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Medioambiente

Las secuelas ambientales de las 'soluciones' a la crisis eléctrica en Cuba

¿Qué licencias ambientales recibió la empresa turca Karadeniz al llevar sus patanas de generación a Cuba? ¿Qué impacto está teniendo su operación?

Madrid
Vista satelital de la contaminación atmosférica conjunta de la Termoeléctrica Máximo Gómez, de Mariel, y las plantas flotantes de Karadeniz.
Vista satelital de la contaminación atmosférica conjunta de la Termoeléctrica Máximo Gómez, de Mariel, y las plantas flotantes de Karadeniz. Google Earth

En enero pasado estalló un escándalo en Sudáfrica cuando la Fiscalía Nacional se opuso a llevar a los tribunales una firma de consultores ambientales que habrían contribuido a que la empresa turca Karadeniz Holding eludiera las regulaciones de protección del medio ambiente nacionales.

Meses antes, la organización civil ambientalista Green Scorpions había acusado a la firma Triplo4 Sustainable Solutions, contratada por la firma turca que produce electricidad a través de su flota de patanas, por violar la Ley Nacional de Gestión Ambiental, un cargo grave que conllevaría una sentencia de cárcel de diez años, más una multa.

La decisión de la Fiscalía Nacional despejó el obstáculo más importante para un polémico proyecto de suministro de electricidad de emergencia desde barcos de energía a gas, que se remonta a 2020, y abrió la puerta a la operación de Karadeniz en Sudáfrica, indicó un reporte del diario local Times.

A fines de marzo de 2023, una patana de generación de energía de la empresa turca fondeó en la comunidad de Los Negros, provincia Azua, al sur de República Dominicana. La instalación había recibido el visto bueno del Gobierno nacional para la instalación de una planta generadora de electricidad que inyectara al sistema energético de ese país, donde los apagones son frecuentes, más de 170 megavatios.

La instalación del barco en la zona ocurrió después que un intento inicial en ese sentido fuera combatido por los habitantes de la comunidad de pescadores en 2022. En esa ocasión, además de organizar manifestaciones, los locales presentaron recursos de amparo ante los tribunales para evitar las operaciones de la planta, según reportó el medio local Diario Libre.

"Hay que esperar a que trabaje a ver si afecta. Usted tiene que tener pruebas del daño", dijo posteriormente una residente, mientras que otros habitantes de la comunidad aseguraron esperar que el inicio de las operaciones de la generadora de electricidad ofreciera a los lugareños nuevas oportunidades de empleo.

A inicios de junio, los pescadores de Azua enviaron al periódico un video en el que se aprecia la muerte de decenas de peces sobre la arena de la playa Los Negros. Los denunciantes aseguraron que esas imágenes suponen "una situación nunca antes vista en la zona, donde llevan años trabajando el oficio", y achacan a la operación de la patana el daño ambiental.

Casi de inmediato, la Academia de Ciencias de República Dominicana pidió, a través de un comunicado, una investigación sobre lo ocurrido.

Según la institución, las barcazas de Karadeniz están instaladas en el Refugio de Vida Silvestre Manglares de Puerto Viejo, y aunque el Ministerio de Medio Ambiente argumentó que las patanas no se encuentran dentro del área protegida, sino en la "zona de amortiguamiento", "nadie puede alegar que esta empresa se encuentra fuera del área protegida, cuando todas las especies que están muriendo, están en su interior".

"Se le debe aclarar al país lo sucedido. Esta empresa fue beneficiada con una licencia ambiental que se sustenta en un Plan de Adecuación Ambiental para dar respuesta a situaciones de impactos ambientales mayores como este", agregó la Academia se Ciencias.

En noviembre de 2022, cuando el barco de generación de Karadeniz enviado a República Dominicana no pudo anclar en Azua debido a la presión de la comunidad, este se dirigió a Cuba, para sumarse a la flota de la firma turca en la Isla. 

¿Qué licencias ambientales recibió Karadeniz en Cuba? ¿Qué impacto está teniendo su operación en las zonas donde han sido ubicadas sus siete barcos en la Isla?

Los daños a la fauna marina

Existen suficientes investigaciones que demuestran el impacto ambiental de las plantas flotantes en países donde están funcionando. Por ejemplo, en Sudáfrica en 2020 se consideró que la pandemia de Covid-19 era una razón de peso para otorgarle a Karadeniz una exención bajo la Sección 30A de la Ley Nacional de Gestión Ambiental.

Según los consultores de Triplo4 Sustainable Solutions, las centrales eléctricas proporcionarían energía de emergencia a los hospitales que mantendrían los ventiladores en funcionamiento durante la pérdida de carga y, por tanto, con vida a los contagiados.

En ese país africano las plantas estarían amarradas en Richards Bay, Ngqura y Saldanha. El primer sitio es, según los grupos ambientalistas sudafricanos, un área de biodiversidad crítica y uno de los hábitats de aves acuáticas costeras más importantes del país.

El proyecto de periodismo de investigación AmaBhungane indicó en un extenso reporte que, según un informe sobre el tema, existía "una clara indicación en la literatura de que los niveles de ruido que emitirá este proyecto tendrán un impacto en la avifauna y que es casi seguro que (las aves costeras) abandonarán el sitio".

Incluso la entidad estatal Ezemvelo KZN Wildlife advirtió acerca del impacto que tendría el ruido en las zonas de reproducción de peces vulnerables, lo que podría afectar a la industria pesquera local. Por ello, pidió hacer investigaciones complementarias sobre el probable impacto de la planta flotante.

"Los impactos potenciales de una pared de ruido constante de las turbinas pueden interrumpir el cruce a través del [área] marina, reduciendo efectivamente las existencias [de camarones] en más de la mitad", advirtió Ezemvelo en una carta citada por la investigación periodística.

Otras críticas señalaron la necesidad de investigar el impacto que las naves eléctricas tendrían en la cercana Reserva Natural de Richard's Bay: "El potencial de perturbación de las aves y las especies solitarias en los márgenes de los componentes del pantano y el bosque de manglares de la reserva es una omisión crítica".

Asimismo, pidieron "consultar a un especialista en biología marina para determinar los efectos del ruido submarino en los animales marinos".

"Cualquier aumento en el ruido antropogénico podría tener efectos significativos en el medio ambiente en un área ecológicamente sensible", escribieron al respecto el doctor Brent Williams y Jason Hutten en un informe especializado.

Un peligro del que nada se dice en Cuba

DIARIO DE CUBA consultó a Jorge Piñón, el director del Programa de Energía y Medio Ambiente de América Latina y el Caribe de la Universidad de Texas, acerca de los riesgos ni siquiera mencionados que podría suponer el uso extendido en el tiempo de las patanas en Cuba.

"No solamente son las plantas flotantes quemando combustibles fósiles de alto contenido de azufre las que contaminan el medio ambiente, sino también las termoeléctricas, grupos electrógenos de fuel, así como las industrias del acero y cemento", comentó.

Según el experto, investigaciones científicas indican que respirar las emisiones de óxido de azufre (SO2) está relacionado con varios problemas de salud, desde enfermedades pulmonares y cardiovasculares hasta asma infantil.

Por su lado, las emisiones de dióxido de azufre también causan problemas ambientales, como la lluvia ácida, que afecta el suelo y el agua y, por lo tanto, daña la biodiversidad. Estas emisiones impactan aún más los cultivos, los bosques y las especies acuáticas, y contribuyen a la acidificación de los océanos, agregó.

Piñón hizo referencia a estudios que durante los últimos 20 años han hecho referencia al problema. "Varios científicos cubanos han dado la voz de alarma en artículos científicos demostrando el impacto ambiental negativo de la quema de combustibles líquidos de petróleo con alto contenido de azufre en los sectores industrial, de generación eléctrica y de transporte", señaló.

Por solo citar tres de esos textos, publicados en inglés en importantes revistas especializadas internacionales, el estudio de cinco autores cubanos titulado "Valoración de los Impactos en la salud de las emisiones de las centrales eléctricas cubanas que utilizan combustibles fósiles con alto contenido de azufre", aparecido en 2007 en Atmospheric Environment, señala: "Se ha demostrado que la generación de electricidad con combustibles fósiles es una fuente principal de contaminación atmosférica. La mayor parte de estos combustibles fósiles son fuel oil con alto contenido de azufre, en torno al 3,5%, y crudo doméstico, con mayor contenido de azufre que el fuel oil, entre un 5% y un 7%".

En 2014, el International Journal of Atmospheric Sciences dio a conocer el estudio "Componentes químicos y físicos de la lluvia en Cuba: efectos en la calidad del aire". Firmado por tres autores cubanos, entre ellos la doctora Rosemary López, jefa del Centro de Contaminación y Química de la Atmósfera del Instituto de Meteorología, advertía: "Los altos niveles de depósito ácido, principalmente de sulfatos en diferentes lugares similares a los que han aparecido en impactos ambientales adversos en áreas de América del Norte, sugieren que las emisiones antropogénicas de SO2, a través del uso de combustibles fósiles con un contenido de azufre de 4 a 7%, constituyen el principal problema para la calidad del aire en Cuba".

El estudio agrega: "A nivel nacional, las fuentes antropogénicas más probables son la quema de combustibles fósiles en las centrales eléctricas, la industria del níquel, las fábricas de cemento y la quema de biomasa en los cañaverales".

En 2021, un estudio de expertos de Cienfuegos y Villa Clara, con la cooperación de expertos de la Universidad de Navarra, en España, confirmó que las tres fuentes principales de contaminación en Cuba son "el tráfico rodado, las emisiones industriales y la combustión de petróleo".

De acuerdo con el texto, escrito por nueve investigadores, y publicado por la revista Ecological Indicators, "la variabilidad espacial fue particularmente útil para identificar algunas de estas fuentes, incluidas las emisiones de la combustión de diésel y fuel oil en las centrales eléctricas, la quema de biomasa y las industrias metalúrgicas. Los resultados también mostraron que V (vanadio) y Ni (Níquel) estaban fuertemente asociados con la combustión del petróleo".

Antes el panorama de crisis eléctrica que vive Cuba, el Gobierno de la Isla insiste en mantener funcionando las viejas termoeléctricas, cuya obsolescencia no solo genera mayor contaminación, sino que además obligó a optar como respaldo, ante sus frecuentes roturas, por las patanas turcas.

Pese a que el Gobierno habla de tener un plan de desarrollo de fuentes de energías renovables, actualmente apenas el 5% de la electricidad en la Isla corresponde a fuentes limpias. La elección vendría a ser entre sostener la precaria generación eléctrica y proteger el medio ambiente. ¿Se está pensando en el futuro de la Isla? 

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1 comentario

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Es que a Siboney,la Coronela,Atabey,no llega la emanación de las porquería turcas generadoras de electricidad.La polucion es para los carneros que por cierto tienen apagones pese a los armatostes flotantes jenizaros....