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Finanzas

Desmontando mitos y miedos sobre la dolarización

Lo que a muchos molesta sobre la dolarización, especialmente en la izquierda política, es que quita a los gobiernos capacidad para hacer trapicheos monetarios.

La Habana
Ojo y pirámide en el billete de un dólar.
Ojo y pirámide en el billete de un dólar. AS USA

Antes de, en un próximo artículo, defender por qué Cuba debería dolarizar  tan pronto acabe el castrismo, veamos algunos mitos sobre este proceso.
 
Dolarización y crecimiento económico
 
El objetivo principal de la dolarización es dar estabilidad monetaria a un país, y en ello se ha demostrado espectacularmente efectiva. Prueba de ello es la bajísima inflación de los países dolarizados, aun los que conservan Banco Central.
 
Sin embargo, muchos pretenden que la dolarización, además, promueva el crecimiento económico, y aunque la estabilidad y seguridad monetaria que esta genera son condición necesaria, no son, ni de lejos, condición suficiente para ese crecimiento.
 
Pongámoslo así: un país no crecerá económicamente solo por tener moneda estable, pero sin una moneda estable difícilmente podrá crecer.
 
La estabilidad monetaria es precondición, pero para crecer hay que sumar políticas de economía real —no financiera— que son de las que depende el crecimiento de un país: nivel y calidad del endeudamiento, destino de la inversión, configuración fiscal, restricciones a la competencia y otras miles.
 
Dolarización y política monetaria
 
Lo que a muchos molesta sobre la dolarización —especialmente en la izquierda política— es que quita a los gobiernos capacidad para hacer trapicheos monetarios, impidiéndoles regular el valor de la moneda o gastar por encima de lo que el pueblo ha autorizado.
 
En un país dolarizado el Gobierno no puede recurrir a la estafa —¡desfalco, robo, atraco!— de imprimir dinero para gastar más de lo que los ciudadanos consistieron en darle vía impuestos o vía beneficio de las empresas públicas. A muchos políticos —y a sus terminales mediáticos y académicos— les parece horrible eso de que el Estado no pueda gastar más de lo que los ciudadanos quieren que gaste; es decir, les parece horrible la democracia.
 
También les parece horrible que el Gobierno no pueda, por ejemplo, depreciar la moneda para hacer artificialmente competitivas las exportaciones. Es decir, les parece horrible que el Gobierno no pueda darles privilegios a los ciudadanos exportadores netos, mientras se los quita a los ciudadanos importadores netos —casi siempre una mayoría— a la vez que estafa a los consumidores extranjeros.
 
Dolarización y deuda
 
Gracias a tener al Gobierno así limitado, los países dolarizados logran desvincular los costes de financiación privados y públicos. Aunque cualquier manual de finanzas intermedias explica que el riesgo de prestar dinero a una empresa es igual al riesgo del país donde esta empresa está enclavada, más el riesgo propio de la empresa, esto cambia en los países que no emiten moneda.
 
En Ecuador, por ejemplo, donde sus gobernantes siguen portándose fiscalmente mal aun después de dolarizar (aunque no todo lo mal que se portarían si mantuviesen el sucre) las empresas se financian internacionalmente al 10%, mientras al Gobierno no le prestan por debajo del 30%, lo que demuestra que los inversores internacionales saben que, aunque Ecuador como país quiebre debido a sus malsanos políticos, sus empresas continuarán funcionando.
 
Un caso similar es el de Perú, donde la economía marcha mejor cuando más a la gresca andan sus políticos dejando a las empresas trabajar sin tanta intervención, precisamente porque el país está parcialmente dolarizado.
 
Dolarización, ¿país sin moneda?
 
Se dice que cuando un país dolariza se queda sin moneda propia, pero eso es absurdo, ¡claro que tiene moneda! Todos los dólares que adquiere mediante exportación son moneda propia, no son moneda de EEUU.
 
Lo único que pierde el país es el poder de imprimir dinero, algo que como antes vimos, es una capacidad típica de estafadores y falsificadores, una capacidad que, en manos políticas, muchas veces es una puerta al desastre.
 
Dolarización como importación de mejor tecnología
 
Nadie se escandaliza cuando se importan autos de Japón, barcos de Corea o jamón de España, porque se reconoce que esos lugares producen esos productos mejor y a mejor precio, por lo que para muchos países el coste de oportunidad de producirlos es mayor que el coste de importarlos.
 
Con el dinero impreso sucede exactamente lo mismo, no perdamos de vista que el dinero es un producto, una tecnología surgida en la Lidia de hace 2.600 años para facilitar el intercambio indirecto, la medición y la conservación del valor. Entonces, ¿no tiene lógica importar y usar la mejor tecnología monetaria disponible? ¿Hay alguna duda sobre que EEUU produce esa tecnología?... Por más que a los BRICS y a Lula Da Silva les reviente.
 
Conclusión
 
Sobre dolarizar hay muchos mitos y temores surgidos de lo más arcaico de nuestro cerebro tribal. Pregúntese en los países no dolarizados, incluso en aquellos donde la inflación y los políticos están destruyendo riquezas y vidas, y es probable que la mayoría prefiera conservar su propia moneda, pues esa palabra, propia, es tan engañosa como poderosa. Sin embargo, pregúntese en Ecuador, Panamá o El Salvador, donde ya están dolarizados, si quieren regresar a su "moneda nacional", y se encontrará que el dólar es más popular que cualquier presidente, incluso que cualquier iglesia. Ese dato mata cualquier relato.

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4 comentarios

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¿no tiene lógica importar y usar la mejor tecnología monetaria disponible?
Con ese análisis Rafaela borró de mi cerebro cualquier resistencia a la dolarización.
Imprimir dinero sin respaldo productivo es un atajo tan facilista como sinvergüenza además de arma letal en manos de una dictadura. Si la dolarización lo impide....bienvenida sea.
Siempre recuerdo a Einstein con su frase clásica: " ...el nacionalismo es la viruela de los pueblos..."
Las fronteras nacionales son un invento de dictadores locales.
No hay peor yugo que el impuesto por nuestros propios conciudadanos.
El planeta tierra es uno sólo y una sola la especie humana. Cualquier invento que funcione allá (dinero incluido) funcionará aquí.
La mejor frase de nuestro apóstol tiene sólo tres palabras:
"Patria es humanidad ".

Después que los países abandonaron el patrón oro, sus monedas están respaldadas por los recursos que poseen como industrias, minería, petróleo, y también por la seguridad legal que protege a las mismas. En un futuro que ahora nos parece de ciencia ficción, dolarizar Cuba deberá ir aparejado a un plan Marshall de la isla. Creo que no lo veré, tal vez mis hijos. Excelente y lúcido artículo. Gracias.

Profile picture for user Pedro Benitez

Una solución oportuna.

Profile picture for user JCAleman

Excelente artículo al que solo añadiría que la irresponsabilidad fiscal que durante décadas ha asolado América Latina está presente también en EEUU, cuya deuda pública en trillones y el secuestro del partido de gobierno por el ala comunista, terminarán aniquilando el sistema financiero internacional.