Sin mucho ruido, pero con resultados, la aplicación Apretaste ha ido extendiéndose por la Isla y creciendo en cantidad de clientes desde su fundación en el año 2012. Hoy brinda servicios de internet a unos 80.000 cubanos.
Radicada en Miami, "la compañía se enfoca en los medios y las tecnologías que están a la mano de la gran mayoría de la población en Cuba para maximizar impacto", dicen sus creadores. La aplicación usa el servicio Nauta como anclaje para las cuentas de usuarios a través de los datos móviles, consumiendo del saldo telefónico.
Su gama de ofertas incluye acceso a medios informativos como DIARIO DE CUBA CubaNet, Martí Noticias y también prensa oficial cubana. Además, opciones de búsqueda como Wikipedia, Google, Revolico, y de comunicación como Pizarra, Sms, Piropazo y Sugerencia. En esta última los clientes pueden interactuar con los creadores de la aplicación para mejorarla.
Asimismo oferta una serie de servicios enfocados en necesidades básicas, gustos y preferencias de los usuarios, de acuerdo a la interactividad del sitio durante seis años de experiencia (ajedrez, poesía, entre otros).
La usuaria @mgise, de 67 años, afirma utilizar el sitio para hacer buenas amistades, y no descarta ganar alguno de los premios mensuales que se ofertan.
Para un periodista que depende de la limitada información difundida y cuenta, sobre todo, con la zona WiFi como herramienta de conexión, la llegada de esta aplicación representa un ahorro de tiempo, esfuerzo y dinero.
"Puedo revisar a diario las principales noticias referentes a Cuba que publican medios independientes y oficialistas, y hacer búsquedas en Google", dijo Leonel Rodríguez.
En datos ofrecidos a DIARIO DE CUBA, los creadores de la aplicación destacan como las opciones más usadas la Bolita (que brinda los resultados de la lotería del día anterior), con un 19,8%; Pizarra (una especie de sala de chat pública para los usuarios de la aplicación), con 10,4%; Piropazo (un sitio para citas) con 10,4%; Perfil (donde se crean las características que el usuario desea se conozcan públicamente) con 10%; Chat (para el chateo privado) con 9,7% y Web (para el usuario que desee crear su propia página web, auxiliado por los administradores) con 8,5%.
Dos tercios de los usuarios reales que tiene la aplicación prefieren mantenerse en el anonimato, por lo que los administradores aclararon que los datos facilitados se refieren al poco más del 30% de los usuarios que sí rellenan su perfil.
Además, Apretaste ha creado su propio juego de azar, la Rifa, donde se compran boletos con una moneda creada al efecto, denominada "crédito" (§), sin respaldo real, que solo funciona para hacer compras dentro de la misma aplicación; por ejemplo, en la Tienda.
Con créditos (§) se pueden adquirir memorias flash, tabletas y celulares que serán entregados a domicilio en un plazo máximo de tres días.
Según comentarios que aparecen en el apartado Sugerencias, el sistema de créditos (§) aún necesita perfeccionarse. "Eso de los créditos no me funciona. Me hice un perfil y comencé a cumplir los retos que ponen para ganar créditos, pero al terminarlos vi que mis créditos no se incrementaron", dijo una usuaria que no reveló su nombre. "Además, cuando sacas la cuenta, es mucho más lo que gastas en dinero real, al tener los datos conectados", opinó.
Pero la valoración de Apretaste varía en dependencia de los intereses de los usuarios. Alejandro, realizador de vídeos, dijo estar agradecido por las opciones que incluye.
"Te dan incluso la posibilidad de crear tu propio sitio. Aunque no sea directamente. Quiere decir que, cuando haces una petición, no estás entrando realmente a internet, sino que ellos (los administradores) hacen la búsqueda por ti y te traen la información. Aun así, se puede dar un buen uso de estas aplicaciones", señala.
Hasta el momento, las provincias con mayor presencia de Apretaste son La Habana, con 3.300 usuarios, Holguín con 1.000, Camagüey y Matanzas con 710. El resto de las provincias no sobrepasa los 420 usuarios. Los nuevos usuarios se suman generalmente por medio de otras aplicaciones como Zapya, por donde se comparte de persona a persona.