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Transporte

Cómo está el transporte en La Habana

Ante una posible huelga de taxistas privados, el Gobierno se sacó guaguas de debajo de la manga, pero subiéndole el precio al pasaje.

La Habana

En los últimos días,  los habaneros han  notado  una mayor cantidad de ómnibus circulando, que alivian las paradas. El  motivo del incremento del parque automotor es la tensión generada por el reciente tarifazo a los taxis particulares, que afectó el bolsillo de estos choferes, que se cuentan por miles en la capital, manejan autos estadounidenses de los años 50 y por varios días no quisieron salir. Se rumoraba que darían "Cero Carros" un lunes, día pico, y así paralizarían la capital.

Esta medida, que ordenaba la reducción del precio del pasaje, también afectaba a un porciento de  habaneros que no cogen guaguas y llegaban tarde a los trabajos. Las opiniones sobre el tarifazo estuvo  divida entre los  que expresaban que era abusiva, y los que argumentaban que era justa, pues evitaba el "trameo", que encarecía el precio del taxi en un 50%, sobre todo a los de menos poder adquisitivo.

La huelga de taxis no se efectuó finalmente, por falta de un sindicato que la organizara y de valentía de los choferes. Y porque el Gobierno sacó guaguas de debajo de la manga y disparó el parque automotor. Los taxistas particulares tuvieron que hacerse  el harakiri y asimilar la medida o se morían de hambre.

En cambio este alivio de guaguas ha encarecido el transporte urbano. De los 40 centavos tradicionales que costaba el ómnibus se ha elevado  a un peso, instaurado por las nuevas guaguas chinas ensambladas en Cuba, que ahora aparecen por todos lados. Y por grandes ómnibus articulados de cinco pesos, también chinos, que cubren largas rutas por La Habana y donde puedes ir sentado. Cinco pesos también valen el taxi bus de particulares agrupados en cooperativas, que abundan en La Habana y sufragan buenas sumas diarias al Estado.  

Para sobrevivir a este embate, los taxistas particulares han tenido que buscar inventivas. Ahora cuando regresan de La Habana a Playa no llegan al Paradero de Playa, giran frente al hotel Comodoro situado en Tercera y 84, y se evitan el pasaje de cinco pesos hasta el Paradero, que va en contra del consumo de combustible y contra el dinero que recaudan en ese tramo.

Pero quienes de verdad quedaron en desventaja en este río revuelto del transporte, son los choferes estatales de los ómnibus urbanos, que trabajan con un acuerdo con la Administración de cumplir una norma de recaudo diaria que va a la Empresa y el excedente pasa a su bolsillo, un arreglo donde el chofer está obligado  a darle mantenimiento al ómnibus y costear las roturas y la compra de piezas.

"Por eso exigimos que la gente pague", dice Emilio, chofer de un P4 que cubre la ruta La Habana Vieja-San Agustín. "¿Tú sabes cuánta  gente monta y me dice: 'Mi hermano, estoy jodío'? Y yo sé que es verdad, no les puedo decir que no. Más los descarados que montan por atrás… o los que te echan chapitas y arandelas en la alcancía. Para sacar los 400 pesos diarios que debemos entregar a la Empresa, a veces cuesta. Intentamos andar rápidos, evitar rompernos, aprovechar bien el combustible que nos dan, para sacar ganancia".

Camilo, es chofer de un  PC y pone reguetón a todo volumen en su ómnibus "para que la gente se relaje". Dice que mucha gente no echa el peso en la alcancía, se lo  da  en la mano, "por solidaridad… saben que el chofer de  guagua también es gente… los aceptamos gustosos, pero muchas veces tenemos que echarlo después en la alcancía, para cumplir la norma de recaudación que pide la Empresa".

"Todos los días no son Santa María", dice un chofer que pide anonimato y  cubre el trayecto La Víbora-Paradero de Playa. "Hay días buenos y días malos. Y con este aluvión de guaguas de estos días se nos ha puesto la  jugada mala. Es cierto que no todos tienen los diez pesos para el taxi… ni los cinco pesos del taxibus… o de los nuevos ómnibus articulados… entonces tienen que pagar este, que es lo mínimo.  Yo, como algunos otros choferes, sellé la alcancía con scotch tape y hay que ponerme el dinero en la mano. Si es menudo va a un lado, los pesos van a otro. Luego sumo. Primero saco lo de la  Empresa, que es primordial, y el resto es mi salario. Mi lucha. Aunque sé que está perdida de antemano".

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