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Religión

Tribunal guantanamero, sordo ante el reclamo familiar por una pastora cubana presa

Junto a su esposo, Ramón Rigal, Ayda Expósito espera aún la apelación de su caso.

Guantánamo

Ramiro Expósito reclamó mediante una carta al Tribunal Popular Provincial de Guantánamo la liberación de su hija Ayda, pastora evangélica presa por practicar homeschooling. No ha recibido respuesta.

Ayda y su esposo, Ramón Rigal, fueron detenidos el 18 de abril pasado y sentenciados días después por educar en su casa a sus dos hijos, Daniel y Ruth. Las autoridades dispusieron dos años de privación de libertad para él y uno y medio para ella, bajo el cargo de "afectar el normal desarrollo" de los menores.

Ambos habían clumplido ya un año de prisión domiciliaria por el mismo motivo.

La misiva de Ramiro Expósito, enviada hace ya más de una semana al órgano judicial, explica que los hijos de la pareja encarcelada necesitan al menos a su madre con ellos. Ruth Rigal, de 13 años, hija mayor del matrimonio, dijo a DIARIO DE CUBA que sus abuelos, que son quienes están al cuidado de ella y su hermano, "son personas ancianas y enfermas".

Los abuelos, sin posibilidad de continuar impartiendo los módulos de homeschooling por los que el matrimonio pastoral educó a los menores, tuvieron que enviar a Daniel, de nueve años, de vuelta a la escuela porque "seguían las amenazas" de las autoridades, dijo Ruth.

Por su parte, la adolescente ha tenido que incorporarse a "repasos" en la biblioteca pública cita en Prado entre Máximo Gómez y Martí, en la ciudad de Guantánamo, para aplicar a los exámenes finales de octavo grado y, de aprobarlos, comenzar el noveno en septiembre próximo.

La pareja decidió practicar la educación en casa por el adoctrinamiento ideológico que se impone en el sistema de enseñanza cubano, regido por el Estado, y por el bulling al que eran sometidos sus hijos por su fe cristiana.

Lo hacían siguiendo la metodología del colegio guatemalteco Hebrón, especializado en enseñanza a distancia y en casa, y bajo el principio de que los padres tienen derecho a educar a sus hijos de acuerdo con sus preceptos.

La solidaridad con la familia se ha multiplicado en los dos meses desde su detención. Dos pastoras de la Liga Evangélica de Cuba visitaron el hogar de Rigal y Expósito y ofrecieron su apoyo a la familia; días después esa denominación emitió un comunicado en el que exigía justicia al Gobierno cubano.

En el ámbito internacional, la Comisión encargada de velar por las libertades de culto y religión del Gobierno estadounidense dio a conocer su inconformidad con el rumbo que ha tomado el caso, y recientemente tres senadores republicanos mostraron su preocupación por las sentencias.

El matrimonio aún se encuentra a la espera de una apelación para su caso.

Para el politólogo argentino Agustín Laje, al comunismo le interesa controlar la educación y las familias porque esta última es "el núcleo de la sociedad civil, y la sociedad civil constituye la dimensión que resulta absorbida en regímenes totalitarios por la política, donde esta lo invade todo. De tal modo que está en el Partido Comunista el interés natural de anular estos espacios donde su intromisión no está asegurada y, al contrario, que pueden llegar a bloquearla".

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