El Zoom de DDC: Yasbell Rodríguez Valdés, 'La recién llegada' en Miami

La actriz y presentadora cubana Yasbell Rodríguez Valdés insiste en mencionar su segundo apellido porque heredó de su madre el arte de soñar a lo grande y de volver a empezar.

Es lo que hace ahora: llegó a Miami tres meses atrás y acaba de lanzar su nuevo programa La recién llegada, de la mano de Univista TV. Se trata de un espacio semanal que contará las historias de emigrados y sus proyectos en la ciudad del sol. 

"Este programa nace de las buenas vibras, el impulso de Univista TV y de mis inquietudes de recién llegada a Miami con mi marido e hijo. Me estoy familiarizando con todo lo que tenemos que aprender, la idiosincrasia, el desarrollo tecnológico, el idioma… No solo somos los cubanos los que empezamos nuestras vidas aquí. Son muchos los que han dejado un oficio en otra tierra y aquí aprendieron algo nuevo, comenzaron su negocio y hoy me lo pueden presentar en La recién llegada", cuenta Rodríguez desde la cocina de su casa.

Aunque la actriz desprende un optimismo, confiesa que a veces el miedo la abruma. Alí, su hijo de cinco años, no domina el idioma, echa de menos la casa donde nació y a sus amigos de la escuela. Toda la familia está inmersa en un proceso de aprendizaje que, señala Rodríguez, tiene sus altos y bajos. 

"Vamos a explicarle a Alí por qué no tenemos cosas, que no son lo más importante en su vida. Lo imprescindible es que estemos saludables, felices y mejorando. Me levanto en una batalla diaria contra mis miedos. Soy una persona muy optimista. Mi familia y amigos me ven como una fuente de motivación, pero a veces me traga la impotencia. A veces quiero caminar más rápido de lo que me toca y siento que se me va la vida, que tengo 40 años y que he hecho poco o que no lo he hecho bien", confiesa la presentadora mientras recibe un mensaje de la maestra de su hijo en el mismo móvil donde grabamos esta entrevista. 

Rodríguez, conocida en Cuba por la conducción de programas como Somos Multitud y Súper 12, se subió a los escenarios a los cinco años y ya a los diez había recorrido la Isla con sus interpretaciones en la compañía de teatro infantil La Colmenita. 

"Comencé a hacer televisión porque pasé un casting que me abrió las puertas a un camino en el que nunca había pensado. Me iba a morir esperando el sueño dorado de muchos artistas, trabajar en cine. No me tocó esa puerta, se me abrió otra. Sufrí porque me enjuiciaron, me decían que era un talento perdido, que eso de la presentación o locución era superficial. Yo me daba cuenta de que gracias a la formación que había tenido podía transmitir como presentadora y decidí crecer en ese camino".

Rodríguez cuenta que no tuvo "padrino ni palanca", pero que a pesar de los obstáculos pudo llegar a Perú donde trabajó en radio y televisión. "Allí son muy nacionalistas, pero quisieron a esta cubana y yo aprendí mucho con ellos".

Los años de experiencia sobre las espaldas de Rodríguez no frenan los nervios que siente ante la cámara. En La recién llegada la presentadora realiza tareas de producción que no había desempeñado antes, y eso la entusiasma. 

"Por primera vez me estoy topando con detalles técnicos de hacer mi propio programa, buscar patrocinadores, invitados, locación. Además, estoy aprendiendo cada día el lenguaje técnico necesario. Este despegue viene siendo mi trabajo de mesa. El inglés lo llevo más o menos, pero eso no me va a impedir entrevistar a personas que me parezcan interesantes para el programa y que no hablen español". 

Los inicios de un emigrante en cualquier país del mundo están marcados por la red de apoyo con la que llegue, advierte Rodríguez, que dice sentirse arropada por su esposo y hermano, quien trabaja con el conocido cantante cubano El Taiger.

"Me voy a caer, levantar, llorar, se me van acabar las fuerzas, pero voy a reír al final. Estoy orgullosa de que, como mujer, madre y artista intenté volar; si no lo logro, al menos me probé las alas", concluye Rodríguez.