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Sucesos

El instinto salva al karateca cubano Dimas Juantorena del terremoto de México

El hermano de Alberto Juantorena saltó desde un tercer piso durante el sismo de 1985. 'Es duro, en el aniversario de aquella tragedia llega este otro', dice.

Ciudad de México

El karateca cubano Dimas Juantorena, quien salvó su vida al atravesar una pared de cristal en el terremoto en México de 1985, dejó hace tiempo de confiar en la Divina Providencia a la que tantas veces se encomendó, pero ahora piensa que quizás por eso sigue vivo.

"En marzo pasado me dije, hace tiempo no ocurre un sismo en la Ciudad de México y en cualquier momento puede suceder una catástrofe. Entonces huí a Playa del Carmen", declaró a EFE el hermano del doble campeón olímpico de atletismo y ahora funcionario del INDER Alberto Juantorena.

El instinto no le falló a Dimas cuando este martes la tierra volvió a temblar igual que hace 32 años con un sismo de magnitud 7,1 en la escala abierta de Richter, que ha causado hasta ahora 230 muertos.

En el segundo minuto del terremoto de 1985, Dimas despertó en un hotel que caía. Se imaginó devorado por las ratas y saltó al vacío desde el tercer piso del edificio en el centro de la Ciudad de México.

"Es duro, en el aniversario de aquella tragedia llega este otro. Yo no pienso ir más a la capital", dijo el deportista retirado de 60 años que llegó a ser campeón de América.

La imagen del hombre tras saltar a través de los vidrios en 1985 pareció sacada de una obra surrealista. Desnudo de la cintura para arriba, lleno de polvo y con el rostro magullado no podía caminar por fracturas en ambos pies, pero lo peor sucedió al día siguiente, cuando sufrió una crisis de nervios por las réplicas.

El avión rumbo a su país no salió y lo hospedaron en un hotel frente al aeropuerto. Le dieron una pieza en el sexto piso y eso le provocó un segundo ataque de terror, cuando pasadas las 7:00 de la noche ocurrió un nuevo temblor.

"Todos corrieron y me dejaron solo. El beisbolista cubano Daniel Menéndez Miñoso me cargó escalera abajo y al pasar todo no volví a entrar más al hotel. Me sacaron un colchón y dormí a la intemperie, debajo de una bandera mexicana", contó a EFE.

Aquella vez lo operaron en La Habana, regresó al deporte y con el tiempo regresó México, pero entonces ya lo perseguía una psicosis con los temblores y cada mañana le pedía a Dios que cuando llegara el siguiente no lo sorprendiera desnudo en el baño.

"Te voy a confesar algo, desde 1985 nunca tuve tranquilidad, viví con zozobra en un edificio rajado en la calle Amsterdam, luego me mudé a la Querétaro y hoy me duele ver que por esa zona cayeron inmuebles".

Dimas vive de sus rentas en Playa del Carmen, donde no ha abandonado el kárate, pero no celebra haber escapado del mortífero terremoto.

"Estamos tristes por lo ocurrido, las condolencias de la familia Juantorena-Foyo para las víctimas. Dios los proteja a todos por igual", escribió en las redes sociales en un mensaje en el que aseguró su fe en un señor protector, aun cuando los asuntos sísmicos prefiera arreglarlos por su cuenta.

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