El caso de los seis cirujanos cubanos enjuiciados por la muerte de un paciente al que tuvieron que intervenir con los insuficientes recursos disponibles ha puesto el foco sobre el caos que vive la Salud Pública en la Isla. Los verdaderos responsables de la crisis que sufren médicos y pacientes son los dirigentes, como bien han señalado profesionales en una carta abierta enviada al ministro José Ángel Portal Miranda.
El proceso penal contra los doctores bayameses es la jugada de un régimen que intenta despojarse de sus responsabilidades. La estrategia contra el profesional que da la cara a los enfermos, ese que tiene que asumir la precariedad del sistema y trabajar con lo que le ponen a disposición, está saliendo caro a los administradores del desastre.
Los seis médicos que han recibido respaldo de la población, pacientes, colegas y veteranos profesores, ejecutaron una operación quirúrgica de urgencia sin instrumentos adecuados, sin sondas, sin levines, sin guantes, sin suturas adecuadas, sin exámenes, según el testimonio de la cirujana implicada Yoandra Quesada Labrada y de la doctora Yusimí Mojena, otra de las especialistas que atendió al joven accidentando cuando llegó al Hospital Provincial Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo.
"Es como ir a hacer el trabajo de Dios, pero sin una gota de fe y aun así lo lograron, aun así, como dice el profesor Aldo Zamora, se operó, no se dieron por vencidos", dijo Mojena, quien actualmente vive en Estados Unidos.
Muchos cirujanos cubanos de máximo prestigio en Cuba (como el veterano Esequiel Hernández Almeida) han apoyado la praxis indicada por el equipo médico, sin embargo, el Tribunal que los juzgó no contó con opiniones cirujanas expertas. La organización Prisoners Defenders denunció que se trató del "imperativo político de no reconocer que así no se gestiona un país".
Bajo ese mismo dictamen, la Dirección General de Salud Pública de Granma hizo control de daños ante el rechazo popular que ha provocado el juicio. Dijo en una declaración oficial que se "ha distorsionado" el caso.
La cirujana Yoandra Quesada, una de las profesionales enjuiciadas, contó algunos detalles de lo sucedido en un audio en el que terminó llorando.
"No hay servicio de cirugía, todo el mundo se quiere ir, no hay medicina interna, no hay otorrinos, no hay nadie. Todos tus compañeros se van y estás trabajando solo y sin materiales, expuesto a que te mate un día un familiar desesperado. Nadie ve eso y son capaces de imputarte impericia, acción negligente. ¿Qué saben ellos? ¿Cómo se llenan el corazón para hacernos esto?", dijo Quesada entre sollozos.
El Anuario Estadístico sobre Salud y Asistencia Social de 2022 registró 510.781 trabajadores en el sistema ese año, un decrecimiento de 46.663 profesionales respecto a 2021. Estos datos significan que entre 2021 y 2022 Cuba perdió más de 12.000 médicos, 7.000 enfermeros y 3.000 estomatólogos.
Recientemente, la viceministra primera del Ministerio de Salud Pública, Tania Margarita Cruz Hernández, y el viceministro para la asistencia médica Reinol García Moreiro, intervinieron en una Mesa Redonda para ofrecer un panorama del sector que choca con la realidad que padecen los cubanos diariamente.
Los viceministros admitieron que faltan médicos, medicamentos, recursos, se realizan menos intervenciones quirúrgicas, la suerte de los enfermos de cáncer depende de la medicina natural.
Cruz Hernández reconoció que la salida de profesionales y técnicos hacia otras actividades económicas, dentro y fuera del país, "han afectado determinados servicios". Además de que tienen que dar la cara a los pacientes en medio de enormes escaseces, los profesionales de la salud, que no escapan al drama de la vivienda en Cuba y al caos de la transportación, buscan mejores salarios y condiciones laborales, dijo.
La solución que da el régimen al agotamiento de los profesionales cubanos de la salud y sus carencias pasa por "la aplicación del pluriempleo". La viceministra nada dijo de las necesarias inversiones para dotar al sistema de salud nacional de equipos, insumos y fármacos. Ni ella ni otros dirigentes han dado explicaciones sobre el destino de las sumas millonarias en la última década por la exportación de los servicios profesionales médicos.
En 2017, cuando el Gobierno obtuvo 11.379 millones de dólares por la exportación de servicios médicos, tan solo el equivalente a 428 millones se habría destinado a los gastos de salud pública y asistencia social, según arrojaron otros datos consultados por DIARIO DE CUBA.
Más huellas del desastre
Los médicos cubanos que trabajan en condiciones deplorables no son los únicos que durante el último mes han quitado las máscaras a la propaganda del Gobierno.
El viernes 24 de noviembre madres cubanas, algunas con sus hijos pequeños en brazos, se presentaron ante la sede del Ministerio de Salud Pública, en El Vedado, para protestar por la desatención que estarían sufriendo por parte de las autoridades sanitarias.
Son numerosos los casos de menores de edad cubanos que padecen enfermedades que no han encontrado respuesta en el sistema. Activistas y padres han denunciado a través de las redes sociales los casos desatendidos, ya sea por la falta de insumos, de personal médico especializado o de condiciones mínimas para hacer frente a los padecimientos. Las plataformas digitales también han recogido el crítico abastecimiento de fármacos. Los cubanos actualmente siguen sufriendo las decisiones del Gobierno cubano durante la pandemia contra el Covid-19, cuando se empezaron a desarrollar aceleradamente, no una, sino tres vacunas. Las autoridades admitieron que se priorizaron las materias primas para la producción de estos fármacos, en detrimento de numerosos medicamentos, entonces ya escasos en las farmacias e instituciones hospitalarias. Díaz-Canel lo justificó como una cuestión de "soberanía".
El proyecto Cubadata, a través de una Encuesta de Salud Integral, arrojó luz y cuantificó el drama que las autoridades cubanas, para descargarse de responsabilidad, atribuyen invariablemente al embargo de EEUU.
Los datos que reveló el sondeo son tan abrumadores que apuntan a una crisis humanitaria. Cubadata demostró que existe una clara tendencia hacia una mayor dificultad en el acceso a medicinas en la Isla. Más de la mitad de los cubanos encuestados (55,8%) calificó como "imposible" el acceso a medicamentos. Si se suman a ellos los que afirmaron tener "mucha dificultad", el 80,3% de la población consultada enfrenta serios problemas para obtener los fármacos que necesita.
En cuanto a la posibilidad de conseguir atención médica, aunque el porcentaje de personas que encuentran "imposible" obtenerla es menor (23,2%), sigue siendo preocupante. Si se suman los encuestados que dijeron tener "mucha dificultad", se concluye que el 57,6% enfrenta serios obstáculos para obtener atención médica.
Ailuj Casanova Barreto, jefa de Atención Primaria de Salud del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), dijo recientemente que en el país funcionan actualmente 451 policlínicos con 11.548 consultorios, de ellos 3.507 ubicados en zonas rurales. En las comunidades funcionan 11.270 consultorios del médico y la enfermera de la familia y el resto está en centros educacionales, universidades y centros de trabajo.
Las cifras siguen en picada y son menores aún que las recogidas en una investigación realizada por DIARIO DE CUBA en 2018. Cuba es el país del mundo con más médicos por cada mil habitantes. Sin embargo, los profesionales de la salud que se ocupan de la atención primaria en la Isla son cada vez menos. Los análisis de los Anuarios Estadísticos de Salud Pública confirman la percepción de los cubanos de que lidian con un sistema sanitario divorciado de la propaganda oficial.
Si en el año 2010 los médicos destinados en los Consultorios de la Familia llegaron en Cuba a ser 36.478, en 2017 solo quedaban 13.131; es decir, una reducción del 64% en menos de una década. Ahora el descenso se profundiza con aproximadamente un 68,35%.
Así celebró Cuba el Día de la Medida Latinoamericana el 3 de diciembre, con mucha propaganda, agradecimientos vacíos del ministro y alusiones de "entrega y vocación" cuando las garantías para el acceso, la gratuidad y la calidad de los servicios de atención, protección y recuperación dentro del sistema de salud pública, recogidas en la Constitución, quedan solo en papel.
Los médicos cubanos son una profesion en gran desvantaja; les roban sus salarios, viven amenazados y en peligro de caer presos por delitos en que el Estado es culpable: falta de insumos.
Cuba se ha convertido en un sainete, un teatro bufo, una comedia de enredos como el „camarote de los Hermanos Marx“. El mito de la „potencia médica „ se desinfla porque siempre fue un globo mal inflado.