Back to top
Reforma Constitucional

Hablan los expertos: 'El total de votantes no es el único problema del referendo constitucional cubano'

Consultados por DIARIO DE CUBA, el venezolano Eugenio Martínez y el argentino Leandro Querido opinan sobre el proceso celebrado el pasado domingo 24 de febrero en la Isla.

Madrid

Tras la inédita demora de la Comisión Electoral Nacional (CEN) para ofrecer los resultados preliminares del referendo constitucional, casi 24 horas después de cerrados los colegios electorales en Cuba, su presidenta Alina Balseiro ha intentado explicar el súbito aumento de casi 700.000 electores cubanos.

Con el respaldo del Sí a la futura Constitución por el 86,8% de los votantes, según Balseiro, el Partido Comunista de Cuba (PCC) da por cerrado un proceso que voces opositoras de dentro y fuera de la Isla han señalado como fraudulento.

La suerte cubana está echada, a pesar de que la funcionaria anunció "un proceso de revisión" de los resultados en el que darán con el número definitivo de votantes.

Consultados por DIARIO DE CUBA, dos expertos ofrecen su visión sobre las declaraciones de la autoridad electoral en la Isla y coinciden en que "los cubanos asistieron a un proceso muy alejado de los estándares mínimos necesarios para confiar en los resultados emitidos por el Gobierno".

Para el analista venezolano Eugenio Martínez, "intentar analizar cifras que no pueden ser auditadas antes y después de un proceso electoral carece de sentido, porque se puede caer en la dinámica de intentar normalizar las irregularidades".

Martínez considera que "las declaraciones de la presidenta de la CEN hacen suponer que esos 658.288 cubanos que se encontraban en múltiples listas han podido votar, al menos, dos veces: en la lista correspondiente a su lugar de residencia y en la lista de los colegios especiales habilitados en hospitales, terminales, etc".

Menciona la "posibilidad de suplantación de la identidad de un ciudadano en los colegios especiales", aunque también cita "un error muy común por el uso de varias bases de datos o el empleo de listas o cuadernos en blanco".

"Sin embargo, no hay forma de aclarar cuál hipótesis es la correcta, porque se trata de un proceso inauditable, con cifras inauditables. Confiar en los resultados del referendo implica un acto de fe en las personas e instituciones que contaron los votos", sostiene el también periodista especializado en temas electorales.

En opinión de Martínez, "resolver problemas como el que se presenta con la cantidad de electores es muy sencillo si antes del proceso electoral se permite auditar los listados de votantes, para comprobar que no existen electores duplicados o electores ubicados en varios centros. También debe compararse la cantidad de electores habilitados con las proyecciones poblaciones, etc".

El experto señala, sin embargo, que "nada de esto es posible en Cuba".

"No obstante, el total de electores no es el único problema del referendo. La lista de irregularidades, especialmente sobre la libertad real de los ciudadanos para votar por la opción de su preferencia, provocan que el proceso del 24 de febrero sea solo un formalismo para justificar la decisión de un régimen político", concluye.

'No hay contexto de control ni rendición de cuentas'

Por su parte, el politólogo argentino Leandro Querido, especialista en observación electoral y director ejecutivo de la organización no gubernamental Transparencia Electoral, ató la legitimidad de los procesos electorales a "estándares" que no se aplican en Cuba.

"En primer lugar una aclaración: todo proceso electoral competitivo, es decir democrático, es complejo porque intervienen muchos actores. Hay por sobre todas las cosas controles cruzados", declara a DIARIO DE CUBA.

"Puede que el proceso electoral tenga algún punto débil y en él se centra la observación y la auditoría. La tarea de la gobernanza electoral en las democracias competitivas es reducir las ventanas de oportunidad para cometer delitos o manipulaciones electorales", añade.

Para Querido, "el caso de Cuba es distinto", pues aquí "existe hace 60 años un régimen totalitario que comenzó a realizar elecciones entrada la década del 70".

"No hay contexto de control ni rendición de cuentas, por eso la titular de la Comisión Electoral puede hacer y decir cualquier cosa sin verse obligada a actuar a derecho. Entonces en Cuba no hay ventanas de oportunidades para el fraude, la autoridad actúa directamente a cielo abierto (…) Todo es un abuso", considera.

"En Cuba un elector puede votar cuantas veces quiera, en realidad hasta la autoridad electoral lo puede hacer por él. Por eso Balseiro da cuenta de esos (casi) 700.000 nuevos electores", apunta el también profesor de la Universidad de Buenos Aires.

"Lo cierto es que la autoridad electoral puede 'acomodar' los números de esta manera y de muchas otras. El Registro Electoral no ha sido auditado por nadie, todo lo que ocurre en la mesa de votación y en el escrutinio de mesa se hace sin control alguno, por ejemplo, en este sentido podemos decir que en muchos países de la región cualquier ciudadano puede acceder por internet al acta digitalizada de la mesa en la que votó o en cualquier otra y realizar el control efectivo", recuerda.

"En el caso de Cuba la manipulación de actas electorales se realiza sin problema alguno. Además, muchos electores marcaron la papeleta con lápiz. ¿Será esta la originalidad de la 'democracia a la cubana' que destacan Balseiro y Díaz-Canel?", se pregunta.

"Para que haya resultados legítimos los procesos electorales deben ser íntegros o por lo menos tener la pretensión de serlo. Por eso los contextos de control son complejos, densos y estandarizados. En Cuba no hay resultados legítimos porque la discrecionalidad de la autoridad electoral que es una representante del partido único legalizado es total", reflexiona.

Querido lamenta que mientras los procesos electorales de toda América Latina se han abierto a la observación nacional e internacional en Cuba se dio el camino contrario.

"Hoy Cuba es la Corea del Norte del continente, incluso aunque resulte sorprendente en Corea del Norte 'compiten' tres partidos. En Cuba hay un sistema electoral sin contrincantes. Por eso se puede arrojar cualquier dato sin temor alguno", zanja el autor del libro Así se vota en Cuba.

Más información

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.