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Resumen 2023

2023 en Cuba, un año marcado por crímenes violentos que no recibieron el auxilio de la Policía

Llama la atención que 'las drogas y las adicciones' han sido el denominador común de algunos de los crímenes más violentos de los últimos meses en Cuba.

Madrid
Una calle de La Habana.
Una calle de La Habana. Diario de Cuba

2023 ha sido un año en que en Cuba ha empeorado la inflación, la migración, la miseria, los precios y el hambre, pero también la violencia, que ha generado un notable clima de inseguridad en las calles. 

A pesar de la falta de datos certeros, aparecen con frecuencia en las redes sociales denuncias de crímenes violentos, asesinatos, asaltos y robos, con altos tintes de crueldad en muchos de los casos.

Los reportes de alarma son tantos que las autoridades no han podido quedarse al margen del fenómeno. La Seguridad del Estado, en conjunto con la Policía y el Ministerio del Interior ha creado varios perfiles en la red social Facebook para intentar dar respuesta a estas denuncias, siempre desde la perspectiva de su "rápida acción" para llevar ante los tribunales a los culpables, ignorando aquellos casos que han quedado impunes o en los cuales la Policía no ha servido de ayuda.

Uno de los casos más conocidos fue el de Melani García Lorenzo, que a sus 16 años fue asesinada por su expareja a mediados de este mes. Recibió antes de morir una golpiza tan brutal, que su agresor le rompió prácticamente cada uno de sus huesos. Sus familiares piden la "pena máxima" y en la denuncia hecha en redes sociales advirtieron que llamaron 22 veces a la Policía, pero no recibieron respuesta a su pedido de auxilio.

El escalofriante relato de la madre de la víctima en redes sociales daba cuenta del ensañamiento del agresor, que además cometió el crimen delante del hijo de dos años que tuvo con García Lorenzo: "Le partió todos los huesos de su cuerpo, costillas, mandíbula, las piernas, las manos, las caderas, los tobillos, la columna vertebral, él se los partió todos, le sacó las uñas, le dio tres puñaladas, le abrió la cabeza. Tenía múltiples heridas en la cabeza, por eso es que ella muere, de una hemorragia interna, porque la dejó trancada sin auxilio médico", contó la madre.

A finales de noviembre, un joven de 27 años fue asesinado brutalmente en Las Tunas y sus asesinos, no contentos con quitarle la vida, le cortaron las manos. Identificado como Luis Enrique Noguera, este cubano fue atacado con un machete, su cuerpo apareció tirado en la maleza con heridas graves en la cabeza y sin manos. 

En esa misma provincia, a finales de septiembre, fue asesinado brutalmente con un puñal Leandro Baró Lameiro, un adolescente cubano de 16 años. El joven murió en el hospital como consecuencia de la gravedad de las heridas recibidas en el ataque. 

También en Las Tunas, en febrero, la Dirección Provincial de Salud confirmó el feminicidio de Arianny Benita Chávez Puche, empleada del Hospital Pediátrico Mártires de Las Tunas, quien fue agredida por su expareja con un arma blanca, durante un turno de trabajo que hacía de madrugada. 

Entre febrero y junio, DIARIO DE CUBA registró más de una docena de asesinatos, la mayoría víctimas de robos, sin contar los feminicidios que en esa fecha eran 35, de acuerdo con el subregistro de plataformas feministas independientes cubanas. Uno de los crímenes que tuvieron más impacto entre los cubanos en ese periodo fue el asesinato de tres miembros de una misma familia, una pareja y su hijo, ocurrido en mayo en Matanzas. De este, tanto el portal oficial Cubadebate, como el propio Ministerio del Interior (MININT), publicaron notas para informar que el criminal fue detenido en la playa Jibacoa, de la provincia de Mayabeque, cuando intentaba salir del país.

En el caso específico de las víctimas mortales de la violencia machista en Cuba, este año ascendieron a 86, con la verificación el 22 de diciembre de dos nuevos feminicidios por los observatorios independientes. El número de víctimas confirmadas convierte a Cuba en el país donde se ha producido el mayor incremento de feminicidios en 2023, según el Mapa Latinoamericano de Feminicidios (MLF), difundido el 22 de noviembre.

Tras la muerte del adolescente Baró Lameiro en Las Tunas, al menos 13 estudiantes cubanos fueron investigados en esa provincia. Eulícer Escalona, subdirector de la Dirección General de Educación en el municipio de Las Tunas, dijo al Periódico 26 que "estas manifestaciones violentas hoy no tienen lugar en el interior de las escuelas, sino en la calle, a altas horas de la noche, cuando es responsabilidad de la familia el cuidado de sus hijos".

El funcionario afirmó que desde hace varios meses han notado la proliferación de pequeños grupos que, debido a "varios agentes y mediaciones", se encuentran y terminan siendo partícipes "de conductas impropias, adicciones, ilegalidades y actúan, con gran frecuencia, sin el debido ojo regulador de la familia".

"Hemos identificado el consumo de drogas porteras como el cigarro, el ron y, sobre todo, el incremento de la violencia", advirtió. Sobre el elemento "de drogas" y "adicciones", llama la atención que estos han sido el denominador común de algunos de los crímenes más violentos de los últimos meses. La tía de García Lorenzo apuntó que los asesinos de su joven sobrina estaban bajo el efecto de "kímiko", una sustancia que, apunta, está ahora siendo consumida por los jóvenes cubanos con bastante frecuencia.

Según Periódico 26, "en las noches, sobre todo los fines de semana, la ciudad de Las Tunas se vuelve tierra de nadie para un número considerable de jóvenes que se acercan a la 'diversión', a los vicios y la violencia".

Otro crimen violento ocurrido este año fue el asesinato de un cubano residente en Güira de Melena, municipio de Artemisa. El hombre fue encontrado muerto en su vivienda con signos de violencia, sus allegados lo identificaron como Yuyo Hernández, de 60 años, y miembro de la comunidad LGTBI+.

Otro denominador común en las denuncias de alarma de los cubanos en redes sociales para informar sobre asaltos, asesinatos y robos, es el lento y pésimo actuar de la Policía que llega tarde o no presta auxilio a las víctimas.

El caso más notable fue el de Leidy Bacallao Santana, de 17 años, asesinada por su expareja a inicios de año en Camalote, Camagüey. La joven intentó buscar refugio en la estación de Policía ante las amenazas del hombre, pero este la persiguió y terminó matándola con un machete en la unidad policial. Algunos testigos aseguraron entonces que tras el ataque a la joven, un policía disparó contra el agresor y le provocó heridas en la espalda que necesitaron intervención quirúrgica. 

En atención a estas situaciones, el Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC) publicó en agosto un análisis de "la quiebra de la seguridad pública en Cuba". El informe, que monitorea datos del primer semestre de este año, también analiza "la creciente inseguridad pública" y la "escalada de crímenes violentos" en el país. Apunta que los robos crecieron en un 83% y los asesinatos en un 43%.

El OCAC señala que la inseguridad pública se manifiesta a través de un aumento significativo de crímenes y delitos. El observatorio identificó 98 reportes comprobados en el primer trimestre. De ese total, 16 ocurrieron en enero, 48 en febrero y 34 en marzo. De ellos, 42 fueron robos, 33 asesinatos, 17 asaltos y seis entraron en la categoría de "otro tipo de delitos".

El informe señala que durante el segundo trimestre de 2023 "se registraron 189 reportes de crímenes" y que las provincias más afectadas fueron La Habana, Villa Clara y Guantánamo.

OCAC considera "muy relevante" la comparación del comportamiento trimestral porque es apreciable que entre un trimestre y otro prácticamente se duplicaron los delitos.

El repaso de los últimos meses explicita que la criminalidad va en ascenso en Cuba en medio de una profunda crisis socioeconómica, agudizada tras el "ordenamiento monetario" y la pandemia.

Otro elemento en este fenómeno es la falta de transparencia del régimen cubano, que no cuenta con registros oficiales de criminalidad. Sin embargo, los delitos violentos no constituyen solo casos aislados y que la ciudadanía no se siente segura, según resultados de una encuesta anónima y confidencial del proyecto independiente Cubadata sobre seguridad ciudadana en Cuba, realizada entre el 15 y el 30 de junio de 2022 con 1.965 personas a lo largo y ancho de la Isla.

El 61% de los cubanos encuestados reportó haber sido víctima de algún tipo de violencia o actos de delincuencia. De este grupo, solo el 14,6% denunció el hecho ante la Policía, de acuerdo con el estudio que tuvo por objetivo indagar cuán seguros y conformes se sienten los cubanos con las leyes instauradas para proteger a la ciudadanía. 

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