Una veintena de exiliados cubanos en varios países del mundo entregó un documento conjunto a los parlamentos de 18 países democráticos más el Vaticano, con peticiones en materia de derechos humanos. Los encuentros con políticos comenzaron en septiembre.
La carta, firmada por más de 700 personas, la mayoría en la Isla, hace hincapié en la liberación de los presos políticos en Cuba y el reconocimiento de la sociedad civil cubana como interlocutora en espacios internacionales.
El documento no se adhiere a ningún partido político para que nada distraiga de su objetivo: luchar por la libertad de Cuba.
"Entendemos lo que pasa en Cuba como un tema humanitario, no tiene que ver con ser de izquierda o de derecha. La batalla frente a la dictadura es de todos, no la podemos llevar de manera aislada, hay que negociar y unirnos. Es importante dejar todo lo que nos separa a un lado y enfocarnos en lo que nos une, la causa de la libertad de Cuba", dice desde Miami el activista cubano Erick Brito, uno de los miembros de la iniciativa.
La realización de este proyecto es el resultado de más de seis meses de reuniones de sus participantes, que entienden que las negociaciones políticas se hacen con los políticos de países democráticos.
"Queremos que los cubanos dentro de la Isla sepan que no están solos. Somos muchos haciendo el trabajo de hormiguita de ir a las organizaciones internacionales a concienciar sobre el tema Cuba. Es complicado porque los gobiernos no ven una oposición cubana articulada y fuerte", apunta Tamara Pérez, otra de las participantes de la iniciativa, desde Tarragona, España.
Al leer el documento conjunto sobresale el tratamiento de la cúpula de poder en la Isla como “Gobierno cubano”, algo que explica la impulsora de esta iniciativa, Kirenia Carbonell, quien también es activista y trabaja para la Defensa Nacional en Canadá.
"Muchos de los que firmamos el documento nunca llamaríamos a la dictadura militar y genocida cubana 'Gobierno', pero tuvimos que trabajar el lenguaje para obtener resultados. Estamos dirigiéndonos a democracias en el mundo donde hay cuerpos diplomáticos del régimen, esto sucede en más de 170 países. Cambiamos de estrategia para dialogar con los legisladores de otros países, que son los que necesitan convencimiento. El pueblo de Cuba sabe que hay una dictadura y los exiliados cubanos también", explica Carbonell.
Según la activista cubana todas las iniciativas son importantes, pero nunca demasiadas.
"Cuba no puede esperar, la situación es crítica, todo se desmorona y el régimen ha convertido los derechos humanos en delitos".
Los miembros de esta iniciativa llaman a los cubanos en el mundo a unirse en una oposición fuerte que deba ser tomada en cuenta por las organizaciones internacionales y los gobiernos democráticos.
