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Béisbol

'Aquí hay gente que vive del béisbol y no para el béisbol'

DDC habla con el exlanzador Lázaro de la Torre.

La Habana

En la tarde del sábado recibí una llamada de urgencia del exestelar lanzador de los equipos habaneros Lázaro de la Torre Armenteros, director del equipo Sub 23 de la capital en el V Campeonato de la categoría.

Jamás he conocido a nadie más entregado a la labor que realiza. Hace unos años tomó las riendas del sotanero equipo de Plaza de la Revolución para el campeonato provincial y lo ha llevado a planos superiores a golpe de sacrificio, de férrea disciplina y basando su estrategia en la atención a las necesidades de los atletas.

Acudí al terreno 50 Aniversario, antiguo DELSA, cuartel general de los equipos bajo su mando, y allí me estaba esperando rodeado de su cuerpo de dirección, molesto y desafiante.

"Desde el primer día se nos ha negado la posibilidad de entrenar en el Estadio Latinoamericano, donde supuestamente jugaríamos la competencia. Pero este sábado nos llegó la noticia de que solo jugaremos allí la primera subserie y después aún no se sabe dónde. Se habla del Changa Mederos, pero ese estadio aún no tiene las condiciones requeridas para un campeonato como este", me dice sin previa introducción.

"Si cuando termine esta subserie se mantiene esta decisión, lo digo ante los medios: abandono el equipo conjuntamente con mi cuerpo de dirección, porque yo así no juego a la pelota", exclama dando golpecitos sobre una improvisada mesa de dominó.

En la pequeña habitación, cabina de anotación del estadio, se puede cortar el silencio durante unos segundos. De la Torre continúa:

"Eso es un barbarismo. Ahí, en el Latino, he visto jugar a la 'chapa', y tengo testigos dispuestos a declarar. También juegan los juveniles porque el hijo de alguien habló con alguien por allá arriba y se lo permitieron. Entonces el Sub 23, el relevo, los prospectos de este país ¿no pueden hacerlo? ¿Por qué en todas las provincias sí juegan en su estadio de cabecera y nosotros no? ¿Qué es lo que pasa? ¿Cuál es el problema?", cuestiona.

"No se cuál es el secreto, pero si no podemos jugar allí, nos vamos", dice.

Las declaraciones pudieran parecer precipitadas o resultado de la pasión del momento, pero el que conoce bien al número 27 sabe que, además de muy analítico, es un hombre de mucha decisión y nunca se arrepiente de lo que dice

"Ya me cansé. Este equipo no ha tenido ni el mínimo apoyo, la Dirección de Deportes de La Habana no ha hecho absolutamente nada por este equipo. Por aquí, durante los entrenamientos, no ha venido nadie".

"Los atletas no tenía ni almuerzo ni merienda cuando empezamos los entrenamientos, ahora es que ha aparecido algo de comida para ellos. Yo la he buscado en coordinación con el Ministerio del Interior, así como el transporte en muchas ocasiones. La mayoría de las veces con dinero de mi bolsillo", se desahoga.

"En cuanto a los implementos, no he recibido ninguno tampoco. Dos días antes del comienzo de la competencia, me mandaron 130 pelotas, tres bates y 25 pantalones sabiendo que son 27 atletas —34 en total con el cuerpo de dirección— y aquí todo el mundo tiene que andar parejo. Los cintos no le sirven a casi nadie y nos dieron un pullover verde como si fuéramos de Cienfuegos o de Pinar del Río", añade mientras los presentes asienten con la cabeza en cada frase.

"Gracias que yo tengo ahí mis cosas, mis implementos, de amigos que me han regalado; de lo contrario, ¿de qué manera hubiéramos podido entrenar? Por esas cosas el año pasado el equipo tuvo todos esos problemas que lo llevaron al lugar 13 de la tabla de posiciones. No porque eran inexpertos ni nada de eso como quieren hacernos entender", enfatiza.

Los problemas y las inconformidades se atropellan unas sobre otras en las palabras de De la Torre:

"Con respecto al alojamiento, gracias a mi gestión personal los vamos a hospedar en el hotel Tulipán; de lo contrario tendrían que ir para Mulgoba a merced de lo que resuelva la provincia con muy mala alimentación y muy malas condiciones".

"Estamos hablando de los prospectos de Cuba, de los talentos, de aquellos que nos van a representar en las competencias internacionales dentro de muy poco", explica De La Torre. "Hay que tener respeto para esta gente".

"El que planifica todo esto no se quién es, pero por estas cosas el rendimiento no puede ser el esperado", señala De La Torre. "Creo que los directivos están viviendo del béisbol y no para el béisbol. Hay que seguir arrancando cabezas aquí, porque esto esta muy flojo, son cosas que me molestan".

"Por eso el béisbol de nosotros está como está y no va a levantar nunca porque los que están bloqueando a nuestro deporte están aquí adentro, no son los norteamericanos", advirtió. "Hay muchas autoridades que no quieren darse cuenta de esto, no sé si por amistad o por lo que sea, pero no quieren darse cuenta. El béisbol es parte de nuestra identidad y lo están matando, están haciendo contrarrevolución con nuestro deporte nacional".

"Si me retiro, se que hay mucha gente que estará en paz porque nunca estuvieron de acuerdo con mi designación, porque me catalogan de indisciplinado, de muy exigente, no sé, pero es así", dice retomando los golpecitos en la mesa.

"Si yo me retiro ahora, algo tiene que pasar, eso se tiene que resolver. Si ellos creen que no tengo razón, entonces que todo siga igual, pero bajo esas condiciones no dirijo más. He tratado de hacer todo lo que he podido, pero si no puedo jugar en el Latinoamericano, que no cuenten con nosotros", insiste.

Lázaro de la Torre, siente que su sacrificio no ha sido valorado adecuadamente. Ostenta la medalla Hazaña Deportiva, sin embargo desde su retiro lo han perseguido demonios invisibles.

"Soy el lanzador que más victorias tiene en toda la historia de la capital, ¿hasta cuándo me van a estar haciendo cosas? Ya me cansé, nunca me han dado ni una casa y yo sigo viviendo en el terreno", señala.

"Quiero que me digan qué pasa conmigo. Quien sea, que me lo diga y lo resolvemos de hombre a hombre. El que sea, no sé si es del Comité Central o de cualquier parte, pero alguien por ahí está en contra mía. Que venga, que tenga los pantalones bien puestos y que me diga qué es lo que pasa".

"Desde el momento que me retiraron a la fuerza siendo el lanzador que más había ganado en la Serie Nacional, me vienen sucediendo estas cosas, pero ya me cansé", asegura. "Lo único que he hecho en mi vida es entregarme a mi provincia y a mi país".

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