aniquilación de la moral política. Reconozco con inmenso dolor esta realidad…", decía Pérez hablando al país, de frente a la cámara de televisión.

En el contexto de lo que se ha denominado "Operación Libertad", liderada por Juan Guaidó, recordarlo cobra sentido. Las apuestas comunicacionales —y no necesariamente— del "poder" en situaciones que buscan quebrantarlo son determinantes para regresar a la estabilidad o hacer intentos medianamente serios en la dirección de restablecer "el orden".

Cabe hacer la salvedad de que "el poder" y "el orden" en la crisis actual venezolana tienen una significación alterada, al menos desde quien se entiende debería ejercerlo en el marco de un Estado de Derecho y en democracia.

Carlos Andrés Pérez, en una especie de mea culpa, asume que, a pesar de todas las advertencias que le hicieran sus hombres de mayor confianza sobre voces que agitaban los cuarteles, siempre las subestimo. Analizar su discurso hoy es tan valioso como sus acciones y lo que podríamos llamar su "puesta en escena".

Pérez, sin tener el control de la insurrección militar armada que enfrentaba, declaro en dos oportunidades desde la sede de una televisora nacional que se había logrado contener el alzamiento, llamando a los militares a obedecer a su única autoridad, a su comandante en jefe, en respeto a la Constitución, y declarando ante millones de espectadores que los mandatarios de grandes potencias se habían comunicado con él para manifestarle su total apoyo.

Superado el golpe de Estado, el presidente Pérez hace nuevamente una alocución al país y en ella se evidencia que aquel amargo "por ahora" pronunciado por Hugo Chávez al ser detenido era cierto.

Rodeado de todos los altos mandos de las Fuerzas Armadas y de sus ministros, Pérez le expone al país su evaluación de los hechos. Nueve meses después, el 27 de noviembre del mismo año, su Gobierno recibe un segundo golpe de Estado, que también fracasó.

Maduro, así se confirman los rumores

"Hoy ha sido un día intenso de acontecimientos, de emociones, de reflexiones, de miradas sobre lo que debe ser Venezuela. Hoy es buen día para el contraste entre la Venezuela de paz, de tranquilidad, de prosperidad, de unión, a la que aspiramos todos los venezolanos y venezolanas, y en contraste, la Venezuela de la violencia, de la violación de los derechos políticos de la Constitución, de las armas disparando, del golpe de Estado, entregada a los intereses foráneos de la oligarquía colombiana, a los intereses extranjeros del imperio gringo".

Así inicio su discurso al país Nicolás Maduro, tras ausentarse 12 horas desde el comienzo del levantamiento cívico militar "Operación Libertad".

Más temprano, Diosdado Cabello hacia un llamado a los colectivos, a las milicias, a las Unidades de Batalla Hugo Chávez Frías, también conocidas como UBCh, para que tomaran las calles y defendieran la revolución.

Esa orden fue cumplida. Grupos armados salieron a atentar contra los manifestantes y varios militares que caminaban acompañando a Juan Guiado, presidente encargado y reconocido por más de 50 países. Guiado se pronunció desde distintos puntos de la ciudad, en espacios públicos y, al finalizar el día, cerró con una esperada declaración.

A los amantes de la comunicación y todo lo que la conforma, Maduro nos regaló un insustituible ejemplo de cómo confirmar los rumores sobre la falta de cohesión en las Fuerzas Armadas, las dudas en torno a su reconocimiento como su comandante en jefe, las conversaciones entre representantes de Estados Unidos con tres de los más altos funcionarios de la estructura del Estado.

Contrario a Pérez, Maduro no le hablaba al país, su mirada se movía de manera indisciplinada y evasiva, tratando de explicar cómo cuatro ametralladoras los hicieron pensar en la conformación de un centro de batalla… Sentados y alrededor de una mesa se encontraban algunos militares —pero no los comandantes de todos los componentes de las Fuerzas Armadas—, más unos pocos de sus ministros.

En estos tiempos en los que la desinformación impera, valorar la comunicación no verbal se revela como una herramienta a incorporar más eficientemente en nuestros razonamientos. Con la suya, Maduro solo ratifica ese slogan repetido por Guaidó: "Vamos bien".

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