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Sociedad

Cumpleaños infantiles en Cuba, ¿alegría o angustia?

Para los padres que tienen que celebrar cumpleaños en diciembre, los problemas se multiplican. La situación puede llegar a ser dramática.

La Habana

En Cuba, como en cualquier otro país del mundo, el cumpleaños de un niño es una fecha esperada de celebració. No obstante, para la mayoría de las familias constituye un motivo de inquietud, pues el costo de las fiestas es cada vez mayor, inalcanzable para muchos.

Selena Arias, vecina del reparto El Roble, Santa Fe, es madre soltera de un pequeño que acaba de cumplir tres años.

"Adrián cumplió el día 29 de noviembre", nos cuenta. "Yo le había prometido una fiesta y regalarle un carrito, que costaba 7.00 CUC. Ahorré durante meses para comprar las cositas de la piñata y el regalo, pero cuando fui a la tienda con el dinero me encontré que el precio del carrito lo habían subido a 12.00 CUC. Le expliqué al niño que no me alcanzaba el dinero, pero no lo entendía y se puso a llorar. Lloré con él. Finalmente, le compré otra cosa que no le gusta. Fue un dinero perdido".

Otra madre que celebró un cumpleaños recientemente es Kenia, custodio de un círculo social obrero.

"Algunas cosas las conseguí en mi centro de trabajo, como los vasos, las cucharas, las croquetas y los refrescos", explica. "Pero lo demás me costó un montón de dinero. En careticas, gorritos, cesticas, adornos, cadenetas, libritos de cuentos y de colorear se me fueron 300 pesos (CUP). Súmale los piticos, los trompos, los jueguitos de cocinas, de yaquis. La piñata menos cara que encontré fue un Mickey Mouse de 140 pesos, el cake particular fueron 30 CUC que equivale a 760 pesos. Añade los caramelos, las galleticas, los globos, los bocaditos, la ensalada fría. Me quedé en la ruina".

Aunque la Revolución declaró la eliminación de las diferencias sociales, estas se evidencian con nitidez en los cumpleaños. Las familias acaudaladas alquilan locales en el Zoológico, el Acuario, el Parque Lenin, o salones de los círculos sociales. Contratan payasos, máquinas de algodón de azúcar, reparten regalos caros a los invitados, y hasta llevan grupos musicales. Mientras que los padres de pocos recursos tienen que hacer malabares para no dejar a sus hijos sin la celebración más rasa.

Una solución muy socorrida es el llamado "pica cake", que consiste en una fiesta simple con pocos amiguitos, con el cake de la dulcería estatal, de bajo costo, refresco y caramelos. Esta opción no satisface a los niños que han visto a otras familias de mayores recursos realizar fiestas ostentosas.

"Este año no pudimos hacerle a Marita una fiesta como ella quería", cuenta Lourdes, vecina del reparto Juan Manuel Márquez, en el municipio Playa. "No teníamos economía y decidimos hacerle un pica cake. Resultó un desastre. Los invitados salieron hablando pestes, Marita se decepcionó, estuvo deprimida, sin hablarnos una semana. Creo que por esa causa desaprobó dos controles parciales en la escuela".

Otra salida que han encontrado los padres es canjear la fiesta por comprarle ropa o un regalito a los niños, o llevarlos a pasear.

"Pero es una solución que es una trampa", dice Ernesto, con tres hijos y mucha experiencia en el tema de los cumpleaños. "Yo trabajo en un Instituto de Investigaciones del Mar y mi esposa es maestra primaria. Lo que ganamos no nos alcanza para vivir y, además, celebrar tres cumpleaños. En abril, le propusimos a Luisito cambiarle el cumpleaños por un regalo y pidió una bicicleta. La más barata costaba 120.00 CUC, que equivale a 2.800 pesos, mi salario del año. ¡Imposible! En agosto le tocó a Carlitos, que se antojó de un tablet, 60.00 CUC. En noviembre fue Ana Carla, que exigió... ¡una laptop! Al final pudimos entendernos con ellos, les compramos ropa y los llevamos a pasear. Cuando sacamos la cuenta, descubrimos que nos resultó mucho más costoso que hacerles una fiestecita".

Para los padres que tienen que celebrar cumpleaños en diciembre, los problemas se multiplican. En un mes con tantas fiestas, la situación puede llegar a ser dramática.

"Nochebuena, Navidad, el fin de año y el año nuevo", enumera Caridad Montana. También el 22 de diciembre, cuando se conmemora el Día del Maestro, una fecha que se las trae. Y luego, en enero, las fiestas de los Reyes Magos, que se han retomado en Cuba. ¿Qué familia pobre puede con todo eso?"

Caridad ha tenido hasta que mentir a sus hijas, porque no le alcanza el dinero ni para la mitad de estas fiestas.

"En el Paquete Semanal, al final de los animados, se anuncian las casas de fiestas especializadas, que garantizan un bufet de primera y ofertan salones que parecen salidos de una película de Disney", dice. "Mis hijas me pidieron una fiesta así y tuve que responderles que eso era en otro país. Me dolió que sea en Cuba y que yo no pueda hacerles ese regalo, a pesar de ser dos niñas excelentes con tan buenas notas en la escuela", lamenta.

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