El volumen preparado por Barbarella D'Acevedo recoge 'el trabajo de escritoras cubanas que, por razones principalmente de género y ubicación geopolítica, no circulan en el campo literario con amplitud.'
'Era la primera vez que veía al premio Nobel. Si no recuerdo mal, la casa que Fidel le había dado era la casa número cinco de protocolo. ¿O era la seis?'
'La mano es pequeña, no había terminado de crecer, tiene pintadas las uñas. La mano está pudriéndose, hinchada. Los dedos están engarrotados, sucios, envueltos en la saliva del perro que trajo la mano, entre dientes.'
'El librito viaja en tiempo y espacio, ligero como su peso. Nos lleva a París, donde la narración ubica los delirios de Van Gogh y Gauguin, hasta el oriente de Cuba, que ardió con la valentía de los bayameses, pasando revista a lugares olvidados de Miami.'
'De regreso a nuestra casa de siempre, nos poníamos a hablar de su marido muerto por fusilamiento. Me decía que mi padre era un tipo elegante, le gustaba beber y jugar a los gallos.'
'Crecía sin cesar la peregrinación rumbo al palacio para comprobar que, tal como había pregonado a grito limpio un chiquillo, la elefanta había destrozado el televisor.'
'Desde que Nandito regresó aquella vez de España no paraba de decir y repetir, ¡sin que nadie en la cuadra se lo preguntara, por supuesto!, que si un tal Paul Auster había escrito una trilogía de Nueva York, pues él iba a escribir otra de Bayamo y sanseacabó.'
'Tal vez otro tomara diazepam y en su asueto consultara al otorrino, él aplicó el oído al bajante de luz y al desprenderlo con una tenaza liberó un puñado de pitipuá que se disoció en una Efe verdiolivo a sus pies.'
'...las conversaciones con Günter Grass antes de conocerlo en Lübeck, imaginadas por la ventanilla del avión que lo llevó por primera vez a Frankfurt, a su primer viaje a Europa; los sueños imborrables con Elías Canetti...'
'Eso de nueva terapia no les da buena espina, pues temen que Ana Karenina se convierta en algo peor que un caníbal: un asesino en serie de asesinos en serie.'
'Por lo demás, las noches madrileñas siempre estaban llenas de sorpresas y de eventos muy extraños para él. Madrid era una fascinación continua': un fragmento de novela.
'El crepitar de la madera era ensordecedor. Las lenguas de fuego subían, bajaban, se arremolinaban, daban fuete a diestra y siniestra. Waku Phamafuta, que estaba sentado dentro de una grúa, se encargaba de eliminar las estériles tinieblas del mal...'
'...cuando llovía tan decimonónicamente en Nueva York. Como ahora. Lluvia del diecinueve. Lluvia antes de la telefonía y casi antes de la electricidad. Lluvia pincelada de una sonrisa que se le iba quedando sin labios.'
'Hacer una revista con poemas de jóvenes escritores es una proeza solo comparable con el deslizamiento de una bicicleta china por la rejilla de hierro del puente del rio Almendares.'