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La prensa estatal en Cuba: de la decepción a la deserción

DIARIO DE CUBA recoge cuatro testimonios de periodistas que ejercieron en los medios estatales de la Isla y hoy firman en la prensa independiente.

Madrid
Periodistas cubanos. DDC TV
Cartel en un derrumbe en La Habana
Cartel en un derrumbe en La Habana DDC

Cuando José Luis Tan Estrada se graduó de Periodismo en la Universidad de Camagüey, a nadie le pareció raro que empezara su Servicio Social como profesor, ya que había sido alumno ayudante desde el tercer año de la carrera. Lo que sí nadie se esperaba era que el joven fuese expulsado de la propia Universidad en menos de un año.

"Me expulsaron por mis ideas contra el régimen cubano y por denunciar en mi página de Facebook las arbitrariedades y las violaciones de los derechos humanos que se cometen", dijo a DIARIO DE CUBA.

A Laura Roque, quien trabajó durante cuatro años en el Telecentro Perla Visión, de Cienfuegos, y durante otros tres en el Noticiero Nacional, no la expulsaron, pero recuerda con nitidez cuántos problemas tuvo por una simple frase dentro de un reportaje. Fue cuando en su espacio Itinerario le preguntaron a un investigador cómo viviría su generación un proceso de cambio de la dirección del país. El objetivo de Itinerario era visibilizar a los jóvenes creadores de la Asociación Hermanos Saíz, una organización oficialista.

"Estuvimos un año sin que el trabajo fuera publicado. No salía porque la frase no gustaba. Hasta que no intentamos quitar la frase o, al menos, editarla de una forma que no molestara, el trabajo no salió. Fue terrible. Habíamos cruzado la línea invisible que era hablar de una generación en Cuba que iba terminar, como si eso no fuera totalmente natural. Ni los medios de prensa en Cuba ni la comunicación institucional están preparados para asumir cambios que son procesos naturales de la vida”.

La decepción que termina en abandono en la prensa oficial cubana ya no es noticia. En la memoria colectiva quedan las veces que alguna firma reconocida o un rostro habitual cruzó la valla y se volvió contra el régimen. Los casos no eran masivos, pero ahora los reporteros son parte del mayor éxodo de cubanos que buscan asentarse en otro país. Un alto número de periodistas que hoy firman en la prensa independiente dentro o fuera de la Isla alguna vez pertenecieron a los medios estatales.

Los relatos de Tan y Roque se repiten en otros periodistas como Saily Pérez Gordillo, ahora instalada en Estados Unidos: "Cuando el programa Vivir del cuento cumplía los diez años de creado, yo solicité hacer un reportaje. Obama acababa de ir a Cuba y había participado en uno de los programas, lo que le dio muchísima popularidad al producto. El reportaje me lo prohibieron y la respuesta ante mi reclamo fue que Vivir del cuento era un programa que había tomado mucho impacto político y no querían darle más. Al final, puse el reportaje en mi canal de Youtube y en el del editor, pero en el Noticiero Nacional no salió".

DIARIO DE CUBA conversó también con Milene Medina, graduada en 2019 por la Universidad de La Habana, quien recuerda que en un congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) la entonces primera secretaria Susely Morfa hizo un aparte para responder las "preguntas" de los periodistas: "Aquello de preguntas no tenía nada. Era un discurso que tenía superpreparado y donde ella nos indicaba qué debíamos decir en esa nota de prensa y qué no se debía decir."

En Cuba no se llega a la carrera con miedo. Más bien predomina la romántica aspiración de ser la generación del cambio. El miedo comienza cuando se ve a un colega censurado por hacer un trabajo con crítica social, aunque sus señalamientos al Gobierno hayan sido indirectos.

El miedo es como una enfermedad. Se va haciendo grande y daña al cuerpo. Luego se puede ver cómo esa crítica suave llega a un consejo de dirección y se cuestiona al periodista por qué utilizó los medios de la Revolución para hacer un trabajo que la daña. Es cuando entre los periodistas surge la pregunta que nadie dice en voz alta: ¿cuándo me tocará a mí?

Así le tocó a Pérez Gordillo, quien trabajó durante tres años en Radio Habana Cuba y durante otros tres en el Noticiero Nacional de Televisión, antes de emigrar a Estados Unidos y ejercer el periodismo desde allí. Actualmente es panelista en La mesa nostra, de América Tevé.

Año tras año, Cuba se ubica como el peor país de América Latina en materia de libertad de prensa, de acuerdo con el ranking que realiza la organización Reporteros sin Fronteras. También la Sociedad Interamericana de Prensa denunció al cierre de 2023 que las libertades de prensa y expresión "continuaron deteriorándose" en Cuba. Los periodistas independientes siguen vigilados, hostigados y reprimidos por agentes que intentan limitar su libertad de movimiento, realizan detenciones, e incluso confiscan sus equipos de trabajo.  

"Gracias que existe el periodismo independiente y que cada día cobra más importancia dentro de Cuba. Tanto es así que la mayoría de las personas prefieren actualizarse mediante la prensa independiente y no mediante la prensa oficialista. Es un trabajo que le da oxígeno a esas personas que necesitan que sus problemas sean denunciados y a las que el Gobierno les ha dado la espalda por su conveniencia", opina Tan Estrada.

La censura evidente que reina en los medios de prensa en Cuba es un secreto a voces. Algunos han desterrado el término "prensa" y prefieren decir "medios de propaganda".

Medina considera que la mayor diferencia entre un medio que pertenece al Gobierno y otro que no es la autocensura. "Cuando uno trabaja en un medio que responde a los intereses del Partido, uno está siguiendo unas políticas, unas líneas de pensamiento, y no puede salirse de ahí. Hay algo muy cuadriculado que no se puede saltar y si te saltas puede tener consecuencias muy graves".

Pérez Gordillo, quien ejerce fuera de la Isla, entiende que la principal diferencia entre hacer periodismo dentro de Cuba y fuera es la libertad con la que el periodista puede crear a partir de lo que realmente piense.  

Además, apunta que la segunda diferencia y más importante es la infraestructura. "Hay una infinita variedad de posibilidades que hacen que el periodista tenga todos los medios para hacer las investigaciones, los reportajes".

Roque Valero, quien trabaja como reportera del medio independiente El Toque, añade a esta opinión otra arista: el proceso editorial.

"Desde que se selecciona un tema hasta que finalmente sale publicado intervienen muchos factores para que se producto quede lo más completo posible. En los medios oficiales en Cuba esto no ocurría así. La revisión principalmente estaba basada en el matiz político, que el trabajo no cruzara las fronteras que todos conocemos. En los medios independientes, al menos desde mi experiencia, el proceso es mucho más cuidado. Estamos todo el tiempo replanteándonos cómo vamos a nombrar determinados fenómenos, qué enfoque le vamos a dar".

En mayo de 2023 la Asamblea Nacional del Poder Popular aprobó la Ley de Comunicación Social, pero está lejos de fortalecer el acceso de los cubanos al derecho a la información de calidad. Esta ley impide que en los medios masivos haya espacio para otras voces que no sean aquellas que expresen el mal llamado "pensamiento revolucionario del pueblo".

"El PCC dicta la política informativa de los medios de prensa oficialistas y lo hace de manera dictatorial",  apunta Tan Estrada. Sostiene que los medios de prensa cubanos hacen un trabajo totalmente alejado de la verdadera realidad del pueblo cubano, que responden a los intereses del régimen comunista y tienen un discurso triunfalista. Todo lo que no calce con ello es "apartado, silenciado, censurado".

Para Roque Valero "el tema de si se hace periodismo o no en los medios estatales es polémico. Hay piezas periodísticas excelentes en medios de prensa estatales y también directores que se han arriesgado a publicar textos de investigación que sí tienen calidad. Sin embargo, yo creo que hay también límites muy claros que los periodistas sabemos que no podemos cruzar cuando trabajamos en un medio estatal y que nos resignamos a vivir con eso". 

En la Ley de Comunicación no se consideran de dominio público las "informaciones personales" sobre funcionarios vinculados a las instituciones estatales. Se utilizan "conceptos vagos y políticos para limitar el tipo de contenidos que pueden divulgarse a través de los medios de comunicación. Se prohíbe la creación legal de organizaciones o entidades no estatales que tengan como objeto social la gestión de un medio de comunicación".

"Nosotros somos conscientes de que el periodismo tiene que interpelar al poder, tiene que ser realmente ese otro poder que contrarreste y se posiciones en la opinión pública como una voz autorizada, pero una voz con fundamento, con vida propia, y eso en Cuba es muy difícil de lograr”, dice Roque Valero.

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1 comentario

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Solo se deserta de un ejercito o grupo armado con el que existe un compromiso formal e que implica una necesaria lealtad.

Esos periodistas, incluso los mas abyectos, se escondian detras de mascaras de hipocresia, doble moral y oportunismo, alejados de cualquier conviccion verdaderamente ideologica o politica.

El totalitarismo impone sus diatribas de masa obediente y militante, de forma que todos los ciudadanos se consideren parte de un ejercito monolitico en sus ideas y principios, envenenando a los que escapan (y los a que se quedan) con la idea de que han traicionado a una causa superior y tan popular que solo los desagradecidos lo harian.