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Economía

Chatarra: así ha terminado una de las más importantes industrias de Cuba

Antiguos trabajadores de la planta de níquel René Ramos Latour especulan que fue un error cerrarla.

Holguín

En 2013 el Gobierno de Raúl Castro decidió desmantelar la industria del níquel en Mayarí. La fábrica René Ramos Latour, de Nicaro, la mayor productora del metal, quedó convertida en chatarra y en centro de "canibalismo" tecnológico. Aún van allí otras empresas a buscar cualquier cosa que les sirva como repuesto.

Al cerrar la planta se argumentó en primer lugar obsolescencia tecnológica, a pesar de que había numerosas inversiones con ayuda del extinto campo socialista y, posteriormente, de Canadá. Menos de un lustro antes había concluido la construcción de un moderno transportador de mineral de 11km de largo, con tecnología alemana, para bajar al llano el mineral desde las montañas de Pinares de Mayarí.

Todo indica que las autoridades planeaban destruir el transportador junto al resto de la industria, pero al parecer se arrepintieron. Esto mantiene entre los pobladores de la zona la esperanza de que se vuelva a construir otra fábrica y la idea de que la decisión de destruir Nicaro fue errada.

"Lo que se comenta en la empresa, entre los propios jefes y los trabajadores, es que está claro que fue un error cerrar Nicaro. Fue una decisión de arriba. Los problemas tecnológicos existían, es cierto, pero fue por malos manejos en las inversiones. En fin, mal trabajo de los que mandan", comentó José, un antiguo técnico de la fábrica.

"A la larga, cumplíamos con los planes y con los indicadores de eficiencia. Es cierto que muchas veces nos quedábamos por debajo, pero luego lo recuperábamos en una racha mejor, porque si no se cumplía no cobrábamos el estímulo salarial", añadió.

"Las deficiencias se podían resolver con una buena inversión, mucho menor de lo que cuesta ahora hacer una fábrica entera, como al parecer quieren".

Con respecto al transportador de mineral, uno de sus custodios, anteriormente operario, confirmó que "primeramente la idea era desmantelarlo".

"Habría sido un crimen, porque esto trabajó poco y costó mucho. Es una obra colosal. Pero al final decidieron salvarlo y ahora estamos en espera de que se concrete una inversión extranjera para una nueva fábrica. Es lo que nos dicen", comentó.

En los Pinares de Mayarí y en la Sierra Cristal existen yacimientos de níquel y cobalto considerados entre los mayores del mundo, que unidos a los de Moa demorarían miles de años sin agotarse, aunque la producción actual se cuadriplicara.

En la zona está cerca del 12% de las reservas mundiales probadas de níquel y el 25% de las de cobalto. Y el mineral laterítico que los contiene además es rico en hierro, cromo y otros metales, incluido oro, que no se extraen y quedan depositados en reservas.

Antes de cerrar Nicaro, el país producía más de 70.000 toneladas de níquel+cobalto y aspiraba alcanzar las 120.000 toneladas. Actualmente la meta es llegar a las 50.000 toneladas sostenidas.

El Gobierno promueve el sector en su "cartera de oportunidades" para inversionistas extranjeros. Esto incluye el fomento de nuevas plantas procesadoras, algo paradójico tras destruir la fábrica que más producía, 100% nacional, sin que todavía se haya indemnizado a quienes eran sus propietarios antes del triunfo de la revolución.

A pesar de todo, Cuba sigue siendo uno de los mayores productores de níquel+cobalto a nivel internacional, debido a que son minerales localizados en muy pocos sitios del planeta.

Rusia, Canadá y Australia comparten con la Isla la primacía, y otros países como Francia y Bolivia tienen producciones importantes. China es el principal comprador, pues consume alrededor del 20% de la producción mundial.

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