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Sociedad

La Habana 'maravilla de qué, si parece una ciudad después de una guerra'

La capital recibirá el próximo 7 de junio la placa de Ciudad Maravilla, aunque la mayoría de sus habitantes viva lejos esa categoría.

La Habana

La Habana encabeza las noticias por ser escenario de nuevas partes de Rápido y furioso y Transformers, un desfile de Channel y un singular boom turístico. Además, el 7 de junio recibirá la placa de Ciudad Maravilla, a pesar de su visible destrucción y problemas pendientes señalados por pobladores.

La capital fue seleccionada en diciembre de 2014 entre las siete del mundo con esa condición, mediante un concurso de votación online realizado por la fundación suiza New7Wonders, que entrega la placa, informa la agencia IPS.

La Habana fue elegida porque "representa la diversidad global de la sociedad urbana", argumentó Bernard Weber, presidente de la fundación, según una nota del Ministerio cubano del Turismo.

A la condición de Maravilla aspiraron 1.200 ciudades de 220 países. La Habana clasificó, además, entre las 25 localidades más fotografiadas del planeta y ocupó el puesto número 21 del ranking hecho público por el portal digital Shigstmap.

Las otras ciudades que consiguieron estar entre las siete "maravillosas" son La Paz (Bolivia), Beirut (Líbano), Doha (Katar), Durban (Sudáfrica), Kuala Lumpur (Malasia) y Vigan (Filipinas).

La capital cubana, que recibió 1.685.000 visitantes en 2015, se encuentra entre las prioridades de desarrollo del sector turístico, después de décadas de escasas construcciones y reparaciones.

Sin embargo, la categoría de "maravilla" deja escépticos a la mayoría de los pobladores de la urbe, que sufre tres problemas sustanciales: el estado crítico de la infraestructura, la deteriorada situación del fondo edificado y la gestión del plan de desarrollo, según enumera la arquitecta Gina Rey.

La ciudad enfrenta asimismo desafíos como la protección de la cuenca subterránea, la necesidad del uso racional del agua y el colapso del sistema de alcantarillado y las redes de drenaje pluvial.

Arreglos selectivos, inversiones para el turismo

Mientras las autoridades se preparan para develar la placa acreditativa de Ciudad Maravilla en la explanada de la fortaleza colonial del Castillo de San Salvador de la Punta, muchos habaneros y habaneras viven una realidad precaria.

En la capital residen más de 2.100.000 personas, la quinta parte de los 11, 2 millones de habitantes del país.

Por ejemplo, la situación con el abasto de agua es crítica en el Centro Histórico, uno de los lugares más visitados por los turistas internacionales y donde está ubicada la terminal de cruceros.

"Hicieron arreglos en las redes pero ahora es peor, tengo unas 5.000 personas a las que no le llega el líquido por las tuberías", explicó a IPS Ángel Aguilera, presidente del consejo popular Catedral.

El acceso a agua corriente en el municipio fundacional de Habana Vieja es solo una de las preocupaciones.

"La solución al problema de la vivienda sigue pendiente. Se construyen más hoteles pero la edificación de casas es insuficiente", dijo Irma Martínez, quien vive en un albergue desde hace más de nueve años, luego de que su casa fue declarada en peligro de derrumbe.

"Maravilla de qué, si parece una ciudad después de una guerra", comentó Oscar Monteagudo, un joven residente en Centro Habana, municipio con alta densidad de población y buena parte de las edificaciones en regular y mal estado.

El plan de ordenamiento de la ciudad reconoce la existencia de cerca de 1.000 inmuebles en estado crítico y 82 barrios precarios.

"Arreglaron el Capitolio, el Gran Teatro, el Prado y otros edificios importantes, pero es mucho más lo que resta por hacer", valoró Nirma Quesada.

Otro de los problemas es la poca higiene. "La imagen de los contenedores atestados de basura sin recoger no es muy turística, hay que pensar primero en quienes vivimos aquí, en nuestro bienestar y lo que repercute en el turismo", estimó Asunción Gómez, jubilada del sector del transporte.

Aunque muchos habitantes de la ciudad viven con miedo a morir en un derrumbe, crecen los montos destinados a las inversiones en instalaciones para el turismo, segunda fuente de ingresos del Gobierno, detrás de la venta de servicios profesionales.

Dentro del programa inversionista del ramo se incluyen hoteles de muy alto estándar como Manzana, Packard y Prado y Malecón, del grupo Gaviota, asociado al sistema empresarial del ejército, que pretende construir 20 alojamientos que sumen unas 7.000 nuevas habitaciones hasta 2030.

El ministro cubano de turismo, Manuel Marrero, dijo en mayo pasado que las compañías nacionales Cubanacán y Gran Caribe negocian con empresas extranjeras acuerdos para la edificación de otros hoteles, entre ellos se prevén 22 con categoría cinco estrellas.

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