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Alimentación

El Gobierno envía policías a custodiar las colas para comprar papas

Su televisión critica los 'actos inescrupulosos y oportunistas de los revendedores'.

La Habana

Las imágenes de patrullas policiales custodiando interminables colas para adquirir papas devienen reflejo de una disfunción económica que el régimen cubano ha intentado paliar durante más de cinco décadas con sus programas de subsidio.

"Cuando hace años salió aquel videito del tal Pánfilo gritando: '¡lo que hace falta es jama!', a mí, particularmente, no me hizo ninguna gracia. Pero ahora viendo este panorama, que incluye hasta policías, me doy cuenta de que no era un borracho, sino un profeta", lamenta Pucha en la cola del agromercado de Ayuntamiento y Ayestarán, en el municipio Plaza.

"Si tú me dijeras que todo este brete es para comprar carne de res, lo acepto… pero que sea para comprar 20 miserables libras de papa. Eso nada más pasa en un país que va de mal en peor", añade.

A finales de febrero, en la red de agromercados estatales se inició la venta "liberada pero regulada" de papa, a razón de veinte libras por persona y al precio de 1.00 peso (moneda nacional) cada libra. Administradores de estos establecimientos critican que "la distribución no fue simultánea, lo que provocó, además del desplazamiento de la población hacia los pocos agros que ya vendían el producto, la especulación y la aparición inevitable de revendedores".

El revuelo se debe a que desde hace cerca de diez meses no había en los mercados de la Isla papas, un alimento codiciado por los cubanos que escasea regularmente.

"La papa no se usa como un plato más o decorativo, sino para aumentar la ración. A dos postas de pollo tú le echas papa y comen cuatro y hasta seis", dice Nena, una señora sesentona que esperaba con paciencia en la cola del agromercado de Palatino y Suzarte, en el Cerro.

"Las papas fritas han sido siempre casi un lujo", lamenta… "por la papa y también por el aceite, tú sabes".

Al paisaje de las rastras cargadas de sacos del tubérculo y las largas colas de personas expectantes, se han sumado las patrullas policiales, sin que las autoridades hayan explicado si la medida es para intimidar a los revendedores o para reprimir, llegado el caso, los ánimos exacerbados de la población que a toda costa busca extender la comida del mes.

Ana Judith, vecina del céntrico Vedado, relata que "en el agromercado de 27 y A, sobre las 11:00 de la noche del martes, acuartelaron a todos los trabajadores para que custodiaron la llegada del camión de papas hasta la mañana del miércoles, cuando comenzarían a venderla".

"Sin embargo, una amiga me contó que la situación en el barrio Cayo Hueso fue de película. En el agro del Parque Trillo, la gente estuvo cuatro días haciendo cola, con lista incluida, esperando por los camiones que nunca llegaron", dice.

Una fuente del Ministerio de Agricultura indicó que los lotes de papa proceden de Cienfuegos y que, ciertamente, el diseño de la distribución es pésimo y se agrava con el déficit en la transportación desde esa provincia hasta la capital, que impide abastecer a todos los agromercados por igual.

La misma fuente, que pidió permanecer en el anonimato, dijo que los cienfuegueros, sin embargo, carecen del producto y recordó que hace diez años sucedió lo mismo con el municipio Quivicán, actual provincia Mayabeque: "Desvestir un santo para vestir a otro".

En el agromercado de San Pedro y San José, en la Habana Vieja, los revendedores llegaron ofrecer la libra de papa a 10.00 pesos, nueve veces el precio del estado. Pero vecinos de la zona dicen que desde mucho antes del rumor de que llegarían papas a La Habana, en la popular esquina de Égido ya se estaban vendiendo, y a ese mismo precio.

Un reportaje transmitido en la emisión estelar del Noticiero Nacional de Televisión, el pasado miércoles, solo se enfocó en "los actos inescrupulosos y oportunistas de los revendedores que se aprovechan de la situación en prejuicio del pueblo". Pero la presencia en cada uno de los establecimientos de patrullas policiales, además de las extensas colas que suelen durar días, no permiten dudas de dónde radican las causas.

"Este este show no es obra y gracia ni resultado de los revendedores. Mucho menos de un mercado de oferta y demanda especulativo porque en Cuba eso no existe", dice un dependiente del agromercado del Reparto Eléctrico, en Arroyo Naranjo.

Autoridades de la Delegación Provincial del Ministerio de la Agricultura, de Comercio Interior y de sus Unidades Presupuestadas, se negaron a informar si la distribución del producto continuará y, además, sobre la situación y malestar de los cienfuegueros.

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